Historia de la Península Ibérica: Reinos, Economía y Legado Cultural

Historia de la Península Ibérica

2.2 Reinos de Taifas y Unificaciones

En 1031, la rebelión marcó el fin del último califa cordobés, Hixam III. La crisis resultante dividió Al-Ándalus en territorios independientes, conocidos como reinos de Taifas, debido a las tensiones sociales. Reinos como Toledo, Zaragoza y Sevilla alcanzaron una gran prosperidad. Sin embargo, su debilidad militar fue aprovechada por los reyes cristianos para extender la Reconquista. En 1085, Alfonso VI tomó Toledo.

La Unificación Almorávide (1090-1145)

Los reyes de Taifas solicitaron ayuda a los almorávides, musulmanes estrictos que habían formado un imperio. Su líder, Yusuf Ibn, llegó a la península en 1086, derrotando a los cristianos en la batalla de Sagrajas. Al-Ándalus quedó unificada bajo el reino almorávide.

La Unificación Almohade (1146-1232)

Los almohades llegaron a la península desde el norte de África y establecieron su capital en Sevilla. Vencieron en la batalla de Alarcos (1195), pero fueron derrotados por los cristianos en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), lo que dejó el valle del Guadalquivir a la conquista castellana.

El Reino Nazarí de Granada (1237-1492)

Mohamed Ben Nazar de los Ibn, de donde procede el nombre Nazarí, tomó como capital Medina Garnata, que comprendía desde Málaga hasta Almería. A finales del siglo XV, Mulay Hacen y Boabdil permitieron la conquista del reino granadino.

2.3 Economía y Sociedad en Al-Ándalus

La revitalización económica se debió al papel de las ciudades como centros económicos de artesanía y comercio. Los mercados (zocos) y tiendas artesanales (alcaicerías) se intensificaron. Se recuperó el uso de la moneda y Al-Ándalus se integró al circuito económico islámico.

Pilares de la economía:

  • Agricultura: Gran desarrollo gracias a la introducción de nuevas técnicas hidráulicas y nuevos cultivos como el arroz, caña de azúcar, hortalizas, cítricos y algodón.
  • Artesanía: Floreció en Córdoba y Toledo, con talleres de productos textiles, cerámica, seda y perfume.
  • Comercio: Con el norte de África, con productos como oro, marfil y esclavos.

Organización Social

En Al-Ándalus convivieron judíos y cristianos, organizados en base a criterios religiosos, étnicos y económicos. Los musulmanes formaban la aristocracia o jassa. Los campesinos estaban formados por bereberes africanos e hispanos convertidos al islam (muladíes). Los no musulmanes eran tolerados pero debían pagar un impuesto. Judíos y cristianos solían vivir en las afueras. También existían esclavos.

Cultura

La cultura de Al-Ándalus fue fruto de una fusión oriental e hispánica. El árabe era la lengua oficial (jarchas). Se promovieron diversas disciplinas. Autores destacados como Averroes (filósofo). En matemáticas introdujeron la numeración india. La medicina tenía un nivel superior a la cristiana. La literatura brilló con el poeta Ibn Hazn (El collar de la paloma). La arquitectura destaca con la Mezquita de Córdoba y el palacio de Medina. En el arte taifa, obras como la Aljafería de Zaragoza y la Giralda y la Torre de Oro. El arte nazarí con su obra cumbre, La Alhambra.

2.5 Reinos Cristianos

En el siglo XI, los territorios cristianos eran un tercio de la Península, distribuidos en tres entidades políticas: Navarra, León y los Condados Catalanes. Tras la muerte de Sancho III en 1035, su reino se dividió entre Fernando I, rey de Castilla, y Ramiro I, rey de Aragón. Se estableció una monarquía feudal basada en las relaciones de vasallaje y el régimen señorial. El rey era el primero entre iguales, actuando bajo una concepción patrimonialista. Aragón y Cataluña se unieron formando la Corona de Aragón, y en el siglo XIII, Castilla y León se unieron formando la Corona de Castilla.

La curia real consistía en un consejo de nobles y el clero. En 1188, se unieron los representantes de las ciudades, dando lugar a las cortes medievales en León, que representaban los tres estamentos sociales y eran consultivas. El régimen señorial fue el sistema de propiedad característico. Los señoríos eran territorios concedidos por el rey a un noble o una institución. Existían señoríos territoriales o solariegos y señoríos jurisdiccionales, con la capacidad de legislar y juzgar. La sociedad estamental fue el modelo social propio, con tres grupos sociales: nobleza, clero y estado llano, con una división social rígida, desigual y con normas diferentes para cada estamento. La nobleza y el clero gozaban de privilegios.

