La Segunda República Española (1931-1936)
La caída de la dictadura de Primo de Rivera arrastró a la monarquía. Después de dimitir Primo de Rivera, el rey Alfonso XIII pretendió volver a la situación anterior a 1923, restableciendo la Constitución de 1876. Para ello, nombró como nuevo jefe de Gobierno a Berenguer. La solución no dio resultado. El primer gobierno de Berenguer tuvo que afrontar problemas importantes como:
- 1. Las fuerzas republicanas se organizaron en el llamado Pacto de San Sebastián. En este pacto estuvieron presentes no solo republicanos, sino también nacionalistas y partidos obreros (PSOE, UGT). El pacto tuvo como objetivo derribar la monarquía, y de él nació el comité revolucionario, presidido por Niceto Alcalá Zamora.
- 2. Los intentos de golpe de Estado en Jaca y en Cuatro Vientos fueron abortados.
El gobierno de Berenguer fue sustituido por el del almirante Aznar, quien convocó a elecciones municipales. Estas elecciones dieron la victoria a los socialistas-republicanos y se proclamó la Segunda República Española. Este día, el comité revolucionario se hizo cargo del poder, una vez negociada la salida de Alfonso XIII del país.
Se inició una nueva etapa caracterizada por profundas transformaciones políticas y sociales, pero durante su desarrollo tuvo una fuerte oposición de los sectores más conservadores de la sociedad. El advenimiento de la II República coincidió con una etapa de crisis económica internacional (crisis de 1929) y de crisis de los sistemas democráticos (en Europa existía un predominio de dictaduras), lo que hizo más difícil el desarrollo de reformas en España.
En el desarrollo de la República, distinguimos varias etapas:
2.1. Gobierno provisional (abril-diciembre de 1931)
El 14 de abril, el comité revolucionario se convirtió en Gobierno provisional. Estaban representados antiguos monárquicos (Niceto Alcalá Zamora), republicanos radicales (Lerroux), radicales socialistas (Marcelino Domingo), Acción Republicana (Manuel Azaña), republicanos catalanes, republicanos gallegos y socialistas (Indalecio Prieto, Largo Caballero…). Este gobierno, presidido por Alcalá Zamora, tenía la tarea de construir un nuevo régimen político y democrático. Sus dos primeras acciones fueron:
- Una serie de disposiciones de carácter reformista, de contenido social, militar y político, que seguirían desarrollándose durante el bienio republicano.
- La convocatoria de Cortes constituyentes mediante sufragio universal masculino, en la que podían ser elegidas diputadas las mujeres.
Este Gobierno provisional tuvo que enfrentarse a varios conflictos en los primeros meses. Estos hechos provocaron la hostilidad de la Iglesia y de los sectores católicos al nuevo régimen. También conoció abundantes protestas obreras protagonizadas por la CNT.
Las elecciones legislativas se celebraron el 28 de junio, y la coalición de republicanos socialistas obtuvo la mayoría. Las Cortes se abrieron ese mismo día y tuvieron como misión fundamental la redacción de la Constitución. En ella se definía a España como “una República democrática” y como un Estado unitario, pero con el reconocimiento de autonomía para los municipios y para algunas regiones. Se garantizaba la división de poderes. Apareció una nueva figura, el presidente de la República, elegido por los diputados por un periodo de 6 años. El Estado se declaró no confesional, se suprimió la ayuda económica a la Iglesia y se prohibió a las órdenes religiosas ejercer la enseñanza. Se proclamó la libertad religiosa y se reconoció el matrimonio civil, además de derechos individuales y sociales, como el derecho al trabajo, a la educación, a la salud y a una vivienda digna.
Una vez aprobada la Constitución, las Cortes eligieron presidente de la República a Niceto Alcalá Zamora, y se formó un gobierno presidido por Manuel Azaña. Se inició así el bienio republicano-socialista o reformista.
2.2. Bienio republicano-socialista o reformista (1931-1933)
Los gobiernos presididos por Azaña durante este bienio intentaron resolver de forma definitiva el problema religioso, el militar, el agrario, el educativo y el regional, haciendo profundas reformas.
