La Crisis de la Restauración, la Dictadura y el Advenimiento de la II República Española

Contexto: La Crisis de la Restauración y el Golpe de Estado

El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado con el apoyo del rey Alfonso XIII. Esta dictadura fue producto de la profunda crisis del sistema de la Restauración, siendo el desencadenante principal el problema de Marruecos, agravado por el Desastre de Annual (1921). La dictadura se situó en el contexto internacional del llamado Periodo de Entreguerras (entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial), caracterizado por la quiebra de las democracias parlamentarias y el ascenso de movimientos fascistas.

Causas de la Dictadura (1917-1923)

Una serie de hechos entre 1917 y 1923 explican el golpe de Estado de Primo de Rivera:

  • Situación política internacional: El sistema democrático entró en crisis, ya que la sociedad lo culpó de no evitar el conflicto bélico (Primera Guerra Mundial).
  • Revolución Rusa (1917): Animó a la izquierda a seguir sus pasos, generando una agitación constante entre 1918 y 1920, etapa conocida como el Trienio Bolchevique.
  • Situación interna dramática: Los problemas presentes durante la Regencia de María Cristina de Habsburgo continuaron durante el reinado de Alfonso XIII. Estos problemas se plasmaron en la huelga general de 1917, que generó tres revoluciones simultáneas:
    • Militar: Creación de las Juntas de Defensa.
    • Burguesa: Fundación de la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona.
    • Proletaria.
  • Inestabilidad política (1917 en adelante): La situación siguió empeorando debido a:
    • La falta de estabilidad interna por la debilidad de los sucesivos gobiernos.
    • El Desastre de Annual (1921): La crisis más grave del conflicto en Marruecos.
    • Consecuencias políticas demoledoras: Las Cortes formaron una comisión para investigar las responsabilidades del desastre (Informe Picasso). Destacó el asesinato del presidente del gobierno, Eduardo Dato.
    • Crisis económica: Aumentó el conflicto social, especialmente grave en Cataluña (Huelga de la Canadiense, 1919). La dura represión incluyó la aplicación de la Ley de Fugas, generando represalias por parte del anarquismo.
    • Creciente radicalización de los nacionalismos catalán y vasco: Algunos se declararon independentistas, como fue el caso del partido Estat Català y del PNV (Partido Nacionalista Vasco).

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Desde la primavera de 1923, los militares conspiraban contra el gobierno desde dos frentes distintos: en Cataluña, las Juntas de Defensa buscaban disolver las Cortes; en Madrid, un sector partidario del ejército africanista pretendía instaurar un gobierno fuerte que resolviera los graves problemas del país.

El 13 de septiembre de ese mismo año, Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, dio un golpe de Estado y controló Barcelona. Su primer acto fue publicar una proclama (publicada en La Vanguardia) explicando las razones de su actuación. En ella justificaba su pronunciamiento como una necesidad para restablecer el orden público, deteriorado especialmente en Barcelona como consecuencia del pistolerismo, y aludiendo al problema de Marruecos. Con esta proclama se rompía la tradición constitucional inaugurada en 1876 y se volvía a la práctica de la intervención de los militares en la política del país.

Alfonso XIII apoyó abiertamente a Primo de Rivera y le encargó la formación de un nuevo gobierno. De esta manera, España se incorporaba a los sistemas de gobierno autoritarios que se estaban estableciendo en Europa. La mayoría de la sociedad española no se opuso a la nueva situación política: tanto las clases populares como los burgueses querían que se solucionara la conflictividad social y llegara la estabilidad al país. Algunos veían en Primo de Rivera al «cirujano de hierro» del que había hablado Joaquín Costa.

El golpe tuvo un apoyo claro de la burguesía, sobre todo la catalana, que así frenaba a la clase obrera. Incluso la UGT mostró cierta tolerancia inicial y el PSOE acabó aceptando al dictador cuando ofreció un programa de reformas sociales. Francisco Largo Caballero, líder de los socialistas, aceptó un cargo de consejero de Estado. Otro sector del PSOE, en el que destacó Indalecio Prieto, mostró su desacuerdo con la dictadura.

