1. La Crisis del Reinado de Carlos IV (1788-1808)
1.1 La Monarquía de Carlos IV
Carlos IV apartó del gobierno a los ministros ilustrados y en 1792 confió el poder a Manuel Godoy. Carlos IV declaró la guerra a Francia en 1793. La derrota de las tropas españolas y la Paz de Basilea en 1795 subordinaron España a los intereses franceses. En 1799 se produjo el ascenso al poder de Napoleón Bonaparte.
Las hostilidades se desarrollaron en dos fases, y la Batalla de Trafalgar en 1805 constituyó el hito más importante. La nobleza y la iglesia se mostraron contrarias a las reformas de Godoy. Por otro lado, los impuestos sobre el campesinado provocaban el descontento popular que se veía incrementado por las epidemias, el hambre y la escasez.
La incapacidad para resolver esta situación alimentó motines y revueltas, que responsabilizaban a Godoy de la grave situación de crisis.
1.2 El Motín de Aranjuez
Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau que autorizaba a los ejércitos napoleónicos a entrar en España para atacar a Portugal. A cambio, se pactaría un reparto de Portugal entre Francia y España.
El 18 de marzo de 1808 estalló un motín en Aranjuez, ciudad donde se encontraban los reyes, quienes aconsejados por Godoy se retiraron hacia el sur. El motín, con participación popular, pero dirigido por la nobleza palaciega y el clero, perseguía la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando.
Los amotinados consiguieron sus objetivos, pero los hechos evidenciaron una crisis profunda en la monarquía española. Carlos IV escribió a Napoleón diciéndole los acontecimientos y reclamando su ayuda.
1.3 La Monarquía de José Bonaparte
Carlos IV y Fernando VII fueron llamados por Napoleón a Bayona. Napoleón nombró a su hermano José rey de España y convocó a Cortes a fin de aprobar una constitución que acabase con el Antiguo Régimen.
El nuevo Código de Bayona reconocía la igualdad de los españoles ante la ley, los impuestos y el acceso a los cargos públicos. José I lo juró en 1808. José Bonaparte pretendía la liquidación del Antiguo Régimen.
2. La Guerra de la Independencia (1808-1814)
2.1 La Revuelta Popular y la Formación de Juntas
El 2 de mayo de 1808, el resto de la familia real se preparaba para partir hacia Bayona, donde se creía que Napoleón tenía secuestrado a Fernando VII, según los rumores entre la población de Madrid, desconocedora de los acontecimientos.
En Galicia, Andalucía, Aragón, Castilla, Cataluña… la población se alzó contra la invasión francesa y surgieron juntas de armamento y defensa. Las juntas fueron primero locales y estaban formadas por personalidades partidarias de Fernando VII que pretendían canalizar la agitación popular.
La Junta Suprema Central coordinaba la lucha y dirigía el país. Era una forma de gobierno radicalmente nuevo. Floridablanca y Jovellanos eran los miembros más ilustres. La Junta huyó a Sevilla y de allí a Cádiz.
2.2 La Resistencia: Sitios y Guerrillas
La resistencia de ciudades sometidas a las tropas francesas inmovilizó parte del ejército francés e impidió el avance hacia el levante. La derrota de los invasores en Bruc y en Bailén impidió la conquista de Andalucía.
Napoleón se desplazó a España para dirigir la contraofensiva con un ejército de 250.000 hombres. Surgieron las guerrillas: pequeños grupos locales de entre 30 y 50 miembros, que hostigaban a militares enemigos.
En 1812 el curso de la guerra quedó afectado por la campaña que Napoleón inició en Rusia y que le obligó a retirar miles de efectivos de la península. Ante ello, las tropas españolas, apoyadas por el ejército británico al mando del general Wellington, consiguieron la victoria. José I abandonó definitivamente Madrid.
Incapaz de mantener los dos frentes, Napoleón decidió pactar el fin del conflicto con los españoles y permitir el retorno de Fernando VII (Tratado de Valençay). Hacia finales de 1813, sus tropas empezaron a abandonar la península.
2.3 Actitudes Sociales, Políticas e Ideológicas
La invasión francesa obligó a las diferentes corrientes ideológicas a tomar partido frente a la presencia francesa y a la nueva monarquía napoleónica.
- Una minoría de españoles, a los que se conoce como afrancesados, colaboraron con la monarquía de José I.
- El grueso de la población española formó lo que se conoce como el frente patriótico, es decir, los que se opusieron a la invasión. En este bando, la mayor parte del clero y la nobleza deseaban la vuelta al absolutismo bajo la monarquía de Fernando VII, defendían la religión católica y rechazaban todo cambio social.
- Algunos ilustrados creían que con la vuelta de Fernando VII se podría emprender un programa de reformas y la modernización del país.
- Los liberales veían en la guerra la oportunidad de realizar un cambio en el sistema político.