Historia del siglo XIX: Nacionalismo, Imperialismo y Arte

1. El triunfo del liberalismo (1848-1914)

Desde el fin de las revoluciones liberales de 1848 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, se observa un período marcado por la extensión de las ideologías liberales. Este proceso, iniciado en las revoluciones del siglo XIX, sentó las bases para la formación de los estados nacionales modernos. El nacionalismo, con sus diversas interpretaciones, fue un elemento clave en este proceso.

  • Nacimiento del nacionalismo: El concepto de nación, inicialmente entendido como un grupo de personas nacidas en el mismo lugar y bajo el mismo monarca, adquirió en el siglo XIX una dimensión política que reivindicaba la creación de estados con fronteras definidas. Surgieron dos tipos de nacionalismo: el unificador y el disgregador. A su vez, se desarrollaron dos concepciones: la romántica-alemana, que defendía la idea de nación basada en la cultura y la lengua, y la teórico-francesa, que la concebía como una entidad política. Estas concepciones dieron lugar a la implementación de políticas nacionalizadoras.
  • Política nacionalizadora de los estados: Los estados implementaron políticas para consolidar la identidad nacional, como la imposición de una lengua nacional, el desarrollo de símbolos y tradiciones, y la creación de banderas.
  • Movimientos disgregadores: Bélgica se separó de los Países Bajos. Los imperios multiétnicos, como el turco y el austrohúngaro, enfrentaron movimientos independentistas en sus territorios periféricos. En el siglo XIX, Grecia (1829), Serbia, Rumania, Montenegro, Bulgaria y Albania se independizaron del Imperio Otomano. También se inició el movimiento independentista en Irlanda.
  • Movimientos unificadores: Italia, dividida en varios estados, algunos bajo dominación extranjera, logró su unificación en 1861, liderada por el Piamonte, gracias al sentimiento de unidad entre los italianos, fomentado por la lengua común. En el caso alemán, Prusia lideró la unificación. Durante la primera mitad del siglo XIX, se establecieron mecanismos de cooperación económica entre los distintos estados alemanes. A partir de 1862, el rey Guillermo I de Prusia y su primer ministro, Bismarck, aceleraron la unificación por la vía militar. En 1871, nació el Imperio Alemán, el II Reich, que se convirtió en una gran potencia.

2. La construcción de una nación: Estados Unidos

Dos procesos fundamentales marcaron la historia de Estados Unidos en el siglo XIX: la expansión hacia el Oeste y la Guerra de Secesión. Estos eventos impulsaron el crecimiento del país y su desarrollo económico.

  • Expansión hacia el Oeste: Entre 1800 y 1850, la población estadounidense pasó de 5 a 23 millones, debido a la llegada de inmigrantes. Se incorporaron nuevos territorios: Luisiana y Florida fueron compradas a Francia y España a principios del siglo XIX; Gran Bretaña cedió Oregón en 1845. Tras una corta guerra, se incorporaron Nuevo México y California en 1848. Estados Unidos alcanzó la costa del Pacífico, que fue rápidamente colonizada. La expansión hacia el Oeste proporcionó tierras y dio lugar a tres grandes regiones: el Noroeste, con gran desarrollo industrial y urbano; el Sur, con una economía agraria basada en las grandes explotaciones de algodón y tabaco trabajadas por esclavos; y el Oeste, donde predominaban los pequeños granjeros independientes.
  • El problema de la esclavitud y la Guerra de Secesión: La Constitución de Estados Unidos dejaba en manos de cada estado la decisión sobre la abolición de la esclavitud. En el Norte y el Oeste se había abolido, pero en el Sur se mantenía porque era la base de su economía. El enfrentamiento entre estados abolicionistas y esclavistas se intensificó a mediados del siglo XIX. En 1860, Abraham Lincoln fue elegido presidente, oponiéndose a la extensión de la esclavitud en nuevos territorios. Poco después, 11 estados del Sur se separaron y crearon la Confederación. La Guerra de Secesión (1861-1865) terminó con la victoria del Norte. Fue una guerra muy destructiva, en la que se utilizaron por primera vez armas modernas.
  • Reconstrucción: El período posterior a la guerra fue una época de prosperidad económica. Estados Unidos inició un imparable desarrollo que lo convirtió en la primera potencia industrial del mundo en el siglo XX. La esclavitud fue abolida tras la guerra, pero al retirarse el ejército del Norte, el Sur suprimió las leyes favorables a la población negra. La vida política comenzó a organizarse en torno a los partidos Republicano y Demócrata.

3. Liberalismo y autoritarismo en Europa

En el siglo XIX, la situación política en Europa era muy variada. Gran Bretaña y Francia avanzaron hacia la democracia, mientras que otros estados mantuvieron sistemas políticos autoritarios.

  • Consolidación del liberalismo en Gran Bretaña y Francia: La democracia avanzó gradualmente con la aprobación del sufragio universal masculino, el desarrollo de la libertad religiosa y de expresión, y el surgimiento de nuevos partidos políticos. La concesión del voto a los varones provocó cambios importantes en los partidos políticos, que comenzaron a desarrollar estrategias políticas modernas. Sin embargo, no se puede hablar de una democracia auténtica por dos motivos:
    • Las mujeres seguían careciendo de muchos derechos, lo que dio lugar al movimiento sufragista.
    • La manipulación electoral era una práctica generalizada.
  • Sistemas políticos autoritarios:
    • Rusia: El zar mantenía un férreo absolutismo. La esclavitud existió hasta 1861. La nobleza, la Iglesia ortodoxa y los oficiales del ejército monopolizaban los cargos. La economía era principalmente agrícola y la industrialización muy limitada.
    • Alemania: Tras la unificación, se creó un sistema político no totalmente liberal. Se aprobó una constitución que establecía un Parlamento elegido por sufragio universal masculino, pero el poder del emperador seguía siendo significativo. Desarrolló una política social muy avanzada.
    • Imperio Austrohúngaro: El emperador controlaba el poder, apoyado en la Iglesia católica, la aristocracia y el ejército. A principios del siglo XX, el imperio inició una apertura hacia el liberalismo, reconociendo el sufragio universal en 1906.

