La Constitución de 1869 y la Primera República: Derechos Individuales en España

La Revolución Gloriosa y el Advenimiento de la Primera República

El carácter continuista de los gobiernos isabelinos provocó un apoyo cada vez menor a la monarquía. La muerte de O’Donnell y, posteriormente, la de Narváez, dejó a la corona sin generales que pudieran defenderla. La crisis económica de 1864 favoreció los movimientos conspiradores. Se formaron juntas en las principales ciudades para apoyar el levantamiento, muchas dirigidas por demócratas y republicanos. Estas juntas no solo pretendían un cambio de gobierno, sino de régimen. Este fue el inicio de la revolución conocida como “La Gloriosa” de 1868.

Gobierno Provisional y Cortes Constituyentes

Tras la caída del gobierno, el poder lo ocupó un gobierno provisional formado por la Unión Liberal y los progresistas, excluyendo a las fuerzas populares. Este gobierno convocó Cortes Constituyentes, reconociendo una serie de derechos políticos, aunque se pronunció a favor de la monarquía, pero sin rey. Serrano fue nombrado regente y Prim, jefe de Gobierno. Este gobierno se enfrentó a varios problemas, como la sublevación de Cuba, la reorganización carlista, el desarme de la Milicia Nacional y la grave situación económica que provocó revueltas campesinas en gran parte de Andalucía. Las Cortes Constituyentes fueron elegidas por sufragio universal masculino y estuvieron formadas por carlistas, isabelinos, unionistas, progresistas, monárquicos demócratas y republicanos.

La Búsqueda de un Rey y la Llegada de Amadeo I

Aprobada la Constitución de 1869, se buscaron candidatos al trono. Se barajaron varias candidaturas, como la del Príncipe Alfonso (XII), que fue desechada por la negativa a elegir un Borbón, el propio general Espartero y varias casas reales como la de Portugal, Prusia o Saboya. Debido a los problemas que planteaban la mayoría de las candidaturas, solo quedó la italiana de la casa de Saboya. Tras la votación en las Cortes, salió ganadora la candidatura de Amadeo de Saboya, quien fue proclamado rey a principios de 1871. Estas cortes fueron disueltas, a pesar de que la decisión distaba de ser unánime.

El Reinado de Amadeo I y sus Dificultades

A los problemas anteriores (la guerra de Cuba, la sublevación carlista, la crisis económica, la sublevación de los republicanos, la agitación socialista y anarquista) se sumó la falta de apoyos tanto del pueblo como de las clases altas y del ejército, el cual estaba muy dividido. Serrano presidió el primer gobierno de la monarquía con las mismas figuras políticas. Dos meses después, en las elecciones de marzo, se produjo la victoria de la coalición monárquica, de unionistas y progresistas, y otros grupos menores. Pero no tardaron en aparecer las fricciones. Los líderes políticos más destacados se distanciaron en los criterios de aplicación de los principios democráticos, dando lugar a numerosas corrientes que configurarían nuevos partidos: Sagasta se puso al frente del Partido Constitucionalista (el más conservador), Zorrilla configuró el Radical, y el carlismo avanzó electoralmente. A finales de año, Sagasta obtuvo el favor real y convocó elecciones, obteniendo la mayoría absoluta en abril, pero un escándalo le obligó a dimitir y Zorrilla pasó a ocupar el gobierno.

Amadeo I buscaba un pretexto para abdicar, el cual llegaría con el conflicto entre los artilleros. Zorrilla aprobó la disolución del Cuerpo de Artillería, firmada por el rey contra su parecer ante la amenaza de Zorrilla de dimisión. El 10 de febrero de 1873, Amadeo I abdicó en su nombre y en el de sus descendientes y se marchó a Lisboa.

Política Económica del Sexenio Democrático

En materia económica, se impuso el librecambismo con el objetivo de alcanzar una mayor cohesión del mercado interior y un abaratamiento de los productos básicos para así poder destinar una mayor parte de las rentas a otros productos mediante diversas leyes, como la de Bases Arancelarias de 1869. Esta ley no logró la fijación de los derechos arancelarios en un 15% máximo, pero sí logró su aplicación, por lo que los intercambios con el exterior provocaron una mayor competitividad y recaudación. En el terreno monetario, se planteó la implantación de la peseta como unidad monetaria española.

