Historia de los Fueros Vascos y Navarros: Evolución y Abolición

Historia de los Fueros Vascos y Navarros

Introducción

Los Fueros eran los usos y costumbres, un auténtico derecho consuetudinario, particulares de cada territorio (leyes e instituciones propias). Tras la Guerra de Sucesión, con los Decretos de Nueva Planta de Felipe V, solo perduraron en el País Vasco y Navarra. Los territorios de la Corona de Aragón perdieron los suyos.

Pilares del Autogobierno Foral

Los Fueros planteaban un régimen de autogobierno basado en tres pilares:

  1. Soberanía compartida: Equilibrio de poderes entre el rey y los territorios. El rey debía jurar los fueros para ser reconocido como Señor.
  2. Pase Foral (Derecho de Sobrecarta en Navarra): Toda orden real requería la aprobación de las autoridades forales para tener efecto y no ser considerada contrafuero.
  3. Instituciones propias: De carácter representativo. El poder legislativo residía en las Juntas Generales (Cortes en Navarra) y el ejecutivo en las Diputaciones. El representante del rey era el corregidor (Bizkaia y Gipuzkoa), diputado general (Álava) o virrey (Navarra).

Privilegios Forales

  • Exención de impuestos y legislación propia en materia económica.
  • Exención militar.
  • Derecho civil propio.

Cambios en la Foralidad

La foralidad cambió con la llegada del liberalismo y las Guerras Carlistas. La Constitución de Cádiz (1812) suprimió los fueros, pero Fernando VII los restauró (excepto durante el Trienio Liberal, 1820-1823).

Las Guerras Carlistas y los Fueros

Primera Guerra Carlista (1833-1840)

Origen en el problema sucesorio entre Isabel II y Carlos María Isidro (Carlos V). Causas dinásticas e ideológicas (liberales vs. absolutistas).

Bandos en Conflicto

  • Liberales: Defendían la libertad política, económica y social, la soberanía nacional, la división de poderes, la uniformidad territorial y el laicismo. Apoyados por burguesía, proletariado urbano, Inglaterra, Francia y Portugal.
  • Carlistas: Defendían el tradicionalismo, el Antiguo Régimen, la monarquía de origen divino y el mantenimiento de los fueros. Apoyados por campesinos, pequeña nobleza, clero, Rusia, Prusia y Austria.

Lema carlista: «Dios, Patria, Rey y Fueros».

La guerra finalizó con el Convenio de Vergara (1839) entre Maroto y Espartero. Los carlistas aceptaron a Isabel II y los liberales se comprometieron a respetar los fueros.

Consecuencias de la Primera Guerra Carlista

  • Ley de 19 de septiembre de 1837: Necesidad de adaptar los fueros a la Constitución de 1837.
  • Ley de 25 de octubre de 1839: Confirmó los fueros vascos, «sin perjuicio de la unidad constitucional de la monarquía».
  • Ley Paccionada para Navarra (1841): Desmantelamiento de la foralidad navarra.
  • Decreto de 29 de octubre de 1841: Eliminó peculiaridades políticas y administrativas en el País Vasco, pero mantuvo la exención fiscal y militar.
  • Decreto de 4 de julio de 1844: Devolución de atribuciones al País Vasco.

Segunda Guerra Carlista (1846-1849)

Pretendiente: Carlos VI. Escenarios: Cataluña, Aragón y El Maestrazgo. El País Vasco no participó.

Tercera Guerra Carlista (1872-1876)

Pretendiente: Carlos VII. Apoyos en católicos y conservadores. Causas: defensa de la tradición (fueros, religión, propiedad) y la inestabilidad del Sexenio Revolucionario.

Escenarios: País Vasco, Navarra y Cataluña.

Fin de la guerra con el pronunciamiento de Martínez Campos y la restauración de Alfonso XII.

Consecuencias de la Tercera Guerra Carlista

  • Ley Abolitoria de los Fueros Vascos (1876): Abolición de las exenciones fiscales y militares. Supresión de las Diputaciones y Juntas en 1877.
  • Conciertos Económicos (1878): Recuperación de la foralidad económica.

Conclusión

La Ley de 1839 confirmó los fueros vascos, pero la Ley de 1876 los abolió definitivamente. Se mantuvieron los Conciertos Económicos, que permitieron inversiones en educación e infraestructuras. El nacionalismo vasco, con figuras como Ramón de la Sota, gestionó el tema de la foralidad en años posteriores, con el lema «Jainkoa eta Lagizarrak».

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