Impulsores del Progreso: Mercado, Estado y Libertad en la Era de la Innovación

El Mercado: Oportunidades e Incentivos Materiales para los Innovadores

Si bien las motivaciones de muchos pensadores trascendieron lo puramente material, es innegable que los intereses económicos desempeñaron un papel clave en el trabajo de los inventores. El deseo de enriquecerse impulsó a muchos a aplicar el conocimiento y el método científico al desarrollo de nuevas máquinas y productos. El afán de lucro siempre ha ocupado un lugar destacado entre ellos.

Desde finales del siglo XVIII, se introdujeron y perfeccionaron diversas leyes de patentes, que incluyen tres componentes básicos: un título oficial del estado, un registro oficial donde la administración guarda copia de ese derecho para que sea conocido por todos, y un código de penalizaciones. Estas leyes garantizaban que los inventores pudieran obtener beneficios económicos, en ocasiones enormes, de sus invenciones, introduciendo un estímulo muy importante para la innovación.

A partir de la Revolución Francesa de 1789, se introdujeron reformas legales que consolidaron los derechos de propiedad y garantizaron la libertad individual y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Se suele estar de acuerdo en que cuando la propiedad no es segura, es decir, cuando puede ser robada o confiscada, es muy poco probable que se produzca cualquier tipo de progreso. Estas reformas crearon el marco jurídico necesario para el desarrollo de una economía de mercado.

El Papel del Estado

Los estados contribuyeron de diversas maneras a impulsar el crecimiento económico y la innovación tecnológica. Los políticos tenían sus propios motivos para desear que las economías nacionales crecieran y que incorporaran las tecnologías más modernas. Cuando la gente empieza a percibir los frutos del crecimiento y su opinión comienza a ser importante para los gobiernos, tendrán un motivo adicional para satisfacer a los ciudadanos mediante el crecimiento de la riqueza, promoviendo su adhesión y alimentando la fuente de soborno social en que se fue convirtiendo la abundancia material.

Los estados contribuyeron al crecimiento económico moderno creando un entorno jurídico adecuado para el desarrollo de la economía de mercado. El papel del estado fue importante en el desarrollo de infraestructuras necesarias para el crecimiento económico, construyendo, financiando o subvencionando la construcción de ferrocarriles, canales, etc. Lo más importante fue la promoción de la educación. Antes apenas existían escuelas públicas; a partir de entonces, algunos estados comenzaron a establecer sistemas educativos con financiación pública. Los estados más avanzados también fomentaron la educación técnica y la investigación científica, así como la divulgación de los conocimientos. Finalmente, los estados intervinieron de un modo más directo en la economía con la intención de promover su transformación, protegiendo a la industria local de la competencia extranjera.

La Liberación de los Recursos Naturales

La transición de una economía feudal a otra capitalista supuso la liberalización de los recursos naturales de propiedad colectiva o pública, cuya explotación estaba regida por normas comunales o dictadas por el estado. En el caso de la tierra, la transformación de las propiedades comunales en propiedades privadas a través de los cercamientos de tierras fue un proceso iniciado en Inglaterra a finales del siglo XVI. En el caso del subsuelo, la propiedad de los yacimientos mineros en la Europa preindustrial había sido del estado o de la corona, quien o bien los explotaba directamente o los arrendaba o cedía a particulares, lo que terminó con los regímenes de explotación comunal a pequeña escala.

En Estados Unidos, el estado era propietario eventual de la tierra y desarrolló una política tendente a favorecer la colonización y la puesta en explotación de las tierras por una clase de medianos propietarios. Los grandes ganaderos y las compañías madereras, que solicitaban propiedades más grandes, se vieron perjudicadas. Aunque la mayor parte del mar y los recursos pesqueros eran libres en las aguas territoriales controladas por los estados, su aprovechamiento era cedido en exclusividad a las propias comunidades pesqueras, quienes a través de las cofradías regulaban el acceso y las condiciones de explotación.

Una Mayor Libertad: El Factor Trabajo y la Iniciativa Empresarial

¿Qué Cambios se Produjeron?

La abolición de la servidumbre en la Europa del Este y de otras obligaciones feudales en Europa Occidental en la agricultura, y de las corporaciones gremiales y otros privilegios en las manufacturas y el comercio, son quizás los dos hitos más significativos de un proceso de reformas que significó la creación de una fuerza de trabajo asalariada y libre, y la instauración del principio de libertad de cultivos, industria y comercio.

La supresión de la servidumbre se inició a finales del siglo XVIII. El resultado de las reformas fue la creación de una abundante fuerza de trabajo asalariada cuyo destino final fue casi siempre el trabajo en el campo o la emigración. Parecidas consecuencias tuvieron las reformas agrarias efectuadas en Europa Occidental. En América Latina, la abolición de la esclavitud y las reformas agrarias posteriores crearon una amplia oferta de trabajo para la agricultura, la minería o donde apareciera la industria. En Japón, las reformas efectuadas crearon una abundante oferta de trabajo que permaneció empleada en la agricultura o en la industria textil.

La descomposición de las instituciones gremiales se agudizó durante la centuria siguiente, tanto por las consecuencias que sobre aquellas traía el desarrollo económico como por la ofensiva legal desatada desde los estados. En general, las amenazas al poder de los gremios vinieron de cuatro fuentes: el estado, la creciente diferenciación socioeconómica intra e intercooperativa, el descontento de los oficiales y la competencia de las industrias. En el siglo XIX, el trabajo fue reconocido legalmente como una mercancía que se podía adquirir en el mercado.

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