El Nacimiento de una Nueva Era
La aprobación de la Constitución de 1978 supuso el colofón al proceso de transición desde el régimen dictatorial franquista a la democracia. La persona escogida por el rey Juan Carlos I para pilotar este viraje fue Adolfo Suárez, líder de la UCD y vencedor en las elecciones generales de junio de 1977.
Aunque las nuevas Cortes no tenían un carácter constituyente, la necesidad de sumar apoyos aconsejaba que fuera el Congreso, y no el Gobierno, el que ejerciera la iniciativa constitucional.
En julio de 1977 se creó una Comisión de Asuntos Constitucionales, que sería la responsable de presentar un anteproyecto. La Comisión optó por formar una subcomisión formada por siete diputados, surgía así la Ponencia constitucional, siendo sus integrantes los conocidos como padres de la Constitución.
Elaboración y Aprobación
La Ponencia redactó un primer borrador, que fue objeto de numerosas enmiendas en enero de 1978. El texto enmendado volvió a la Ponencia, que tuvo listo un segundo borrador en abril. A continuación, Congreso y Senado elaboraron sus conclusiones, que, al resultar discrepantes, obligaron a reunir una Comisión mixta. Las diferencias se salvaron, y la Constitución fue aprobada por las Cortes en una sesión conjunta el 31 de octubre.
Quedaban aún tres trámites para que la Constitución entrara en vigor:
- Su sanción en referéndum por el pueblo español, la votación tuvo lugar el 6 de diciembre de 1978.
- El juramento de la Constitución por don Juan Carlos I, hecho que se produjo el 27 de diciembre.
- Y la publicación de la Constitución en el BOE el día 29 del mismo mes.
Estructura y Principios Fundamentales
En cuanto a su estructura, la Constitución consta de preámbulo, títulos, artículos y disposiciones que definen las características del Estado Español, destacando:
- La forma de gobierno es la de una monarquía parlamentaria: el rey asume funciones meramente arbitrales y representativas.
- La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado; y se consagra la división de poderes: el legislativo correspondió a las Cortes; el ejecutivo recayó en el gobierno; y el poder judicial correspondía a los jueces y magistrados.
- La amplia declaración de derechos y libertades de los españoles (derecho a la vida; libertad religiosa e ideológica…) se inspiró en la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU.
- La descentralización territorial se tradujo en la creación del Estado de las Autonomías.
La promulgación de la Constitución de 1978 fue, sin duda, un paso crucial hacia la reconciliación nacional y sentó las bases para la España moderna que conocemos hoy en día.
La II República y el Contexto de Crisis
El Auge y Caída de la Monarquía
La II República (1931-36) surgió de un intento del cuestionado y desacreditado régimen monárquico de volver a la situación anterior a 1923, pues su vinculación al denostado sistema de la Restauración y a la Dictadura de Primo de Rivera la habían erosionado profundamente y amenazaba con desbancarla del poder.
Frustrada cualquier posibilidad de acuerdo con la oposición republicana, aglutinada en el Pacto de San Sebastián (1930), a la caída de Dámaso Berenguer, el nuevo presidente, Juan Bautista Aznar, formó en 1931 un gobierno de concentración abocado a convocar elecciones a Cortes Constituyentes.
Aznar decidió celebrar primero elecciones municipales el 12 de abril, con la idea de controlar el poder local. Estas, sin embargo, arrojaron un resultado muy favorable a la candidatura republicano-socialista en las capitales de provincia y grandes ciudades al ser más complicadas de manipular electoralmente.
El voto antimonárquico fue interpretado por el rey y su gobierno como un plebiscito en su contra, esto condujo al exilio a Alfonso XIII y a la proclamación de la II República el 14 de abril.
La Crisis Internacional y sus Efectos en España
Los efectos de la crisis internacional -Crac de la Bolsa de Nueva York (1929) y la posterior Gran Depresión– fueron menores en España por su aislamiento del sistema económico internacional; el carácter cerrado de su economía protegida del exterior por el proteccionismo; y a que gran parte de su producción se destinaba al mercado interior.
Pese a ello, se produjeron al menos tres consecuencias:
- La contracción del mercado exterior.
- El colapso de las inversiones extranjeras.
- La modificación de los flujos migratorios entre España y el exterior.
Conflictividad Social y el Fin de la República
El advenimiento de la República acontece en un contexto de conflictividad social, entre otros, por estos motivos:
- España era eminentemente rural, pese a ello no se asistió a la necesaria modernización del medio rural creciendo el número de parados.
- El desplazamiento de trabajadores hacia los sectores industriales y de servicios sufre una ralentización, alcanzando el paro obrero cifras desorbitadas.
- Las tensiones sociales se dispararon por la politización de los trabajadores rurales y del proletariado industrial: mientras estos se afiliaban a sindicatos de izquierda (UGT y CNT), los propietarios mantuvieron posiciones muy conservadoras.
En suma, pese a que la II República recibió el apoyo de partidos y sindicatos de izquierdas, sectores obreros, campesinos, grupos intelectuales… los ecos de la crisis de los años 30 impidieron la consolidación de las instituciones republicanas, teniendo como trágico final el golpe de Estado de 1936 y el inicio de la Guerra Civil.