1. El Imperio Colonial Español a Finales del Siglo XIX y las Guerras Coloniales
A finales del siglo XIX, el Imperio colonial español se vio sometido a una fuerte crisis. La política exterior española se caracterizó por el «recogimiento», lo que implicaba mantener a España al margen de las grandes alianzas internacionales. El objetivo era preservar los restos del imperio que aún se conservaban tras la emancipación de las colonias americanas sucedida entre 1808 y 1826.
1.1. Territorios coloniales restantes
- En África, España mantenía bases en el Sáhara español y en Guinea Española.
- En el Pacífico, se trataba de mantener la soberanía sobre el archipiélago asiático de las Filipinas.
- En América, se mantenían las islas de Puerto Rico y Cuba.
1.2. Movimientos independentistas
Paralelamente, se produjeron movimientos independentistas en las colonias, destacando los producidos en Filipinas y en Cuba. Este último dio lugar a la Primera Guerra Cubana (1868-1878). La situación de inestabilidad continuó debido a las promesas de autonomía incumplidas y a la no abolición de la esclavitud. Así, estalló la Segunda Guerra de Cuba o «Guerra Chiquita».
1.2.1. La cuestión cubana
El problema cubano pudo haberse solucionado con Antonio Maura, quien en 1893 propuso conceder una amplia autonomía a la isla. Sin embargo, la propuesta fue rechazada y Maura dimitió. De esta manera, estallaba la Tercera Guerra de Cuba (1895) con el llamado «Grito de Baire», un movimiento independentista encabezado por José Martí desde Nueva York. El gobierno español encargó la derrota de los independentistas al general Valeriano Weyler.
1.2.2. Intervención de Estados Unidos
En la década de 1890, los intereses económicos de Estados Unidos en Cuba eran muy importantes. El presidente Cleveland manifestó su deseo de adquirir la isla e inició negociaciones con Cánovas para su compra. Tras el asesinato de Cánovas, Sagasta prosiguió con las negociaciones, pero España acabó rechazando la oferta estadounidense.
2. La Guerra con Estados Unidos de 1898
Las presiones estadounidenses eran cada vez mayores. Por ello, a finales de 1897, Sagasta decidió sustituir al general Weyler e inició negociaciones con los sublevados cubanos. En febrero de 1898, Estados Unidos envió varios buques de guerra a diversos puertos cubanos, entre ellos el crucero Maine, que estalló de forma accidental el 15 de febrero en el puerto de La Habana. La prensa estadounidense acusó al gobierno español del «atentado» e inició una campaña favorable a la guerra con España. El 20 de abril, Estados Unidos declaró la guerra a España.
2.1. Desarrollo de la guerra
La Guerra Hispanoamericana fue una guerra naval que España perdió en dos encuentros: la Batalla de Cavite en Filipinas y la Batalla de Santiago de Cuba. En los meses siguientes, las tropas norteamericanas desembarcaron en Puerto Rico, Cuba y Filipinas.
2.2. Tratado de París
España se vio obligada a iniciar negociaciones de paz con la mediación de Francia. Así, en diciembre de 1898 se firmaba el Tratado de París, por el cual España cedía Cuba, Puerto Rico y Filipinas a Estados Unidos. Con este tratado, desaparecía definitivamente el Imperio colonial español, abriéndose una etapa de crisis en el país.
3. Las Consecuencias del «Desastre del 98»
La derrota frente a Estados Unidos fue el detonante que originó una fuerte crisis en el sistema político de la Restauración. El Desastre del 98 trajo consigo varios problemas para España:
3.1. Consecuencias políticas
- Liquidación del Imperio colonial: España perdió sus últimas colonias al ceder Cuba, Filipinas y Puerto Rico a Estados Unidos por el Tratado de París.
- Crisis del sistema político: La derrota puso de manifiesto «el problema de España», evidenciando que era un país aislado y atrasado respecto al mundo occidental. Se inició una crisis y división de los partidos dinásticos, con el asesinato de Cánovas y el desprestigio de Sagasta, entre otros problemas en los partidos conservador y liberal.
- Auge de los nacionalismos periféricos: El fracaso del nacionalismo español provocó el auge, a comienzos del siglo XX, de los nacionalismos periféricos en Cataluña, País Vasco y Galicia.
- Descontento en el ejército: La derrota militar generó un fuerte descontento en el ejército, que se manifestó en diversos pronunciamientos y conspiraciones a lo largo de las primeras décadas del siglo XX.
3.2. Consecuencias económicas
- Pérdida de mercados: La economía española perdió importantes mercados para sus productos coloniales.
- Devaluación de la peseta e inflación: Los enormes gastos de la guerra ocasionaron una devaluación de la peseta, inflación de los precios y aumento del déficit del Estado.
3.3. Consecuencias sociales e intelectuales
- Regeneracionismo: Los intelectuales de la época criticaron duramente al sistema de la Restauración y exigieron su regeneración. Surgieron diversas corrientes de pensamiento que proponían soluciones para la crisis española, como el regeneracionismo de Joaquín Costa o el krausismo.
- Mayor atención al norte de África: Tras la pérdida de las colonias americanas, España centró su atención en el norte de África, con el objetivo de controlar el norte de Marruecos.
4. La Restauración (1874-1923)
4.1. Introducción
La Restauración es el periodo comprendido entre el 30 de diciembre de 1874, proclamación de Alfonso XII como rey, hasta el 13 de septiembre de 1923, golpe de Estado de Primo de Rivera. Fue una etapa estable comparada con el Sexenio Democrático (1868-1874), que incluyó la Revolución de la Gloriosa, el reinado de Amadeo I y la Primera República. La Restauración se divide en dos etapas: la primera, hasta 1902, con el reinado de Alfonso XII y la regencia de María Cristina; y la segunda, con el reinado de Alfonso XIII.