Con la dictadura se suspendieron las garantías constitucionales, se destituyó a los gobernadores civiles, se disolvieron las Cortes y se suspendió la Constitución de 1876. La dictadura de Primo de Rivera se puede dividir en dos etapas:

2.1. El Directorio Militar (1923-1925)

Hasta 1925, la dictadura de Primo de Rivera tuvo un cariz militar y desplegó una importante actividad represiva en tres frentes distintos:

  • Represión de las libertades: Además de la disolución de ayuntamientos o diputaciones, se ejerció la censura contra la prensa y la libertad de enseñanza.
  • Represión del movimiento obrero: Primo de Rivera se enfrentó frontalmente contra la CNT. También fue reprimido el minúsculo Partido Comunista (PCE), fundado en 1920, por su carácter simbólico como representación en España de la revolución bolchevique.
  • Represión de los nacionalismos: En Cataluña disolvió la Mancomunidad en 1925 y persiguió las demostraciones culturales. En el País Vasco la persecución se centró en el nacionalismo más radical, representado por el PNV, mientras que la Comunión Nacionalista Vasca fue tolerada.

Sin embargo, el problema de Marruecos fue el mayor éxito inicial de la dictadura:

  1. Primo de Rivera se entrevistó con Franco (Jefe de la Legión) y con el general Sanjurjo para acabar con el conflicto.
  2. Se preparó un ejército potente que, con la ayuda del ejército francés, desembarcó en la bahía de Alhucemas en septiembre de 1925.
  3. El caudillo rifeño, Abd-el-Krim, prefirió rendirse a las autoridades francesas en lugar de ser prisionero español.

El fin de la Guerra de Marruecos fue para Primo de Rivera un éxito político y popular.

2.2. El Directorio Civil (1925-1930)

En 1924 se creó la Unión Patriótica. Aunque no se presentaba como un partido, funcionaba como el «partido gubernamental» que servía de coartada democrática. En ella se integraron gentes del carlismo, del maurismo, terratenientes, burgueses industriales y grupos católicos. Primo de Rivera estaba convencido de que a través de la Unión Patriótica, el pueblo aprobaría su acción gubernativa. Al final, la Unión Patriótica repitió los errores de los partidos de la Restauración, ya que en lugar de la oligarquía y los caciques, serían los gobernadores civiles y los delegados del gobierno los que se encargaban de organizar su funcionamiento.

El Fin de la Monarquía y la Proclamación de la II República

A lo largo de 1930, se acentuó la soledad de la monarquía. El apoyo de Alfonso XIII a Primo de Rivera había vinculado el destino del Rey al del dictador. La oposición republicana se unió y fortaleció gracias a la firma del Pacto de San Sebastián, apoyado mayoritariamente por los intelectuales. Este acuerdo incluyó a los partidos catalanistas y al socialismo. La colaboración iniciada en 1910 se vio entonces reeditada con la formación de la conjunción republicano-socialista.

3.1. Las Elecciones de Abril de 1931 y el Gobierno Provisional

Tras la dimisión de Primo de Rivera y el efímero gobierno del General Berenguer (conocido como la «Dictablanda»), Alfonso XIII nombró al Almirante Aznar jefe de Gobierno. Éste convocó elecciones municipales para el 12 de abril de 1931, las cuales adquirieron un claro matiz plebiscitario: monarquía o república.

  • Los resultados dieron el triunfo a las candidaturas republicanas en la mayor parte de las capitales y ciudades donde los caciques no habían podido manipular el proceso electoral.
  • El día 13, ante la evidencia de los hechos, se reunió el Consejo de Ministros. Por su parte, los partidarios de la República se echaron a la calle enarbolando la bandera tricolor (roja, amarilla y morada) y cantando «La Marsellesa». Fue en el Ayuntamiento de Éibar (Gipuzkoa) donde se izó la primera bandera tricolor, en la mañana del 14 de abril, pero Madrid simbolizó como ninguna otra ciudad el entusiasmo despertado por el advenimiento de la república.
  • El día 14, a la vez que en Éibar se iniciaba la celebración por el resultado obtenido, esta se extendió enseguida a Barcelona y San Sebastián. En Barcelona, Companys proclamó la República desde el Ayuntamiento, aunque horas después, Macià daría por constituido un efímero Estat Català de tan solo tres días de duración.
  • Alfonso XIII partió al exilio hacia Cartagena, donde embarcó rumbo a Marsella; moriría exiliado en Roma, en 1941.

Tras la proclamación de la II República, se formó un Gobierno Provisional integrado por los partidos firmantes del Pacto de San Sebastián. En él participaron:

  • Presidente: Don Niceto Alcalá Zamora (procedente del Partido Liberal).
  • Centro: Partido Radical de Alejandro Lerroux y Partido Radical-Socialista de Marcelino Domingo.
  • Centro-izquierda: Alianza Republicana de Manuel Azaña.
  • Izquierda: PSOE, representado por Indalecio Prieto, Francisco Largo Caballero y Fernando de los Ríos.
  • Regionalismos: Nicolau D’Olwer (catalanista) y Casares Quiroga (galleguista).