La liberación del sector minero atrajo cuantiosas inversiones extranjeras que lo reanimaron y aumentaron el nivel de recaudación fiscal. Sin embargo, los préstamos exteriores se negociaron cada vez en condiciones menos ventajosas, conforme el Estado se hacía más insolvente, hasta desembocar en la bancarrota. El servicio de la deuda se convirtió en el más importante gasto público, llegando a superar la mitad del presupuesto. El Sexenio Democrático estuvo caracterizado por una alta conflictividad social agravada por el surgimiento del movimiento obrero, que en España apareció en dos vertientes: las revueltas obreras y el desarrollo anarquista tras la decepción de un sector del campesinado andaluz al no llevarse a cabo una reforma agraria. El movimiento obrero fue desarrollando autonomía de acción y el anarquismo venció sobre el marxismo, apostando por el apoliticismo y el colectivismo. En verano de 1869, se produjo la sublevación federal de Cataluña, Valencia, Aragón y Andalucía.

La Primera República: Problemas y Presidentes

La Primera República nació con la dimisión de Amadeo, tras vencer electoralmente en una reunión conjunta en Asamblea Nacional de ambas cámaras, acto inconstitucional, durante la vigencia de la Constitución monárquica de 1869. El primer presidente fue Figueras. Esta República se encontró con una serie de problemas: la guerra de Cuba y las carlistas, el descontento de los moderados, la crisis económica, la agitación social, la indisciplina en los ejércitos del norte y el desacuerdo entre radicales y republicanos. Antes de terminar el mes, hubo un golpe de Estado frustrado de los radicales, por lo que se disolvió la Asamblea Nacional, mayoritariamente radical. En las elecciones a Cortes Constituyentes, prácticamente solo participaron los republicanos, los cuales estaban divididos en intransigentes, centristas y moderados.

Figueras dimitió y fue nombrado presidente Pi y Margall quien, incapaz de contener el cantonalismo (movimiento federalista y social de carácter radical propuesto por los intransigentes tras abandonar las cortes) y presionado por los moderados, también dimitió. El siguiente presidente nombrado fue Salmerón, quien también acabó dimitiendo después de movilizar tropas, reforzar la Guardia Civil, destituir gobernadores civiles y nombrar generales no republicanos.

El Gobierno de Castelar y el Fin de la República

El siguiente en ser nombrado fue Castelar, con poderes dictatoriales para guardar el orden. Tuvo éxito, consiguiendo el reconocimiento de la Iglesia, radicales y constitucionalistas, pero enervó a los republicanos intransigentes y a los centristas, que esperaron para derrocarlo a inicios del año siguiente, dimitiendo así el último presidente de la República. Durante su gobierno, se redactó una nueva Constitución Federal y se produjo la máxima extensión de los derechos individuales y libertades. El poder estaba centrado en el Congreso y el Senado no poseía iniciativa legislativa. Además, el cargo de Presidente de la República era por 4 años y no cabía reelección.

El Golpe de Estado de Pavía y el Régimen de Serrano

Tras la derrota de Castelar, hubo un golpe de Estado, no con la intención de acabar con la República, sino para reforzar la autoridad central e impedir el regreso de los intransigentes. Al final, se ofreció el poder a Serrano.

Este golpe tenía tres posibles salidas: recuperar la Constitución de 1869 pero reformada, estableciendo una República unitaria; una solución republicana personalizada en Serrano; o el restablecimiento de la monarquía. En la práctica, en 1874, Serrano dirigió un régimen indefinido y sin fundamentos sólidos, ejerciendo un gobierno de continuidad con la línea autoritaria de Castelar, cuya indeterminación llevó a la vuelta de la monarquía.

Características de la Constitución de 1869

La Constitución de 1869 establece la soberanía nacional y una rígida separación de poderes. Establece España como monarquía constitucional. Las cortes son elegidas por el pueblo, controlan al gobierno y están divididas en Congreso y Senado. Se reconoce la independencia del poder judicial y una amplísima declaración de derechos individuales.

Derechos Individuales Reconocidos en la Constitución de 1869

Entre estos derechos individuales, se encuentran:

  • Derechos procesales
  • Inviolabilidad del domicilio
  • Derecho de propiedad
  • Derecho de sufragio
  • Libertad de expresión
  • Libertad de imprenta
  • Libertad de asociación
  • Libertad de reunión
  • Libertad de petición
  • Libertad religiosa
  • Libertad de enseñanza
  • Libertad de residencia
  • Igualdad ante la ley

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