La Autarquía Económica en la España Franquista: Hambre, Intervencionismo y Reajustes

La Autarquía Económica

El Impacto de la Guerra Civil: Los Años del Hambre

Al acabar la guerra, España era un país arruinado en el que a la pérdida de vidas humanas se añadía la destrucción de bienes materiales. Por un lado, el impacto en pérdidas humanas fue muy considerable. En cuanto al poblamiento, se produjo en los años de la posguerra una vuelta al campo, debido al desmantelamiento de la economía cercana a la tierra. En cuanto a las repercusiones económicas, los años 40 fueron los años del hambre. El nivel de renta no se recuperó hasta los años 50. Además, España no pudo beneficiarse de la ayuda americana del Plan Marshall por el tipo de régimen dictatorial y el aislamiento internacional. Esta situación estaba provocada por la política económica franquista, además de por los efectos de la Guerra Civil, de la Segunda Guerra Mundial y el aislamiento político de España.

Todos los testimonios de la década de los 40 recuerdan aquella época como el tiempo de las restricciones eléctricas, el hambre y la miseria.

El nuevo régimen tuvo que recurrir al racionamiento. Una parte importante de los bienes esenciales de consumo pasaron a depender del mercado negro, el estraperlo. Era la única forma de sortear los controles y los precios oficiales, y también la única vía de supervivencia para mucha gente. Entre los estraperlistas se encontraban desde productores agrícolas hasta funcionarios y altos cargos del régimen, que facilitaban y daban cobertura a ese tráfico a cambio de jugosas comisiones. También se generalizó la corrupción.

La Política Intervencionista

Para hacer frente a esa difícil situación, el franquismo optó por un modelo de Autarquía Económica, pues consideraba que un país no podía gozar de independencia política si no era económicamente autónomo, casi autosuficiente.

Una serie de decretos implantó un sistema intervencionista:

  • En la agricultura: se fijaron precios y, a través del Servicio Nacional del Trigo, se requisaba el trigo a precios de tasa, pero surgió el mercado negro y el estraperlo.
  • En 1941, se fundó el Instituto Nacional de Industria (INI).

La época de la autarquía supuso un incremento de las desigualdades sociales, un empobrecimiento general de la mayoría de la población, una progresiva corrupción de la Administración pública y una falta de estímulo para el progreso de la producción industrial.

Estancamiento Económico y los Primeros Reajustes

Las consecuencias de esta política económica autárquica fueron nefastas. Los pocos alimentos garantizados por la cartilla de racionamiento y los elevados precios de los productos en el mercado negro, frente a los escasos salarios, provocaron mucha hambre, sobre todo en las grandes ciudades. La inexistencia de sindicatos redujo el poder de compra de los trabajadores al no poder exigir un aumento de sueldo para compensar la subida de precios. Todo esto afectó a las industrias de bienes de consumo, que sufrieron una reducción de la demanda, lo cual acabó teniendo como consecuencia la pérdida de puestos de trabajo.

España en los años 50 era uno de los países europeos con menor consumo de energía y renta per cápita, pero a partir de 1951 se produjo una mejora de la industria. Hubo dos factores que explican esta subida económica:

  • La ayuda americana, que fue inferior a la que se prestó a otros países, pero muy importante para la maltrecha economía española. Esta ayuda permitió un aumento de la importación de productos industriales.
  • La política económica de un nuevo gobierno formado en 1951, con la participación de falangistas y católicos que tenían una mayor preparación técnica y un programa más liberal.

Crecen las importaciones de productos básicos, como gasolina, maquinaria, etc. Al quedar paradas nuestras exportaciones, se produce un gran déficit en nuestra balanza comercial. En el comercio interior, desaparece la cartilla de racionamiento, pero sin llegar a una total liberación, pues los precios seguían vigilados. El crecimiento de la producción agrícola fue inferior al industrial. Como un intento de solución, el gobierno elaboró la Ley de Concentración Parcelaria para dar solución a los minifundios y la Ley de Fincas Manifiestamente Mejorables. La crítica situación económica y las nuevas relaciones internacionales del régimen obligaron a Franco a un nuevo cambio de gobierno en 1957, en el que entraron como ministros hombres que venían del Opus Dei. El nuevo gobierno trató de detener el déficit del Estado llevando a cabo una reforma fiscal, pero el mayor cambio y definitivo llegó en 1959 con el Plan de Estabilización, con el que se inicia una nueva etapa económica.

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