La Crisis de 1898: Guerra Hispanoamericana y sus Consecuencias

La Crisis de 1898: Guerra Hispanoamericana y sus Consecuencias

Antecedentes: El Problema de Cuba

Durante el reinado de Fernando VII (1808-1833), la mayor parte de las colonias españolas en América lograron su independencia, formando una serie de repúblicas gobernadas por una minoría criolla descendiente de españoles. Tras este movimiento independentista, España solo conservaba como colonias en América las islas de Cuba y Puerto Rico, que junto con las Filipinas en Asia, constituían los últimos vestigios del Imperio Español. En 1823, el presidente norteamericano James Monroe respaldó el movimiento independentista en su famoso discurso, donde la frase «América para los americanos» formuló la política estadounidense respecto al resto del continente, considerándolos territorios de interés para Estados Unidos.

Desde mediados del siglo XIX, la economía cubana tenía mayores relaciones comerciales con Estados Unidos que con España, a pesar de que se mantenía el monopolio comercial tradicional. Existía un movimiento que solicitaba una liberalización económica y una mayor autonomía política. El estallido de la Revolución de 1868 en España alentó este movimiento. España ofreció algunas medidas liberalizadoras, pero los independentistas las consideraron insuficientes y exigieron constituirse en una República independiente. Sin embargo, los españoles residentes en la isla, que se beneficiaban de la situación de monopolio, se negaban a aceptar cualquier medida liberalizadora y exigían a Madrid una política más dura frente a los independentistas.

La Guerra de los Diez Años (1868-1878)

El conflicto generó una guerra de diez años, la llamada Guerra Grande (1868-1878), que concluyó con la Paz de Zanjón (1878) firmada por Arsenio Martínez Campos tras conseguir la pacificación de la isla. La calma se mantuvo en Cuba hasta 1895, pero la sociedad seguía dividida entre:

  • Españoles: Querían la unidad, el monopolio comercial y el proteccionismo.
  • Criollos: Querían la autonomía dentro de la soberanía española y el libre cambio.
  • Mestizos: Querían la independencia total de España.

Cualquier intento de reforma chocaba con los intereses de algún sector de la sociedad española. Antonio Maura presentó un proyecto de autonomía para Cuba y Puerto Rico, pero el presidente Antonio Cánovas del Castillo no lo sacó adelante.

El Estallido de la Guerra de Independencia Cubana (1895)

Ante esta situación, en 1895 la guerra vuelve a estallar, dirigida por José Martí, quien fundó el Partido Revolucionario Cubano, partidario de la independencia. Tras su muerte en un enfrentamiento con los españoles ese mismo año, la guerra continuó dirigida por Máximo Gómez y Antonio Maceo, quienes optaron por una táctica de guerrillas. Martínez Campos fue sustituido por Valeriano Weyler, quien llevó a cabo una durísima represión que logró reducir la guerrilla. Cánovas aprovechó esta mejor posición para introducir algunas reformas, pero ya eran insuficientes (1897). Cánovas fue asesinado y Práxedes Mateo Sagasta asumió el gobierno.

Intervención de Estados Unidos y la Guerra Hispanoamericana (1898)

Estados Unidos decidió intervenir directamente en Cuba enviando el acorazado Maine para proteger los intereses de los residentes americanos. Cuando el Maine fue volado (en circunstancias aún no esclarecidas), el presidente americano William McKinley exigió a España la entrega de la isla previo pago de 300 millones de dólares. Ante la negativa de España, Estados Unidos declaró la guerra en 1898.

España se lanzó a la guerra, aunque el gobierno no podía entregar la isla sin luchar. El Almirante Pascual Cervera y Topete, encargado de dirigir la flota, denunció públicamente la inferioridad de la armada española, pero atacado de cobarde y traidor, se dirigió a Cuba convencido de la derrota. La flota española fue aniquilada en Santiago de Cuba, mientras tropas estadounidenses invadían Cuba y Puerto Rico. Las tres derrotas de Cavite y Manila (Filipinas) y Santiago (Cuba) llevaron a la Paz de París (10 de diciembre de 1898). España perdía Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que pasaron a depender de Estados Unidos.

Consecuencias de la Crisis de 1898

Económicas:

Aunque se perdieron los mercados coloniales, la industria nacional española se recuperó pronto y la repatriación de los capitales americanos permitió un gran desarrollo de la banca española.

Ideológicas:

El desastre supuso un terrible desencanto y levantó las voces de los regeneracionistas, corriente política que consideraba el sistema de la Restauración como un sistema viciado y enfermo. Existían dos tendencias:

  • Regeneracionismo crítico dentro del sistema: Representado por Francisco Silvela y Antonio Maura, aceptaban la validez general del sistema pero criticaban los aspectos más negativos.
  • Regeneracionismo fuera del sistema: Con figuras como Joaquín Costa, criticaban el sistema en su totalidad.

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