Orígenes
La génesis de la industrialización del País Vasco va a estar, por tanto, centrada en Bizkaia (margen izquierda) y en el monopolio del hierro. A su abundancia y calidad (especialmente de «vena» y «campanil»), dos elementos van a lanzar el mineral a ámbitos extranjeros: la facilidad de extracción (sistema de canteras) y la proximidad al mar (posibilidades de transporte marítimo).
La primera siderurgia moderna
Será instalada en 1840 (Santa Ana de Bolueta –Bilbao-). A partir de esta fecha otras varias van a acompañar esta industrialización que, por motivos prácticos, comenzará a centrarse en el eje Barakaldo-Sestao. Así, en 1854, los Ybarra Hermanos y Cía levantarán en el Desierto la «Fábrica de Hierro de Nuestra Señora del Carmen» (Barakaldo, 1854) en tanto la familia Chavarri, con Víctor Chavarri al frente, crean la Vizcaya en Sestao. Ambas serán las bases del intenso desarrollo industrial (minas, transportes, cargaderos, etc…) de Bizkaia.
Crecimiento de la población
Todo este proceso industrial precisó, por otra parte, de una ingente mano de obra. Llegó, a partir de 1877, a decenas de las provincias limítrofes (Burgos, Cantabria…) de modo que se pasó de 400.000 habitantes en 1877 a más de 600.000 en 1900, lo que supone un incremento del 34% frente al 9% del resto del país. Bizkaia fue el territorio que más creció.
El Movimiento Obrero en el País Vasco
La industrialización y la llegada masiva de miles de inmigrantes trastocó la estructura socioeconómica vasca, poniendo fin a la relación paternalista entre obreros y patronos, tradicional del período preindustrial. Sin embargo, los trabajadores tardaron algún tiempo en organizarse para responder a la nueva situación empresario-trabajador.
La ideología de Sabino Arana
Sabino Arana (de familia carlista) es el impulsor del nacionalismo vasco. Su punto de partida era la distinción de la cultura, raza, etc, del bizkaino respecto al español (maketo) y la necesidad de recuperar los fueros y regresar a la antigua situación (la ley vieja). Se resume en el lema «Jaungoikoa eta Lege Zaharra».
La Constitución de 1931
El texto fue elaborado por una comisión presidida por el socialista y catedrático de Derecho Penal Luis Jiménez de Asúa, generando su elaboración fuertes tensiones especialmente por el tema religioso, tanto en la Cámara como en la calle. Se aprueba el texto definitivo en diciembre de 1931 sin ningún voto en contra, aunque cerca de un centenar de diputados se ausentó de la votación.
Las Reformas
En el ámbito Educativo. Azaña sustituyó los métodos y profesores religiosos por partidarios de una enseñanza progresista. Otras, como la disolución de la Compañía de Jesús o la prohibición de ejercer la enseñanza a las órdenes religiosas, fueron excesivamente agresivas y entrañaron un grave riesgo de enfrentamiento entre la opinión católica (mayoritaria en España) y el régimen republicano.
El Bienio Conservador (1933-1936)
En estas elecciones el triunfo por mayoría simple es de la CEDA, seguida del PRR de Alejandro Lerroux, favorecido por la desilusión de las bases izquierdistas, la abstención anarquista, el voto femenino y la reorganización de la derecha.
El Frente Popular (1936)
En estas elecciones, la desunión y desgaste de la derecha coinciden con la unión de la izquierda en una coalición electoral denominada “Frente Popular” (republicanos, comunistas, socialistas), ganando esta última las elecciones. Ante el fracaso electoral, los grupos conservadores empiezan a considerar que la única manera de frenar las reformas y mantener sus privilegios es llevar a cabo un golpe de Estado que establezca un régimen dictatorial.