España en el contexto internacional
La etapa socialista (1982-1996)
Las grandes directrices de esta etapa fueron:
- Entrada en la OTAN. Aunque en un principio el PSOE no era partidario de entrar en la OTAN, una vez en el poder impulsaron el proceso de adhesión, que fue aprobado en referéndum en 1986.
- En Iberoamérica se apoyaron los procesos de democratización y se impulsó una política de solidaridad y cooperación. España se convirtió en el intermediario entre la Unión Europea e Iberoamérica.
- En el Mediterráneo la política se orientó en una doble dirección: en Oriente Próximo se establecieron relaciones diplomáticas con Israel y se buscó la pacificación de la zona. La Conferencia de Madrid de 1991 supuso un reconocimiento internacional a la labor del gobierno español en su mediación en el conflicto árabe-israelí. En el Magreb se estrecharon los lazos con Marruecos, aunque el precio fue abandonar la causa saharaui a su suerte.
- En Gibraltar se sustituyó la vieja táctica de dureza del franquismo por otra más dialogante, y en 1982 se abrió la verja que había estado 15 años cerrada. Ni la vieja ni la nueva política han dado resultado alguno, y el Reino Unido sigue en poder del Peñón.
- Tras la disolución de la URSS se estableció un nuevo orden mundial en el que España ha querido estar presente: conflictos de Irak, Yugoslavia, etc. Esta participación en conflictos exteriores, aunque en ocasiones discutida, ha supuesto el reconocimiento internacional de España y la mejora de la imagen de las Fuerzas Armadas ante la sociedad española.
La transición del siglo XX al XXI (1996-2010)
Bajo los gobiernos del PP, entre 1996 y 2004, se distinguen dos etapas:
- 1996-2001. Respecto de la Unión Europea, el principal objetivo fue el ingreso en la Unión Monetaria, lo que nos permitió la entrada en el euro. En Iberoamérica, España se convirtió en el mayor inversor extranjero, por encima de los EEUU, especialmente en los sectores de telecomunicaciones, energía y banca. Se apostó fuertemente por la política de seguridad y defensa, aumentándose el número de militares españoles en operaciones de mantenimiento de la paz, sobre todo en los Balcanes, a la vez que se reducía nuestro papel en el Mediterráneo y Oriente Próximo.
- 2001-2004. A partir del atentado contra las Torres Gemelas (2001), el gobierno de Aznar adquiere una marcada orientación pro-norteamericana, que se impone a la tradicional política europeísta. En contra de la mayor parte de la opinión pública española, participó en Afganistán e Irak. El nuevo objetivo iba a ser la lucha contra el terrorismo internacional. Precisamente, el atentado de Madrid de marzo de 2004 se vincula con la derrota del PP tres días después.
Los gobiernos socialistas (2004-2010) reorientan de nuevo la política internacional a la Unión Europea, aún a costa de enfriar las relaciones con los EEUU.
La Integración de España en Europa. España en la Unión Europea. El papel de España en el contexto internacional
España en la Unión Europea
Durante el franquismo no fue posible la integración en la Comunidad Económica Europea (hoy llamada Unión Europea) por el carácter no democrático del régimen. La muerte del dictador en 1975 permitió a Adolfo Suárez solicitar la integración, pues España cumplía los requisitos: país europeo, democrático y con economía de mercado. En 1979 se iniciaron las negociaciones, junto con Portugal, que van a ser largas y duras por tres motivos:
- Se trató de dejar el acuerdo lo más cerrado posible para evitar una posterior revisión, como había ocurrido con Gran Bretaña.
- Se produjo en un momento de crisis económica que paralizó el avance de la construcción europea.
- España y Portugal eran países con un desarrollo inferior a la media europea, por lo que se temía una avalancha de emigrantes desde la Península; Francia e Italia temían la competencia de nuestra agricultura; Irlanda de nuestra pesca; Gran Bretaña exigía la apertura de la frontera con Gibraltar y Alemania exigía nuestra entrada en la OTAN.
El 12 de junio de 1985 se firmó en Madrid el Acta de Adhesión a las Comunidades Europeas, que entró en vigor el 1 de enero de 1986.
El Acta de Adhesión fijaba un período transitorio de siete años en el que España debería realizar los ajustes necesarios de forma progresiva. Paralelamente a este período transitorio se puso en marcha el Acta Única Europea (1987), que suponía la eliminación de todo tipo de barreras que obstaculizaban la libre circulación de personas, capitales, productos y servicios. Al introducirse el concepto de cohesión económica y social en beneficio de las regiones menos desarrolladas, España recibió importantes cantidades de dinero de los distintos fondos europeos.
En 1989 se acordó la creación de la Unión Económica y Monetaria y en 1992 se firmó el Tratado de la Unión Europea, llamado también Tratado de Maastricht, en el que se aprobó la creación de una moneda común, el euro. Para ello, los países miembros que quisieran adoptar el euro deberían cumplir cinco condiciones referidas a inflación, tipo de interés, estabilidad monetaria, déficit y deuda pública. El gobierno del Partido Popular, en el poder desde 1996, realizó un plan de ajuste que permitió cumplir estos requisitos, y en 2002 se puso en circulación el euro en España.
El Tratado de Niza de 2001 abría la puerta a doce nuevos estados miembros, cuya renta media era muy inferior a la española. Por eso España ha dejado de ser receptor neto de ayudas y se ha convertido en contribuyente.
El ingreso de España en la Unión Europea ha supuesto el definitivo abandono de la tradicional política proteccionista y una apertura a la economía internacional. La economía española se halla en la actualidad plenamente integrada en la Unión Europea, integración que ha sido muy positiva en líneas generales.