A finales del siglo XIX y principios del XX, se crearon los primeros subsidios de paro y las pensiones de jubilación.

4. El origen del imperialismo europeo

En el siglo XIX, las potencias europeas se lanzaron a la conquista de territorios en Asia, África y Oceanía. El imperialismo, la extensión del dominio de un país (metrópoli) sobre otros territorios (colonias), tuvo su mayor intensidad en este período. Gran Bretaña y Francia fueron las principales potencias coloniales, pero otros países como Alemania, Italia, Bélgica, Estados Unidos y Japón también crearon imperios. España perdió sus colonias en Iberoamérica y el Pacífico. La rapidez de la conquista se explica por la superioridad militar de los países colonizadores.

Factores económicos: Las colonias se convirtieron en mercados sin tributos aduaneros, espacios para invertir capital y fuentes de materias primas baratas.

Factores políticos: Las potencias conquistaron lugares estratégicos para controlar rutas marítimas y terrestres, aumentar su prestigio y fortalecer el orgullo nacional.

Factores demográficos: El crecimiento demográfico en los países occidentales impulsó la emigración a las colonias, aliviando el paro y el malestar social en las metrópolis.

Factores ideológicos: Las ideologías racistas, la idea de la superioridad de la raza blanca y la misión civilizadora justificaron las conquistas. La curiosidad científica también impulsó la expansión, con la creación de sociedades geográficas.

5. Los grandes imperios coloniales (1870-1914)

Entre 1870 y 1914 se formaron grandes imperios coloniales. El Imperio Británico fue el mayor, seguido del francés. Este proceso de expansión provocó luchas y roces entre las potencias. A partir de 1830, Inglaterra conquistó la India y Francia a Argelia. La Conferencia de Berlín (1885) repartió el territorio africano entre los estados europeos. A principios del siglo XX, la expansión imperialista había terminado. América Latina se independizó en 1898, pero seguía dependiendo económicamente de otros países.

El Imperio Británico alcanzó su mayor esplendor durante el reinado de Victoria I (1839-1901), con 33 millones de km² y 450 millones de habitantes, siendo la India su colonia más importante. El Imperio Francés, la segunda potencia, tenía 10 millones de km² y 48 millones de habitantes. Otros imperios menores fueron el belga (Congo), el alemán (sur de África), el italiano (Trípoli, Eritrea y Somalia). Rusia se expandió por Liberia hasta la frontera con la India. Estados Unidos ocupó Filipinas y Puerto Rico, y controló Cuba. Japón anexionó Corea y Formosa.

La expansión colonial aumentó las tensiones entre las potencias europeas. Alemania consideraba que su imperio no correspondía a su importancia. Marruecos fue administrado por Francia y España.

6. Administración y vida en las colonias

Administración: Las colonias estaban sometidas a la soberanía y administración de la potencia colonizadora (ej. Congo Belga). En los protectorados, las potencias controlaban la política exterior y la explotación de recursos, mientras que las autoridades nativas se encargaban de la política interior (ej. España y Francia en Marruecos). Las concesiones eran territorios pertenecientes a un país independiente, donde las potencias occidentales obtenían ventajas comerciales.

Explotación económica: Los colonizadores se apropiaban de tierras para plantaciones de productos no cultivables en Europa (café, azúcar, cacao, té) o explotaban los recursos minerales. La población nativa proporcionaba mano de obra barata. Las autoridades occidentales no fomentaban la industrialización de las colonias.

Sociedad racista: Los colonizadores, considerándose superiores, marginaban a la población nativa. En Australia y Nueva Zelanda, se aplicaron políticas de exterminio. Los matrimonios interraciales estaban prohibidos o mal vistos. La población occidental, aunque pequeña, ocupaba los principales cargos y controlaba la economía. La población nativa vivía en la pobreza y sin derechos.

7. El arte del siglo XIX y principios del XX

  • Impresionismo (década de 1870): Buscaban reflejar los efectos de la luz. Destacan Monet, Sisley, Pissarro, Manet, Degas y Renoir.
  • Postimpresionismo (década de 1880): Captaban sus sentimientos y su propia visión de la realidad. Destacan Van Gogh, Cézanne y Gauguin.

En el siglo XX surgieron:

    • Expresionismo: Cuadros violentos y angustiosos que reflejan inquietud, temor y miedo (ej. Munch).
    • Fauvismo: Colores brillantes y formas simples y decorativas (ej. Matisse).
    • Cubismo: Objetos y figuras desde distintos ángulos, distorsionando la realidad (ej. Picasso).
  • Arquitectura: Se utilizaron nuevos materiales como el hierro, el cristal, el acero y el hormigón armado. Se construyeron rascacielos. A finales del siglo XIX, surgió el Modernismo o Art Nouveau, que se preocupaba por la estética de los edificios, tanto en las fachadas como en los interiores (ej. Antoni Gaudí).

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