La Constitución de 1869: Un Pilar del Liberalismo Español
Las Cortes elaboraron la Constitución de 1869, un texto claramente liberal y democrático. En ella se reconocían amplias libertades en comparación con otras constituciones europeas de la misma época. Sus principios fundamentales eran los siguientes:
- Monarquía como sistema de Estado: Se buscó un candidato no Borbón al trono. Mientras tanto, Serrano asumió el cargo de regente y Prim el de presidente del gobierno.
- Soberanía Nacional: Este principio, clave para los progresistas y los demócratas, no había sido reconocido en ninguna de las constituciones anteriores (salvo en la de 1812).
- División de poderes: El poder legislativo recaía en las Cortes, el ejecutivo lo ostentaba el Rey y el judicial los Tribunales de Justicia.
- Cortes Bicamerales: Congreso de los Diputados y Senado elegidos por sufragio universal masculino y directo. El número de diputados representantes de cada provincia era proporcional a su población. Cada provincia tenía cuatro senadores.
- Amplia declaración de derechos y libertades: Incluía libertades de reunión, asociación, inviolabilidad de la correspondencia, libertades de imprenta, enseñanza y el Habeas Corpus (derecho del detenido a ser llevado ante el juez en un plazo límite).
- Libertad religiosa: Por primera vez en España, aunque se daba preferencia al catolicismo, manteniendo el gobierno su culto.
- Estado descentralizado: Los ayuntamientos tenían alcaldes elegidos por los vecinos (ayuntamientos democráticos).
En resumen, fue la primera Constitución democrática española y se inspiraba claramente en la de 1812. Los republicanos, el movimiento obrero, la Iglesia, los carlistas y los moderados no la aceptaron al considerarla muy avanzada.
Reorientación Económica y el Auge del Capitalismo
Uno de los objetivos esenciales de la revolución de 1868, y en particular de la burguesía, era una radical reorientación de la política económica. Se pretendía establecer una legislación que permitiera la implantación del capitalismo y que protegiera los intereses económicos de la burguesía. La política económica de esta etapa se caracterizó por la defensa del librecambismo y por la apertura del mercado español a la entrada de capital extranjero. Con ello se pretendía favorecer la competencia y transformar las estructuras comerciales e industriales del país. Por ello se aprobó la Ley de Bases Arancelarias (Arancel Figueroa) que acababa con toda la tradición proteccionista de la economía española del S.XIX.
También se creó la peseta, la nueva unidad monetaria que sustituyó al real, y se dieron subvenciones a los ayuntamientos para contratar jornaleros y así mitigar el paro.
El Reinado de Amadeo I de Saboya (1871-1873)
La Constitución de 1869 había reconocido la monarquía democrática como forma de Estado. Por tanto, la principal tarea del gobierno provisional consistió en encontrar un monarca que sustituyese a los Borbones.
La Primera República Española y el Cantonalismo
La I República Española tan solo duró once meses. En ese corto período se llevaron a cabo reformas radicales encaminadas a intentar consolidar el sistema democrático. Algunas de esas reformas fueron:
- La supresión del impuesto de consumos, lo que agravó el déficit de la Hacienda.
- La eliminación de las quintas, que supuso el debilitamiento del estado republicano frente a los carlistas.
- La reducción de la edad de voto a los veintiún años.
- La separación de la Iglesia y el Estado. Éste dejó de subvencionar a la Iglesia.
- La reglamentación del trabajo infantil. Se prohíbe emplear a niños menores de diez años en fábricas y minas.
- La abolición de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico.
- Se realizó un proyecto de Constitución para instaurar una República federal.
Desafíos y Fracaso de la República
Este avanzado programa se llevó a cabo en un contexto muy adverso que provocó su fracaso. Los principales problemas fueron:
- La falta de auténticos republicanos entre los políticos españoles. La República había triunfado por tratarse de una alternativa a la monarquía de Amadeo de Saboya, pero no por la existencia de un verdadero espíritu republicano.
- La división entre los republicanos que apoyaban un modelo unitario y otro federalista.
- El estallido de la III Guerra Carlista.
- La Guerra de Cuba, que había comenzado en 1868 y que se prolongó durante más de diez años (finalizó en 1878, ya en el reinado de Alfonso XII).
- El Cantonalismo.
La debilidad del régimen republicano hizo que hasta cuatro presidentes se sucedieran en los once meses que duró la I República:
Estanislao Figueras, Francisco Pi i Margall, Nicolás Salmerón, Emilio Castelar.