El Reinado de Amadeo I (1871-1873) y la Crisis de la Monarquía Democrática
El mismo día que Amadeo I desembarcó en España, murió su principal apoyo, el general Prim. Amadeo I era menospreciado por los altos mandos militares y la aristocracia. Durante su reinado se le opusieron diversos sectores: la alta burguesía y los obreros por su política económica; los campesinos y obreros por los impuestos de consumo, como las quintas; y políticamente, los carlistas con la II Guerra Carlista (1872-1876), los demócratas y el Partido Moderado. Contaba con el apoyo de la Unión Liberal y los Progresistas.
El rey encargó la formación de gobierno a Serrano. A los problemas del rey se sumó la división interna de unionistas y progresistas, los partidos que le apoyaban, por culpa del personalismo y el bipartidismo. Dentro del progresismo hubo una división: por una parte, los más conservadores encabezados por Sagasta, llamados constitucionalistas; y otra más reformista, que apoyaba la monarquía y los partidarios de la república, dirigida por Ruiz Zorrilla, a los que se unieron los cimbrios. Estas dos facciones se enfrentaron, lo que condujo a la crisis de 1871. El rey encargó el gobierno a Zorrilla, que decretó una amnistía y logró un préstamo para sanear la Hacienda. Más tarde fue sustituido por un militar cercano a Sagasta.
Sagasta terminó por presidir el gobierno y buscó alianzas con unionistas o demócratas. El desprestigio del gobierno obligó a Amadeo I a sustituir a Sagasta por Serrano, pero este duró poco tiempo, ya que la firma del Convenio de Amorebieta indultó a los carlistas, lo que indignó a radicales y militares. Serrano fue sustituido por Zorrilla.
El malestar político y social, junto con la II Guerra Carlista y la Guerra de los Diez Años (Cuba), obligó a Amadeo I a renunciar a la corona el 10 de febrero de 1873.
La Primera República (1873-1874): Un Intento Frustrado de República Federal
El 11 de febrero de 1873 se proclamó la República. El esfuerzo por construir un nuevo modelo de estado topó con dificultades como la legitimidad de su origen, ya que se había constituido en asamblea constituyente, algo que la Constitución de 1869 no permitía; y la otra, la gran diversidad de corrientes políticas y proyectos, y las diferentes tendencias del federalismo.
El primer jefe de gobierno fue Estanislao Figueras. Entre los constituyentes de su gobierno destacan Salmerón, Castelar y Pi i Margall. La Constitución de 1869 seguía en vigencia, eliminando todo lo referente a la monarquía. La Asamblea eligió un gobierno republicano presidido por Figueras. Un mes después se disolvió la Asamblea.
Tras esto se convocaron elecciones, las cuales ganaron los republicanos, proclamando así la República democrática federal.
Se eligió a Pi i Margall como jefe de gobierno. Intentó reconciliar las corrientes republicanas, pero fracasó. Se produjo en Alcoy una huelga general que desembocó en una insurrección generalizada, que fue reprimida a tiros. Surgieron cantones, su generación es debida a la defensa de la república contra la derechización y como medio para acelerar la implantación de la república federal. Fueron los cantonistas quienes proclamaron la república federal. El gobierno entró en crisis y Salmerón sustituyó a Pi i Margall en el gobierno. El movimiento cantonal dividió a los republicanos entre intransigentes y partidarios de la represión.
Antes de ser sustituido por Salmerón, Pi i Margall presentó un proyecto de constitución, que terminó por ser una constitución non nata.
La Constitución Federal de 1873 (Non Nata)
La Constitución non nata de 1873 proclamaba una república federal (Art. 39), con la nación española dividida en estados (Art. 40). Los poderes estaban divididos en: el ejecutivo, a cargo del presidente del gobierno; el legislativo, por parte de las Cortes: Congreso y Senado (Art. 50); el judicial, constituido por jurados, este poder es independiente; y por último el poder de relación. Se implementaron algunos derechos como la libertad de culto y España como estado laico (Art. 35-36).
El Final de la República y la Dictadura de Serrano
En septiembre, Salmerón dejó la presidencia, sustituyéndole Emilio Castelar, que defendía una república centralista y movilizó a los reservistas para acabar con el problema cantonal y continuar así las guerras carlista y cubana. El general Pavía elaboró un golpe de estado.
Tras el golpe, Pavía reunió a Serrano, Concha, Zavala, Sagasta y Cánovas para imponer una república con Serrano como presidente. Entonces se instauró la dictadura general de Serrano, que fue un sistema híbrido sin constitución, perseguían un poder robusto de decisiones rápidas y silenciosas. Le daba al ejército una importancia primordial, y apelaba a grupos sociales acomodados.
La Restauración Borbónica: El Pronunciamiento de Martínez Campos
El 3 de septiembre, Sagasta sustituyó a Zavala en el gobierno, mientras Martínez Campos preparaba un pronunciamiento. Cánovas, que no apoyaba el golpe de estado, quería la restauración monárquica evitando el pronunciamiento. Martínez Campos marchó hacia Sagunto y allí proclamó a Alfonso XII rey de España.