3.2. Primeras Medidas y Conflictos del Gobierno Provisional

El Gobierno provisional llevó a cabo una intensa labor legislativa para establecer el marco jurídico y político de la República mediante una serie de decretos:

  • Situación en el mundo rural: Entre el 20 de abril y el 1 de julio, una serie de decretos beneficiaron a los trabajadores del campo en cuestiones como la contratación, seguro de accidentes y regulación de la jornada laboral.
  • Reforma del ejército: El 25 de abril se decretó el retiro voluntario de generales y oficiales con la «Ley Azaña». El 1 de julio quedó suprimida la Academia General Militar de Zaragoza (dirigida por Francisco Franco).
  • Relaciones Iglesia-Estado: Este gobierno era marcadamente laico y defendía la secularización del Estado, lo que provocó conflictos con la Iglesia Católica. A partir del 11 de mayo de 1931, sectores anticlericales provocaron incendios en conventos, colegios y parroquias de Madrid y otras ciudades (Málaga).
  • Lucha contra el caciquismo: El Gobierno publicó un decreto en mayo de 1931 regulando las elecciones para evitar los vicios del sistema caciquil.

Uno de los primeros conflictos fue la proclamación del «Estat Català» por Francesc Macià el mismo 14 de abril de 1931. Para frenar el independentismo catalán, el Gobierno Provisional negoció y posteriormente se concedería el Estatuto de Autonomía a Cataluña.

La antigua oligarquía y los anarquistas (CNT) no participaron en el gobierno republicano. Para demostrar su fuerza, en julio de 1931, la CNT organizó una gran huelga en Telefónica. El Gobierno Provisional tuvo dificultades para garantizar el orden público y evitar el asalto e incendio de edificios religiosos.

Además, la República cambió la bandera bicolor (roja y amarilla) por la tricolor (rojo, amarillo y morado) para diferenciar el nuevo régimen del monárquico.

3.3. La Constitución de 1931

Tras las elecciones a Cortes Constituyentes (28 de junio de 1931), se elaboró y aprobó la Constitución de 1931. Esta establecía una república democrática y laica. Se reformaron el Código Civil y Penal. Sus puntos clave eran:

  • El presidente de la República: Ostentaba la Jefatura del Estado, su mandato duraba seis años y sólo podía ser destituido con los votos de las 3/5 partes del Congreso.
  • El presidente del Gobierno: Presidía el Consejo de Ministros y era responsable de su gestión frente al Parlamento; junto con el presidente de la República tenía el poder ejecutivo.
  • Las Cortes (Congreso): Eran un Parlamento unicameral, elegido por sufragio universal directo (mayores de 23 años). Se concedió el voto a las mujeres, que lo ejercieron por primera vez en 1933.

4. El Bienio Progresista (Diciembre 1931 – Noviembre 1933)

Al aprobarse la Constitución se formó un nuevo gobierno, siguiendo los resultados electorales de las Cortes Constituyentes. Niceto Alcalá Zamora pasó de presidir el Gobierno Provisional a presidir la II República. Manuel Azaña fue nombrado presidente del Gobierno. En general, se desarrollaron las reformas iniciadas en el Gobierno Provisional:

