El Reinado de Isabel II (1843-1868): Consolidación del Estado Liberal en España
La Primera Guerra Carlista (1833-1839)
En 1833, estalló la Primera Guerra Carlista, un conflicto entre los partidarios de Carlos María Isidro (carlistas), defensores del Antiguo Régimen, y los isabelinos, que apoyaban a Isabel II y al liberalismo. El desarrollo de la guerra se divide en cuatro fases:
- 1833 – Julio 1835: Zumalacárregui organiza un ejército carlista regular en el territorio vasco-navarro.
- Julio 1835 – Octubre 1837: Se llevan a cabo las grandes expediciones carlistas.
- Octubre 1837 – Agosto 1839: El ejército isabelino, liderado por Espartero, obtiene importantes victorias.
- Agosto 1839: El general Maroto, del ejército carlista, negocia con Espartero el Convenio de Vergara, poniendo fin a la guerra.
El Sistema de Partidos y la Regencia de Espartero (1837-1843)
Desde 1837, se configura un sistema de partidos que se alternan en el poder, influenciado por militares como Espartero, Narváez y O’Donnell. El primer gobierno, en manos de los moderados tras la Constitución de 1837, establece los principios del moderantismo político. En 1840, la Ley de Ayuntamientos permite al rey nombrar a los alcaldes.
En 1840, Espartero es nombrado regente, pero gobierna de forma autoritaria, generando descontento. Sus medidas económicas liberales provocan un levantamiento en Barcelona, que Espartero reprime con dureza. Esto lleva a su dimisión y exilio en 1843. Las Cortes adelantan la mayoría de edad de Isabel II, comenzando su reinado.
El Reinado de Isabel II: Moderados y el Bienio Progresista (1843-1856)
Durante el reinado de Isabel II (1843-1868), se consolida el Estado liberal español. Este periodo se caracteriza por gobiernos moderados interrumpidos por el Bienio Progresista. Se configuran los principales partidos políticos: moderados, progresistas, Unión Liberal, Partido Demócrata y Partido Republicano.
En 1844, los moderados, liderados por Narváez, ganan las elecciones y aprueban la Constitución de 1845, que establece la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, limita derechos y libertades, y suprime la Milicia Nacional. En 1851, se firma el Concordato con la Santa Sede.
Se aprueba el Código Penal (1848) y el Código Civil (1850). Se crea la Guardia Civil (1844) y se impone el servicio militar obligatorio. La inestabilidad política, la Segunda Guerra Carlista (1846-1849) y el autoritarismo del gobierno llevan a la Revolución de 1854 (Vicalvarada).
Tras la Vicalvarada, Isabel II convoca elecciones, dando la victoria a los progresistas, iniciando el Bienio Progresista (1854-1856), gobernado por Espartero y O’Donnell. Se restablecen libertades, se acepta la Milicia Nacional, se realizan las desamortizaciones de Madoz y se impulsa la industria. En 1856, O’Donnell, con el apoyo de la reina, da un golpe militar, terminando con el Bienio Progresista.
La Década Moderada y la Crisis Final (1856-1868)
El gobierno de O’Donnell supone la vuelta a las instituciones moderadas. Narváez regresa al poder con una política conservadora. El autoritarismo de los moderados provoca la sublevación de los sargentos del Cuartel de San Gil en 1866, que es reprimida con dureza.
En 1866, progresistas, demócratas y unionistas firman el Pacto de Ostende para derrocar a Isabel II, dando inicio al Sexenio Democrático (1868-1874).
Conclusión
El reinado de Isabel II se caracterizó por una gran inestabilidad política, con numerosos cambios de gobierno y una profunda división entre absolutistas y liberales.