La Crisis de 1808 y el Amanecer del Liberalismo en España

La Crisis de 1808: Guerra de Independencia y Revolución Liberal

El Reformismo Ilustrado en Crisis

A finales del siglo XVIII, el reformismo ilustrado entró en crisis. Carlos IV, rey desde 1788, se enfrentó a la Revolución Francesa y a las tensiones internas. Los primeros secretarios reales, ilustrados pero no afines a la monarquía absoluta, impulsaron reformas que luego fueron frenadas por el Conde de Floridablanca. La crisis económica, con estancamiento agrario y aumento de la deuda pública, agravó la situación.

La Guerra de la Convención (1793-1795)

Tras la ejecución de Luis XVI, España declaró la guerra a la República Francesa. El general Ricardos obtuvo victorias iniciales, pero la situación cambió en 1794 con la derrota del ejército de Godoy y la pérdida de territorios. La Paz de Basilea (1795) trajo acuerdos y alianzas, pero la armada española sufrió derrotas como la de Trafalgar.

El Tratado de Fontainebleau y el Motín de Aranjuez

En 1807, Godoy y Napoleón firmaron el Tratado de Fontainebleau para repartirse Portugal. Las tropas francesas ocuparon España, y Godoy convenció a la familia real para que huyera. El Príncipe de Asturias y otros sectores contrarios a Godoy consideraron esto una traición, lo que llevó al Motín de Aranjuez (1808), la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV en Fernando VII.

Las Abdicaciones de Bayona y el Estatuto de Bayona

Napoleón forzó las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII en favor de su hermano José Bonaparte. El Estatuto de Bayona, promulgado por Napoleón, proclamaba a José I rey de España.

El Levantamiento del 2 de Mayo y la Guerra de Independencia

El 2 de mayo de 1808, un levantamiento popular en Madrid se extendió por España. Se formaron Juntas Provinciales de Defensa y partidas guerrilleras, dando inicio a la Guerra de Independencia, que se desarrolló en tres fases:

  1. Verano de 1808: Reacción popular y victorias como la de Bailén, que obligó a José I a abandonar Madrid.
  2. 1808-1812: Napoleón intervino con un gran ejército, obteniendo victorias pero enfrentando la resistencia guerrillera.
  3. 1813: Ofensiva del ejército británico bajo el mando de Wellington, que culminó con la victoria y la firma del Tratado de Valencay.

El Reinado de Fernando VII: Absolutismo, Liberalismo e Independencia Americana

El Sexenio Absolutista (1814-1820)

Tras la derrota de Napoleón, Fernando VII regresó a España. El Manifiesto de las Persas, documento entregado por diputados de las Cortes de Cádiz, solicitaba la restauración de la monarquía absoluta. Fernando VII derogó la Constitución de 1812, anuló la obra legislativa de las Cortes de Cádiz e inició una dura represión contra los liberales.

El Trienio Liberal (1820-1823)

En 1820, el pronunciamiento de Riego triunfó, proclamando la Constitución de 1812. Fernando VII tuvo que reconocer el nuevo régimen, el Trienio Liberal. Surgieron los primeros partidos políticos: los Moderados, partidarios de un régimen híbrido, y los Exaltados, que buscaban radicalizar las medidas liberales.

La Década Absolutista (1823-1833)

La segunda restauración absolutista trajo consigo represión y abolición de las libertades. La Iglesia se convirtió en aliada de Fernando VII. Se realizaron cambios en la organización del Estado y se modernizó la administración. La oposición liberal se organizó en sociedades secretas, mientras los absolutistas demandaban más inmovilismo. Durante este periodo, se produjo la independencia de las colonias americanas.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

En 1808, se formaron Juntas Provinciales de Defensa que dieron lugar a la Junta Central, la cual asumió la regencia y no reconoció a José I. En 1810, se convocaron las Cortes Generales de Cádiz, que promulgaron decretos que abolían los fundamentos del Antiguo Régimen, como la libertad de imprenta, la abolición de los señoríos jurisdiccionales y la supresión de los gremios. El 19 de mayo de 1812, se aprobó la Constitución de Cádiz, con 384 artículos. Sus aspectos más importantes fueron:

  • Proclamación de la soberanía nacional.
  • Establecimiento de una monarquía constitucional.
  • Poder legislativo en Cortes unicamerales junto con el rey.
  • Reconocimiento de derechos y libertades.
  • Sufragio censitario.
  • Estado centralizado.
  • Estado confesional católico.

La Constitución de Cádiz marcó un hito en la historia de España, sentando las bases del liberalismo y la modernidad.

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