Instituciones:
Consejo de Castilla:
Creado por los Reyes Católicos en 1480, su presidente era el primer magistrado después del rey. Sus competencias eran muy amplias, pues intervenía tanto en cuestiones judiciales (como Tribunal Supremo de Justicia), como en legislativas, administrativas y de inspección y control municipal. Durante el siglo XVIII se convirtió en el principal organismo político después de los Decretos de Nueva Planta promulgados por Felipe V.
Hermandades:
Surgieron como una forma de defensa frente a los abusos señoriales y a la inseguridad y el bandidaje. Hubo hermandades de campesinos, artesanos, municipios, etc. Las constituidas por los municipios con el objetivo de preservar su autonomía e independencia fueron consideradas por los monarcas como una amenaza a sus intereses, pero en cambio alentaron aquellas que velaban por el orden público y la seguridad. Con el fin de restablecer la paz interior y perseguir a los delincuentes, en 1476 se creó la Santa Hermandad.
Inquisición:
Tribunal eclesiástico encargado de perseguir y castigar a los herejes y otros delitos como la brujería, la blasfemia o la bigamia. Institución que existía desde el siglo XIII en diversos países. Dependía de los obispos y en última instancia del Papa. Los Reyes Católicos en 1478 establecieron la Inquisición en Castilla, dependía exclusivamente de la monarquía, al obtener del Papa Sixto IV la facultad de nombrar inquisidores. El Santo Oficio fue integrado en el sistema político de los Consejos; era el único que abarcaba todos los reinos de la monarquía. Tanto el Inquisidor General como los miembros del Consejo eran nombrados por el rey. Su esfera de acción se extendió además de a las herejías judaizantes, a moriscos y protestantes. Se convirtió en una de las principales y más temidas instituciones de la Edad Moderna y en un doble instrumento político y religioso al servicio de la monarquía absoluta. Fue definitivamente suprimida en 1834.
Mayorazgo:
Los Reyes Católicos mediante las leyes de Toro de 1505 regularon definitivamente la propiedad vinculada, generalizando la facultad de crear mayorazgos sin necesidad de permiso regio. Privilegio concedido por la Corona a los nobles que consistía en la posibilidad de agrupar una serie de bienes y rentas del linaje en un documento notarial. El conjunto del mayorazgo así constituido debía pasar en su integridad al heredero del título; evitaba la partición de las haciendas al definir de forma pormenorizada la línea sucesoria, generalmente la primogenitura. Se impedía así su disolución al no poder enajenarse ni venderse. No desapareció totalmente hasta 1841.
Regalía:
Conjunto de derechos y prerrogativas exclusivas de la Monarquía (destacando tierras yermas, minas, salinas, pesquerías, jabonerías, ferrerías, acuñación de monedas y, algunos tributos: alcabala, montazgo…) que se fueron consolidando como manifestaciones del progresivo incremento del poder regio. En definitiva se convirtieron en un capítulo muy importante de los ingresos ordinarios de la Corona.
Sentencia Arbitral de Guadalupe:
Promulgada en 1486 en Cataluña, puso fin al largo conflicto de los payeses de remensa que había dado lugar a dos guerras. Por la sentencia arbitral fueron abolidos los malos usos y los campesinos obtuvieron la libertad personal y el dominio útil de de la tierra a perpetuidad a través de contratos enfitéuticos, a cambio los señores mantuvieron la jurisdicción señorial, el dominio directo y el derecho a percibir censos y otros derechos.
Tratados:
Tratado de Alcaçovas: (1479).
Tratado de paz entre Portugal y Castilla por el que el rey Alfonso V evacuó los territorios ocupados y se volvió a las fronteras anteriores entre ambos reinos; reconociendo a Isabel como reina de Castilla. En contrapartida, Castilla se comprometió a no interferir en la expansión portuguesa en la costa africana.
Tratado de Tordesillas: (1494)
Fue el compromiso suscrito en la localidad de Tordesillas—actualmente situada en la provincia de Valladolid—, el 7 de junio de 1494, entre los representantes de Isabel y Fernando, reyes de Castilla y de Aragón, por una parte, y los del rey Juan II de Portugal, por la otra, en virtud del cual se estableció un reparto de las zonas de navegación y conquista del Océano Atlántico y del Nuevo Mundo mediante un meridiano situado 370 leguas de las islas de Cabo Verde, a fin de evitar conflictos de intereses entre la Monarquía Hispánica y el reino de Portugal.
Personajes importantes:
Isabel I de Castilla:
Nace el 22 de abril de 1451 y será reina de Castilla desde 1476 a 1504. Triunfa en la guerra civil contra la sucesora al trono de su hermanastro Enrique IV, Juan “la Beltraneja”. Casó el 19 de octubre de 1469 con Fernando II con el que unirá en una misma dinastía la Corona de Castilla y la de Aragón. Propicia la unidad territorial de la península al ocupar el reino nazarí de Granada, unifica la religión en su reino, expulsando a judíos y musulmanes e implantando la Inquisición. Financia el viaje de Colón. Busca alianzas internacionales contra Francia con el matrimonio de sus cinco hijos con Portugal, Inglaterra y el emperador de Austria.
Fernando II de Aragón:
Nace en 1452 y muere en 1516. Es rey de Aragón desde 1479. Casa con Isabel I de Castilla en 1469, con quien protagoniza la unión dinástica de las coronas de Castilla y de Aragón. Afianza con Isabel la autoridad de los monarcas sobre la nobleza. Firma la Sentencia Arbitral de Guadalupe, eliminando los “malos usos” de los feudos en Cataluña. Dirige la campaña de asedio a Granada, invade y anexiona Navarra para Castilla, y vence a Francia en sus aspiraciones sobre Nápoles y el Rosellón. Casó en segundas nupcias con Germana de Foix y fue regente de Castilla hasta su muerte, debido a la minoría de edad de su nieto Carlos I. Destacó por ser un gran estadista.
Cardenal Cisneros: (1436-1517):
Francisco Jiménez de Cisneros fue confesor de la reina Isabel I, y acabó siendo Inquisidor General de Castilla, Arzobispo de Toledo y primado de España, presidente del Consejo de Regencia tras la muerte de Felipe I, hasta el retorno de Italia, de Fernando II de Aragón. Fue nombrado por sus servicios a la corona, cardenal y a la muerte de Fernando II fue regente, casi dos años, por decisión testamentaria, hasta la llegada de Carlos I a Castilla. Protagonizó la reforma del clero secular, y fundó la universidad de Alcalá de Henares que acogió el humanismo como modelo ideológico.
Gonzalo Fernández de Córdoba «El gran Capitán». (1453-1515):
Hijo segundo de un caballero de la casa de Aguilar. Sobresale en la guerra civil y en el asedio a Granada por el que recibe la encomienda de un señorío. Vence a los franceses en Italia (Ceriñola y Garellano) donde obtienen el título de duque de Santángelo. Sus aspiraciones en Nápoles llevaron a Fernando II a dudar de su fidelidad, y por ello fue llamado a España, donde murió.
Juana “La Beltraneja”: (1462-1530)
Hija de Enrique IV, se la consideró bastarda de la reina e hija del privado Beltrán de las Cuevas, por parte de un sector de la nobleza castellana. Casa con el rey de Portugal Alfonso V. La Guerra por la Sucesión de la corona de Castilla (1474-79) se decanta por el triunfo de Isabel I (batalla de Toro) y en el Tratado de Alcaçovas de 1479, Portugal reconoce a Isabel I como reina de Castilla Juana acaba recluida en un convento.