La Constitución de 1931 y los Desafíos de la España de Principios del Siglo XX

La Constitución de 1931 tuvo un marcado carácter democrático y progresista. Sus principales características fueron:

  1. Define a España como “una República de trabajadores de todas clases”.
  2. El Estado se configuraba de forma “integral”, pero se aceptaba la posibilidad de constituir gobiernos autónomos en algunas regiones.
  3. Soberanía nacional.
  4. División de poderes:
    • Poder legislativo: Cortes unicamerales (Congreso de los Diputados). Éstos son elegidos para cuatro años por sufragio universal masculino y femenino. Sus atribuciones estaban por encima de las demás instituciones: se ocupaban de labores legislativas y de apoyo al ejecutivo, y podían destituir al Presidente de la República.
    • Poder ejecutivo: Recaía en el Consejo de Ministros y en el Presidente de la República (elegido por el Congreso de los Diputados y por unos compromisarios –igual número que los diputados y elegidos por sufragio universal-, para un mandato de seis años). Estaba siempre bajo el control de la cámara.
    • Poder judicial: Se confiaba a unos jueces independientes.
  5. Aunque se respetaba la propiedad privada, se preveía la posibilidad de expropiaciones forzosas por razones de utilidad social, mediante indemnización; así como la opción de nacionalizar los servicios públicos (banca, ferrocarriles…).
  6. Estado aconfesional (proclamaba la separación entre la iglesia y el Estado).
  7. Se suprime todo privilegio de clase y de riqueza (lo que anula la nobleza como entidad jurídica).
  8. Amplia declaración de derechos y libertades (sufragio masculino y femenino desde los 23 años; libertades: religiosa, de expresión, de reunión, de asociación, de petición…; inviolabilidad de domicilio y correspondencia; libre residencia y circulación por el país…).

La constitución se aprobó sin consenso, la derecha no republicana la rechazó y estaba decidida a revisarla en cuanto tuviera la oportunidad. Dos semanas antes de aprobarla, las Cortes declararon a Alfonso XIII «culpable de alta traición» por el golpe de 1923, le desposeyeron de sus derechos, títulos y bienes; y le condenaron al destierro.


Problemas Políticos, Sociales y Militares de la Época

a) El problema político

A pesar de los intentos reformistas, el sistema político siguió apoyándose en el turnismo y en el fraude electoral. En 1917, este sistema entró en una fase de descomposición debido al intervencionismo político del monarca, la división de los partidos, el debilitamiento del caciquismo y el desarrollo de la oposición.

b) El problema religioso

El anticlericalismo de algunos sectores populares y las medidas anticlericales de los gobiernos liberales provocaron la oposición de la Santa Sede y de los católicos, contribuyendo a la inestabilidad del periodo.

c) El problema nacionalista

Se intentó contentar a los nacionalistas mediante una cierta descentralización política. Se creó la Mancomunidad Catalana en 1914, un gobierno regional de las cuatro provincias catalanas. Los políticos catalanes se involucraron en el gobierno de la nación.

d) El problema social (el problema agrario y la cuestión obrera)

España era un país rural con una gran desigualdad en la propiedad de la tierra. Los problemas del proletariado industrial eran numerosos: salarios bajos, jornada laboral excesiva, falta de seguridad. Los obreros se afiliaron en masa a los sindicatos y recurrían a la huelga. Los gobiernos establecieron las primeras leyes laborales.

e) El problema militar

El desastre del 98 significó el retorno de la injerencia del ejército en la vida política. La ley de jurisdicciones de 1906, por la cual las críticas al ejército serían juzgadas por la jurisdicción militar, fue un ejemplo de ello.

f) El problema marroquí

La penetración de España en Marruecos (protectorado sobre el Rif) provocó la oposición de las tribus bereberes, obligando a mantener un fuerte contingente militar.

Crisis y Conflictos

1ª) La Semana Trágica de Barcelona (1909)

Se desarrolló con motivo del envío de soldados reservistas a la guerra de Marruecos. Se inició con una huelga general que evolucionó hacia un motín popular. El conflicto terminó con la intervención del ejército y una fuerte represión.

2ª) La crisis de 1917

El proletariado, la burguesía y el ejército protagonizaron una protesta generalizada antigubernamental. Se crearon Juntas Militares, una Asamblea de Parlamentarios y se declaró una huelga general revolucionaria. La rápida intervención del ejército desarticuló el movimiento.

Agravamiento de las Tensiones (1917-1923)

Se agravaron las tensiones y los conflictos políticos, económicos y sociales. La situación económica empeoró tras la Primera Guerra Mundial. El paro obrero y la insuficiencia de los salarios provocaron protestas y huelgas. La conflictividad social adquirió caracteres de extrema violencia, conocida como la “etapa del pistolerismo” (1919-1921). Los campos andaluces fueron escenario del “trienio bolchevique” (1918-1920).

La crisis general subió de tono en 1921 con la derrota en Annual. Se abrió una investigación (Expediente Picasso) que apuntaba a responsabilidades del ejército y la monarquía. El golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923 impidió que el expediente llegara a las Cortes.

El apoyo de Alfonso XIII a la dictadura desprestigió al monarca. Tras la caída de Primo de Rivera, se intentó restaurar la monarquía parlamentaria, pero ya era tarde. El Pacto de San Sebastián en 1930 buscaba acabar con la monarquía. Las elecciones municipales de 1931 llevaron al rey a abandonar el país y se proclamó la Segunda República Española.

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