4.2. Características de la Restauración
- Hegemonía social de la burguesía.
- Desarrollo del movimiento obrero anarquista y socialista.
- Pérdida de los territorios de ultramar.
- Redefinición del Estado liberal.
5. Génesis de la Restauración
El retorno de la dinastía borbónica se debió a varios factores:
- La fragilidad e incapacidad de la Primera República para resolver la Guerra Carlista, la Guerra Cantonal y la Guerra Colonial.
- La pasividad y debilidad de la oposición social a la Restauración.
- El apoyo de diversos grupos sociales a un cambio de régimen, como la alta burguesía, los intereses coloniales, los propietarios de tierras, los mandos y oficiales del ejército, y la Iglesia católica.
6. El Sistema Canovista
Antonio Cánovas del Castillo fue el creador del sistema político de la Restauración. Este político e historiador malagueño, de ideología conservadora, creía necesario hacer compatible la libertad individual con el progreso económico y el orden social frente a las masas proletarias. Cánovas era contrario al sufragio universal y pensaba que la democracia abriría las puertas a la anarquía social y al comunismo. Justificó el uso de la fuerza como medio de defensa contra la amenaza a la propiedad individual.
6.1. Bases del sistema canovista
- Restauración de la monarquía borbónica: Alfonso XII reemplazaría a Isabel II.
- Creación de un sistema bipartidista: El Partido Conservador sustituiría al Moderado, y el Partido Liberal al Progresista.
- Constitución de 1876: Se elaboró una nueva constitución que serviría de base al nuevo régimen.
6.2. Constitución de 1876
La Constitución de 1876 representaba un retorno a la Constitución de 1845. Fue preparada por una comisión presidida por Alonso Martínez, pero el verdadero inspirador fue Cánovas.
6.2.1. Características de la Constitución de 1876
- Soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.
- Cortes bicamerales: Congreso de los Diputados y Senado.
- Corona como eje del Estado: El rey tenía amplios poderes, como el derecho a veto, la disolución de las Cortes y el nombramiento del jefe de gobierno.
- Derechos y libertades individuales: Se reconocían los derechos fundamentales, pero con limitaciones.
- Sufragio restringido: Inicialmente censitario, se estableció el sufragio universal masculino en 1890.
- Recorte de la libertad religiosa: Se mantenía la confesionalidad católica del Estado, aunque se toleraba el culto privado de otras religiones.
6.3. Bipartidismo
Dos grupos políticos se turnarían para gobernar: el Partido Conservador, liderado por Cánovas, y el Partido Liberal, liderado por Sagasta. Había escasa diferencia ideológica entre ambos partidos: eran monárquicos, defendían el mantenimiento del sistema económico capitalista y liberal, y se comprometían a respetar el turno pacífico en el poder.
7. Alfonso XII y la Regencia
El Partido Conservador de Cánovas asumió las funciones de gobierno entre 1875 y 1880. Sus actuaciones más importantes fueron:
- Poner fin a los conflictos bélicos: la Tercera Guerra Carlista y la Guerra de Cuba.
- Aplicar medidas centralizadoras: se unificó la legislación y se creó la Guardia Civil como cuerpo policial nacional.
- Establecer un nuevo arancel aduanero proteccionista.
- Aprobar la Ley Electoral de 1878, que establecía el sufragio censitario.
- Limitar los derechos individuales: se restringió la libertad de prensa y de asociación.
En noviembre de 1885 muere Alfonso XII y se produce el Pacto del Pardo entre Cánovas y Sagasta para asegurar la continuidad del sistema durante la regencia de María Cristina.
Desde 1885 hasta 1890 gobernó Sagasta. Su obra se caracterizó por la aplicación de un conjunto de reformas inspiradas en las ideas de la Revolución de 1868:
- Se restableció el sufragio universal masculino en 1890.
- Se aprobaron leyes para mejorar las condiciones laborales y la educación.
- Se impulsó la construcción de infraestructuras, como ferrocarriles y puertos.
8. El Resurgimiento del Republicanismo
El panorama político español contempló el resurgimiento del republicanismo como rechazo al sistema político de la Restauración. Los republicanos se vieron favorecidos por el establecimiento del sufragio universal y lograron algunos diputados en las grandes ciudades. Sin embargo, no hubo representantes de las fuerzas proletarias en las Cortes debido al falseamiento electoral.
9. El Caciquismo
El sistema representativo se convirtió en una ficción durante la Restauración. El partido en el gobierno fijaba los resultados electorales de forma pactada mediante el «encasillado», que consistía en que se asignaba a cada distrito el candidato que debía ganar la elección antes de que se produjera la votación. Para asegurar esto era imprescindible la intervención de los caciques, personajes influyentes en la vida local que actuaban como intermediarios entre el Estado y la población. Los caciques utilizaban diversos métodos para manipular las elecciones, como la violencia, las amenazas, las trampas y el intercambio de votos por favores.
10. Conclusión
La Restauración fue un periodo de estabilidad política en España tras el convulso Sexenio Democrático. Sin embargo, el sistema político presentaba graves deficiencias, como el falseamiento electoral, el caciquismo y la marginación de las clases populares. La crisis del 98 puso de manifiesto la debilidad del sistema y aceleró su declive, que culminaría con la dictadura de Primo de Rivera en 1923.