  1. Reformas militares: Manuel Azaña, que también mantuvo la Cartera de Defensa, planteó la necesidad de reformar la institución mediante su modernización y depuración (republicanización). Sus medidas pasaron por disminuir el número de oficiales (Ley Azaña), reformar las enseñanzas militares vinculándolas al mundo universitario. Además, se creó la Guardia de Asalto.
  2. Reformas educativas: El objetivo primordial fue promover una educación liberal y laica. Se planeó la construcción de miles de centros educativos para suplir la red de colegios religiosos. Marcelino Domingo había iniciado la construcción de 10.000 escuelas, institutos y bibliotecas, labor continuada por Fernando de los Ríos. La República aumentó el presupuesto de educación en un 50% y subió el sueldo a los maestros. Su objetivo era acabar con el analfabetismo y la falta de centros escolares en las comarcas más pobres. Para ello se crearon las Misiones Pedagógicas.
  3. Reformas religiosas: Se mantuvo el anticlericalismo del Gobierno Provisional y de las Cortes Constituyentes. Se aprobó la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas. En 1932 se disolvió la Compañía de Jesús en España y se confiscaron sus bienes. Se limitó la capacidad de la Iglesia para dedicarse a la enseñanza y se prohibió la enseñanza religiosa en los centros públicos dependiente del Estado.
  4. Reforma agraria: Fue el proyecto más ambicioso del Bienio Progresista. España seguía siendo un país eminentemente agrícola con graves problemas de reparto de la tierra. En noviembre de 1932 se aprobó la Ley de Bases de la Reforma Agraria, con la que se pretendía resolver el problema del latifundismo en la mitad sur, crear una clientela social afín a la república e incrementar la renta campesina como modernización económica. Para ponerla en marcha se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA). Su aplicación fue lenta y compleja, generando frustración entre los campesinos y hostilidad entre los propietarios.
  5. Reformas sociales: El Ministro de Trabajo, Largo Caballero (PSOE), propició una serie de reformas para mejorar las condiciones laborales. Se aprobó la Ley de Contrato de Trabajo y la Ley de Jurados Mixtos. También promovió la creación de seguros sociales y se redujo la jornada laboral en el campo.
  6. Reformas autonómicas: El 9 de septiembre de 1932 se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Se creó un consejo ejecutivo de la Generalitat que tenía amplias competencias. En el País Vasco, carlistas y nacionalistas habían elaborado el Estatuto de Estella de 1931, aunque esta primera tentativa fue frenada por su confesionalidad. No sería hasta la Guerra Civil, en octubre de 1936, cuando se apruebe un texto que garantizaba la adhesión vasca a la causa republicana.

Sin embargo, la crisis económica mundial de 1929 afectó a España durante todo este período. Además, el gobierno no consiguió asentar las reformas emprendidas, enfrentándose a la oposición tanto de la derecha como de sectores de la izquierda revolucionaria (anarquistas).

Desde la primavera de 1933, el gobierno de Azaña fue perdiendo apoyos. La derecha se reorganizó: en 1933 se fundó la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), liderada por José María Gil Robles y compuesta por diversos grupos como Acción Popular y Derecha Regional Valenciana. Los trágicos sucesos de Castilblanco (Badajoz, 1931) y, sobre todo, los de Casas Viejas (Cádiz, enero de 1933), donde la Guardia de Asalto reprimió brutalmente una insurrección anarquista, supusieron un duro golpe para el gobierno de Azaña. La izquierda criticó la feroz represión, mientras la derecha lo acusó de incapacidad para garantizar la paz social. El presidente de la República, Alcalá Zamora, retiró su confianza a Azaña y convocó elecciones para noviembre de 1933.

5. El Bienio Conservador (Noviembre 1933 – Febrero 1936)

  • Las elecciones se celebraron el 19 de noviembre de 1933, siendo las primeras en las que votaron las mujeres.
  • La CEDA obtuvo 115 escaños y el centro-derecha del Partido Radical de Lerroux, 102. La izquierda sufrió una fuerte derrota.
  • Alcalá Zamora encargó formar gobierno a Lerroux (Partido Radical), con el apoyo parlamentario de la CEDA, para evitar un enfrentamiento directo con la izquierda si la CEDA entraba directamente en el gobierno.

Este nuevo gobierno planteó cambios importantes (la «rectificación» de las reformas anteriores):

  • Se aprobó una Ley de Amnistía para los militares y monárquicos encarcelados por participar en el fallido golpe de Estado encabezado por el general Sanjurjo en 1932 (la «Sanjurjada»).
  • Se intentó normalizar la relación de la República con la Santa Sede, negociando un Concordato (que no llegó a firmarse) y se volvieron a contemplar dotaciones económicas para la Iglesia en los Presupuestos del Estado.
  • La reforma agraria fue prácticamente paralizada o revertida. Los terratenientes recuperaron tierras expropiadas y muchos campesinos fueron expulsados de las propiedades cedidas por el anterior gobierno.
  • El problema regional se agudizó. Se frenaron los procesos autonómicos e incluso hubo enfrentamientos graves entre el gobierno central y la Generalitat de Cataluña.

El 1 de octubre de 1934, Gil Robles exigió la entrada de ministros de la CEDA en el Gobierno de Lerroux. El comité ejecutivo de la UGT y del PSOE lo consideraron una agresión a la República y convocaron para toda España la huelga general revolucionaria de octubre de 1934.

