La Confederación Argentina y Buenos Aires: Unificación y Conflictos (1852-1862)

Presidencia de Derqui

Urquiza finalizaba a comienzos de 1860 su presidencia y entonces las elecciones para su sucesor llevaron a la única candidatura con posibilidades de ganar: la de Derqui y el general Esteban Pedernera. En 1860, ya pacificado el país, aunque sin la incorporación de Buenos Aires, Derqui asumió el mando mientras Urquiza era elegido gobernador de Entre Ríos. Al mismo tiempo, en Buenos Aires accedía a la gobernación el general Bartolomé Mitre con Sarmiento de ministro. En San Juan hubo enfrentamientos y fusilamientos de diferentes condiciones, cuestión que hizo enardecer los ánimos en Buenos Aires. También en Paraná hubo diferencias por las rivalidades entre Urquiza y Derqui. Por último, en Buenos Aires se eligieron sus diputados al Congreso Nacional, según la ley provincial en vez de haber utilizado la nacional como hubiese correspondido. No había más remedio que invalidar esas designaciones, lo que fue tomado como casus belli. Derqui, desconfiado de Urquiza, organizó fuerzas armadas en su nativa Córdoba, mientras que el jefe entrerriano marchaba hacia Buenos Aires. Así se encontró cerca del límite en Pavón con Mitre e inesperadamente Urquiza ordenó el retiro. El jefe entrerriano pensó que Derqui lo traicionaría en su tierra. Después de Pavón la guerra siguió unos meses pero pronto la derrota de la Confederación fue evidente, sus autoridades renunciaron, Entre Ríos asumió su soberanía y aceptó el poder ejecutivo nacional. Lo asumió Mitre que, a principios de 1862…

Buenos Aires y la Confederación Argentina (1852-1862)

En 1850, el gobernador de Entre Ríos, el caudillo rural jefe de Urquiza, logró aunar a los sectores opositores junto al grupo de exiliados en Montevideo y las fuerzas navales brasileras, formando la Triple Alianza. Esta le declaró la guerra a Buenos Aires y derrotó a su ejército en la batalla de Caseros. La derrota de Rosas no destruyó el poder de Buenos Aires, los conflictos entre distintos intereses continuaron y entraron en una nueva etapa. Derrotadas militarmente las fuerzas de Buenos Aires, Urquiza, como jefe político de la Confederación Argentina, propuso la nacionalización de la aduana, que consistía en repartir ese ingreso entre todas las provincias, la libre navegación de los ríos inferiores y la convocatoria a un Congreso General Constituyente. El gobierno de Buenos Aires decidió no participar y se separó de las provincias. Así, la realidad fue que Argentina quedó dividida en dos estados: por un lado, Buenos Aires… En 1853, Urquiza fue elegido presidente de la Confederación, que fijó su capital en Paraná. Esta separación de Buenos Aires privó a la Confederación de la principal fuente de recursos: los ingresos provenientes de la aduana de su puerto. Con el objetivo de atraer el comercio extranjero, el gobierno estableció aranceles más bajos, pero no dio resultado. También permitió la navegación de buques extranjeros en los ríos Paraná y Uruguay. No obstante, la mayoría continuó descargando sus mercaderías en el puerto de Buenos Aires, ya que Rosario no era un mercado importante que lo justificara. Ante esa imposibilidad de conseguir recursos por otros medios, la Confederación declaró la guerra al Estado de Buenos Aires. Su ejército, al mando de Urquiza, venció a las fuerzas de Buenos Aires en la batalla de Cepeda en 1859. Se firmó un pacto a través del cual se estableció que Buenos Aires se uniría a la Confederación previa reforma de la Constitución, mientras que hasta su incorporación seguía conservando la administración de su aduana y controlando su ejército. Las diferencias que se presentaban en relación con la elección de los diputados que debían reformar la Constitución sirvieron de excusas para reanudar la guerra. La batalla de Pavón, a fines de 1861, significó el triunfo de los intereses de los grupos dominantes de Buenos Aires sobre la Confederación. Las reformas introducidas en la Constitución aseguraron la situación de las provincias sobre la base del predominio de Buenos Aires, cuya autonomía, afirmada, garantizaba por cinco años el cobro de los derechos de exportación.

El Tema de la Capital Federal y la Convención Reformadora

Uno de los temas más importantes a discutir en la Convención era el de la capital federal. La Constitución establecía a la ciudad de Buenos Aires en esa condición, lo que implicaba pasarla a la jurisdicción nacional y desarmar en gran medida la maquinaria política del porteñismo más radicalizado. Buenos Aires solo aceptaría entregar su principal ciudad y centro económico, y convertirlo en una dependencia federal, si se sentía confiada en controlar al ejecutivo nacional. En esa época era muy fácil para un grupo opositor, enraizado en la opinión pública, reclutar tropas y crear un foco de resistencia armada que después podía progresar a otras provincias. Luego de varias modificaciones a la Constitución Nacional, fue en Santa Fe, en septiembre de 1860, que se aprobó la unificación.

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