Reforma religiosa
Esta reforma pretendía limitar el poder y la influencia de la Iglesia, y muchas de las medidas tomadas, como el reconocimiento constitucional del divorcio, el matrimonio civil, la supresión de la enseñanza religiosa y la eliminación de los crucifijos de las aulas, provocaron que se movilizaran contra ella, especialmente después de la creación del partido de la derecha católica, la CEDA.
Reforma militar
La reforma militar fue impulsada por Azaña con un doble objetivo: a) someter al ejército al poder gubernamental y asegurar la fidelidad a la República y alejar a los mandos monárquicos; b) reducir el número de oficiales mediante la jubilación anticipada o retiro voluntario de los oficiales disconformes con el régimen. Además, se redujeron las regiones militares, se creó la Guardia de Asalto y se redujo el servicio militar a un año.
Reforma agraria
La reforma agraria pretendía acabar con los problemas crónicos del campo español: el latifundismo, la escasa productividad y la abundancia de jornaleros sin tierras. La reforma se planteó tres objetivos:
- Social: entregar tierras a los campesinos para así crear una clase media campesina propietaria.
- Económico: aumentar la productividad.
- Político: acabar con el poder económico de la aristocracia terrateniente.
La Ley de Reforma Agraria fue aprobada después de muchas discusiones, y su contenido básico era expropiar, mediante indemnizaciones, tierras no explotadas directamente y asentar en ellas a campesinos que la explotaran. A pesar de sus grandes pretensiones, faltó dinero y eficacia política para llevarlo a cabo. Además, su puesta en marcha fue lenta, lo que provocó la reacción de los campesinos y sus duras protestas sociales.
Reforma educativa
El gobierno de Azaña se encargó de sustituir métodos y profesores religiosos por partidarios de una enseñanza progresista para intentar acabar con el analfabetismo y promover una educación liberal y laica. Se estableció la enseñanza primaria obligatoria, gratuita y mixta, se construyeron nuevas escuelas y se ampliaron las plazas de maestro. Además, se crearon las Misiones Pedagógicas, con el fin de llevar la instrucción y la cultura al campo. Sin embargo, la falta de fondos hizo difícil la reforma educativa.
Reforma política
Pretendía resolver el problema de los regionalismos. La Constitución reconocía la posibilidad de que algunas regiones organizaran su propio gobierno dentro del Estado español. Cataluña pidió su Estatuto de Autonomía, que fue aprobado por las Cortes. En él se recogía su gobierno (Generalitat) y su Parlamento. El País Vasco y Galicia tuvieron que esperar hasta 1936.
Los proyectos de reformas no contentaron a todos los sectores sociales. Dos sucesos pusieron de manifiesto el descontento de los militares y los campesinos. Hubo un intento de golpe de Estado en Sevilla, protagonizado por el general Sanjurjo, el cual se pudo abortar. Se produjo una sublevación anarquista en Casas Viejas (Cádiz), que fue reprimida duramente. Se responsabilizó de este hecho al propio Azaña. El gobierno quedó muy deteriorado, incapaz de hacer frente a los continuos conflictos sociales. Niceto Alcalá Zamora pensó que la mejor solución era la convocatoria de elecciones. Ganaron los partidos de derechas en unas elecciones donde, por primera vez, votaron las mujeres en España. Se inició así una nueva etapa, el bienio derechista.
2.3. El bienio derechista (noviembre de 1933 a febrero de 1936)
Durante este periodo, gobernaron los republicanos radicales apoyados por la CEDA. A pesar de que la CEDA fue el partido más votado, el presidente de la República era reacio a nombrar a Gil Robles, un antirrepublicano, como jefe de Gobierno. El objetivo de estos gobiernos fue frenar muchas de las reformas puestas en marcha en la etapa anterior. Así, se tomaron las siguientes decisiones:
- a) Se aprobó una Ley de Amnistía que favoreció a los militares encarcelados por el golpe de Estado de agosto de 1932, entre ellos Sanjurjo. Además, los altos mandos del ejército recayeron en militares contrarios a la democracia, como Fanjul y Francisco Franco.