  • El movimiento fracasó en la mayor parte de España, pero tuvo especial virulencia en Asturias, donde los mineros protagonizaron una auténtica revolución social (la «Revolución de Asturias»). Después de controlar la cuenca minera, llegaron a sitiar Oviedo y a dominar buena parte de la provincia antes de proclamar una República Socialista.
  • En Cataluña, el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, proclamó el «Estat Català dentro de la República Federal Española», pero el movimiento fue rápidamente sofocado por el ejército.
  • Para combatir a los revolucionarios asturianos, el Gobierno llamó al General Franco, quien, desde Madrid, coordinó las operaciones militares (dirigidas sobre el terreno por el general López Ochoa) que pusieron fin a la rebelión con una dura represión llevada a cabo principalmente por tropas de la Legión y Regulares traídas de África.

La Revolución de Octubre y su represión provocaron un enfrentamiento irreconciliable entre la derecha y la izquierda, polarizando aún más la vida política y anunciando la tragedia que ocurriría en 1936: el estallido de la Guerra Civil (1936-1939). Además, varios escándalos de corrupción (como el del «Estraperlo») desgastaron al Partido Radical y a Lerroux, llevando a la convocatoria de nuevas elecciones.

6. El Frente Popular (Febrero – Julio 1936)

En España, la represión desatada tras el fracaso de la revolución de Asturias fortaleció los lazos y las solidaridades entre las fuerzas de izquierdas. Siguiendo las directrices de la Internacional Comunista, se formó en España el Frente Popular. Se presentó como una coalición electoral en la que estaban:

  • Republicanos de izquierda (Izquierda Republicana de Azaña, Unión Republicana de Martínez Barrio).
  • PSOE (con sectores enfrentados: uno más moderado liderado por Indalecio Prieto y otro más radical por Largo Caballero).
  • PCE (Partido Comunista de España).
  • POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista, trotskista).
  • Apoyo de la CNT (aunque no formó parte del pacto, recomendó el voto).

Pedían la amnistía para los detenidos por la revolución de octubre, querían continuar con las reformas del Bienio Progresista, pedían una reforma del Tribunal de Garantías Constitucionales y el restablecimiento de la autonomía catalana (y la tramitación de otras).

Por su parte, los partidos de derechas se hallaban divididos: la CEDA, el Bloque Nacional (liderado por Calvo Sotelo, monárquico), grupos agrarios, la Lliga Catalana, y la extrema derecha de Falange Española y de las JONS.

El 16 de febrero de 1936 se celebraron las elecciones. Cada bloque obtuvo unos 4 millones de votos, pero la ley electoral y la unidad de la izquierda dieron la mayoría de los escaños al Frente Popular.

  • Manuel Azaña fue nombrado Presidente del Gobierno.
  • Alcalá Zamora seguiría presidiendo la República hasta el 7 de abril de 1936, cuando fue destituido por las Cortes (acusado de haber disuelto las Cortes irregularmente) y sustituido por Manuel Azaña al frente de la Presidencia de la República. Casares Quiroga (republicano galleguista) pasó a ser Presidente del Consejo de Ministros.

El gobierno del Frente Popular, en marzo de 1936, reinició la política reformista:

  • Se decretó la amnistía para los presos políticos de 1934.
  • Se restableció la Generalitat de Cataluña y se aceleraron los trámites para los estatutos vasco y gallego.
  • Se reanudó la reforma agraria con mayor celeridad, provocando ocupaciones de tierras por campesinos impacientes.

El clima social y político se enrareció enormemente. Aumentaron los enfrentamientos callejeros, las huelgas, las ocupaciones de fincas y los actos de violencia política entre militantes de izquierda y derecha (especialmente falangistas). En marzo de 1936, Azaña ilegalizó a la Falange Española y encarceló a su líder, José Antonio Primo de Rivera.

Desde febrero de 1936, un sector del ejército (liderado por generales como Mola, Franco, Goded, Fanjul) empezó a conspirar activamente contra la República, creando la Unión Militar Española (UME). Aunque el gobierno conocía sus actuaciones, subestimó su capacidad para triunfar.

La espiral de violencia culminó en julio:

  • El 12 de julio de 1936, un grupo de pistoleros de extrema derecha (posiblemente falangistas) asesinaron a un conocido militante socialista, el teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo.
  • Como respuesta, compañeros de Castillo, en la madrugada del 13 de julio, detuvieron en su casa y posteriormente asesinaron a José Calvo Sotelo, líder del Bloque Nacional y principal portavoz de la derecha monárquica en las Cortes.

La muerte de Calvo Sotelo aceleró los preparativos de la conspiración militar. El 17 de julio de 1936, la guarnición militar de Melilla se sublevó contra el gobierno del Frente Popular. Al día siguiente, el golpe se extendió a la Península. Con ello se iniciaba un conflicto bélico civil muy sangriento que duraría hasta el 1 de abril de 1939: la Guerra Civil Española.

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