2.6 Organización Política en los Siglos XIV y XV

En los siglos XIV y XV, los reinos presentaban una estructura política basada en tres instituciones: monarquía, cortes y municipios. En Castilla, se produjo un fortalecimiento de la monarquía con una administración cada vez más centralizada, compuesta por la Curia Regia (consejo real), cortes, audiencia, hacienda y la corte (lugar donde residía el rey, dirigida por un condestable). En la administración territorial destacaban las merindades y los adelantamientos. Los municipios se organizaban en concejos dirigidos por un regidor.

La Corona de Aragón no era un estado único, sino una unión de reinos (Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca). Cada territorio conservaba sus instituciones y fueros. Los reyes debían pactar con las cortes de cada territorio. Las instituciones principales fueron la Curia, las Cortes, la Diputación y la Generalitat. En cada territorio, el rey tenía un representante o virrey. En Navarra, el rey debía pactar con las Cortes, la Diputación de los Tres Estados y la Cámara de Comptos. Navarra fue incorporada a Castilla en 1514 por Fernando.

1.3 Conquista y Romanización de la Península Ibérica

La conquista romana de la Península se inició durante la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.), que enfrentó a Roma y a Cartago. La ocupación de la zona levantina y del valle del Guadalquivir durante este conflicto, el resto de la Península sería ocupado tras diversas campañas militares (218-19 a.C.):

  1. Campaña de Catón, 195 a.C. contra la sublevación de las tribus íberas.
  2. Guerras celtíbero-lusitanas (154-133 a.C.) que acabaron con la conquista del centro y del oeste peninsular tras el asedio de la ciudad celtíbera de Numancia y la muerte del líder lusitano Viriato.
  3. Guerras cántabro-astures (29-19 a.C.) dirigidas por el emperador Augusto para someter a los pueblos del norte peninsular.

Después de las conquistas militares, la romanización fue el proceso de imposición, a la población indígena, de las costumbres y de las formas culturales romanas. Fue más efectiva en el área ibérica (Levante y Andalucía), y más tardía e irregular en el centro y norte peninsular.

Diversos cauces para imponer su forma de vida:

  1. Utilización del ejército como vehículo de difusión de la civilización romana.
  2. Fundación de colonias como Itálica.
  3. Extensión del modelo de vida urbano.
  4. Imposición del latín.
  5. El derecho romano.
  6. La religión.

Hispania se convirtió en provincia romana, entrando en los ámbitos social, económico y cultural romano. Se estableció un sistema económico de carácter monetario, esclavista y colonial. Se desarrolló una red de obras públicas como calzadas, puentes (Alcántara), acueductos (Segovia, Mérida), murallas (Tarragona, Lugo), teatros (Mérida) y anfiteatros (Itálica). Hispania aportó figuras públicas como los emperadores Trajano y Teodosio, el filósofo Séneca, los poetas Lucano y Marcial, Mela y Columela.

Invasiones y Reino Visigodo

En el siglo V, la península fue invadida por suevos, vándalos y alanos, que sometieron a los hispanorromanos. Los visigodos, romanizados y que vivían a orillas del río Danubio, se desplazaron hasta Italia amenazando Roma. Pactaron una alianza por la cual se les concedía tierras en la Galia e Hispania a cambio de que combatiesen a los pueblos invasores. Tras la caída del imperio en 476, los visigodos crearon su propio reino. Primero en la Galia (reino de Tolosa), y en 507, tras ser derrotados en Vouillé, decidieron marcharse a Hispania, estableciendo el reino visigodo de Toledo (509-711). Emprendieron medidas unificadoras:

  • Unificación territorial impulsada por el rey Leovigildo (573-586).
  • Unificación religiosa precedida por Recaredo (586-601).
  • Unificación legislativa con el rey Recesvinto, que estableció el Fuero Juzgo.

Organización Política

La institución más importante era la Asamblea de notables, donde residía el poder del reino. La monarquía era electiva o, en algunos casos, hereditaria. Entre sus instituciones destacan el Aula Regia o Consejo Real, los Officium Palatinum y los Comes y Duces. Los concilios eran asambleas de nobles y alto clero que tomaban decisiones legislativas y políticas. Destaca el Tercer Concilio de Toledo de 589, donde Recaredo y su corte se convirtieron al catolicismo. Adoptaron y continuaron la tradición latina, cristiana e imperial romana. Destaca el escritor San Isidro de Sevilla.

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