- b) Se paralizó la reforma agraria.
- c) Se inició el mantenimiento económico del clero rural.
- d) Se inició lentamente la construcción de nuevas escuelas.
- e) Se suspendió el Estatuto de Autonomía catalán y se bloqueó en las Cortes cualquier intento de discusión del Estatuto del País Vasco.
Las protestas sociales aumentaron y se agudizaron cuando entraron tres miembros de la CEDA a formar parte del Gobierno.
La Revolución de Octubre fue el intento de conquista del poder por los sectores obreros mediante una insurrección armada. La prepararon comunistas, anarquistas y socialistas, aunque estos últimos tuvieron el mayor protagonismo. Se inició con una huelga general en numerosas ciudades. La actuación del Gobierno fue muy dura, y se encomendó la represión a tropas venidas de África. La revolución había fracasado.
En Cataluña, los sectores catalanistas e independentistas se unieron a la acción revolucionaria proletaria. Companys, presidente del gobierno autónomo, reaccionó y proclamó el Estado catalán el 6 de octubre. El ejército intervino rápidamente y detuvo y encarceló a los políticos. El Estatuto quedó suspendido.
A esta situación de protesta se unió un escándalo de soborno llamado “Estraperlo” (ruleta inventada por extranjeros). Estos consiguieron, mediante soborno a políticos, el permiso para instalarla en el Casino de San Sebastián. El descubrimiento acabó desprestigiando al Partido Radical y, con él, a la coalición radical-cedista. Niceto Alcalá Zamora encargó al nuevo jefe de Gobierno, Portela Valladares, la convocatoria a Cortes, que se celebraría el 16 de febrero de 1936.
2.4. El Frente Popular (febrero de 1936)
A las elecciones se presentaron unidos los partidos republicanos de izquierda y los partidos obreros, en una alianza que se conoció como Frente Popular. Indalecio Prieto y Manuel Azaña formaron una coalición circunstancial para eliminar a la derecha del poder y para recuperar las líneas de actuación del primer bienio azañista. Ganaron en numerosas ciudades, y la derecha se impuso en Castilla y Aragón.
El primer gobierno que se formó tras las elecciones estuvo presidido por Manuel Azaña y formado solo por republicanos. Su objetivo era recuperar la línea de actuación del primer bienio. Sus decisiones más importantes fueron: una amplia amnistía política, se restituyeron los cargos públicos suspendidos, se restauró la Generalitat, se inició la tramitación de los Estatutos de Autonomía del País Vasco y Galicia, se concedió mayor autonomía a los municipios, se reanudó la reforma agraria y la reforma de la enseñanza recibió un nuevo impulso.
En el mes de mayo, Alcalá Zamora fue destituido por las Cortes a causa de las presiones de la izquierda. Azaña fue nombrado presidente de la República, y como jefe de Gobierno, Casares Quiroga.
Durante los meses de junio y julio, el campo y la ciudad fueron testigos de la agitación revolucionaria. El gobierno fue incapaz de frenar la violencia y de solucionar la crisis social. A todos estos problemas se unía la conspiración militar que se organizó en torno a la Unión Militar Española. Iniciarían la conspiración y prepararían un golpe de Estado.
La violencia callejera no cesó, y el 12 de julio, unos pistoleros falangistas asesinaron al teniente de la Guardia de Asalto Castillo. Al día siguiente, moría asesinado José Calvo Sotelo. Este asesinato fue el detonante del golpe militar, que, al fracasar, desembocó en una larga y sangrienta Guerra Civil.
El régimen republicano se suprimió de inmediato en los territorios controlados por los sublevados; en la zona leal al gobierno, se mantuvo hasta el final de la guerra. Las aspiraciones de los republicanos de construir un sistema político democrático tardaron 40 años en hacerse realidad.