La Constitución Española de 1978: Un pacto de progreso

El consenso constitucional y la crisis económica

El texto constitucional de 1978 fue fruto de un acuerdo entre diferentes tendencias políticas. La redacción buscó no excluir a ningún partido, manteniendo instituciones tradicionales, reconociendo la libertad religiosa y de culto, adoptando una enumeración detallada de derechos y deberes, y estableciendo un sistema democrático. Se evitó tanto la concepción unitaria como la federal del Estado, consagrando un sistema de autonomías que supuso una amplia descentralización administrativa. Este texto ha permitido la convivencia de ideologías opuestas.

Paralelamente a la elaboración de la Constitución, España enfrentaba una grave crisis económica. Ante la amenaza de quiebra, el gobierno inició conversaciones con todos los grupos políticos y sociales para acordar un gran pacto nacional de salida a la crisis: el Pacto de la Moncloa. Los principales partidos y las formaciones sindicales se adhirieron a este pacto, que consistió en medidas para frenar la inflación y contener los precios. Se logró disminuir la inflación, aumentar las reservas de divisas y el crecimiento de los beneficios empresariales. Sin embargo, no todas las reformas se implementaron, y el paro, junto con la conflictividad laboral, siguió creciendo.

El nacimiento de las preautonomías

Los favorables resultados electorales de los partidos nacionalistas, la necesidad gubernamental de apoyo parlamentario y la creencia de que una mayor autonomía para el País Vasco aplacaría a ETA, llevaron al gobierno de Suárez a reponer parcialmente las instituciones regionales de la II República. Este fue el periodo de las preautonomías: la Generalitat de Cataluña y el Consejo General Vasco.

Características esenciales de la Constitución de 1978

La Constitución fue elaborada por siete diputados parlamentarios. Sus características esenciales fueron:

  • Definición de España: Estado social y democrático de Derecho.
  • Soberanía: Reside en el pueblo español.
  • Derechos y deberes políticos: Mayoría de edad a los 18 años, libertad de culto y religión, libertad de expresión, derecho de reunión, manifestación, asociación y huelga.
  • Principios económicos: Pleno empleo, asistencia y prestaciones sociales, protección de la salud pública, apoyo económico a la tercera edad.
  • Sistema político: Monarquía parlamentaria. El Jefe del Estado es el Rey, quien representa al Estado. El poder ejecutivo recae en el Gobierno, nombrado por el Rey. El poder legislativo recae en las Cortes bicamerales (Congreso y Senado), elegidas por sufragio universal directo. El poder judicial recae en los jueces. El Tribunal Constitucional es el máximo órgano jurisdiccional.

El Estado de las Autonomías

El aspecto más original y polémico fue la organización territorial del Estado, a medio camino entre las concepciones unitaria y federal: el Estado de las Autonomías. El Estado tiene competencia exclusiva en numerosas materias fundamentales, mientras que las Comunidades Autónomas gozan de un amplio margen de autonomía, con órganos propios de gobierno, gestión de numerosas competencias y posibilidad de legislación propia.

El número de Comunidades Autónomas se fijó en 17, más las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Se establecieron diferentes velocidades para la obtención de la autonomía: las rápidas, que obtuvieron su autonomía con la aprobación de los estatutos por referéndum, y las restantes, por aprobación de los estatutos en las Cortes. El proceso, minucioso y problemático, no siguió los mismos criterios para todas las Comunidades Autónomas, requiriendo un total de nueve años. Cataluña y el País Vasco fueron las primeras en conseguir sus estatutos, mientras que Castilla y León y Baleares fueron las últimas.

Conclusión: Legado y desafíos de la Constitución

La Constitución Española de 1978 ha permitido el actual periodo de convivencia política bajo un régimen de monarquía parlamentaria. Esta tranquilidad institucional ha facilitado que los gobiernos se centren en funciones de gestión, gracias a las cuales España ha incrementado su riqueza, sus niveles de bienestar y se ha incorporado a las instituciones europeas. La articulación autonómica del territorio ha facilitado el encauzamiento de las aspiraciones de autogobierno.

No obstante, las tensiones entre territorios y entre estos y el gobierno central persisten, surgiendo nuevos temas de polémica. Fruto de esta insatisfacción es la persistencia del terrorismo de ETA. En los últimos años, han surgido protestas a favor de una reforma de la Constitución.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *