La Década Ominosa: Absolutismo y Transición al Liberalismo en el Reinado de Fernando VII

La Década Ominosa: Entre el Absolutismo y los albores del Liberalismo

La Década Ominosa (1823-1833) representa la última etapa del reinado de Fernando VII, un periodo caracterizado por el intento de restaurar las formas del Antiguo Régimen, tras el breve interludio liberal del Trienio (1820-1823). Sin embargo, a pesar de la vuelta al absolutismo, se pueden advertir señales de que el régimen estaba avanzando hacia el liberalismo. El rey mantuvo su poder absolutista, pero adoptó una postura de arbitraje entre los grupos absolutistas y liberales, suavizando las formas absolutistas.

Esta etapa contrasta con el Sexenio Absolutista (1814-1820) en varios aspectos:

  • 1º.- La burguesía conservó muchos de los puestos conquistados.
  • 2º.- El Tribunal de la Inquisición quedó suprimido.
  • 3º.- Los bienes confiscados a la Iglesia durante el Trienio Liberal no fueron devueltos.
  • 4º.- El rey se rodeó de elementos de la burguesía.

Grupos Ideológicos durante la Década Ominosa

Durante este periodo, se distinguen varios grupos ideológicos:

  • 1º.- Absolutistas (Apostólicos): Conservadores de línea dura que pretendían mantener la vigencia del Antiguo Régimen.
  • 2º.- Moderados: Colaboraban con el rey, integrándose en las instituciones del Antiguo Régimen, pero evitando las formas imperantes y buscando la amnistía política.
  • 3º.- Afrancesados: Defendían una evolución sin rupturas, un plan de reformas desde arriba y la eficacia de las reformas administrativas. Destacan figuras como Alberto Lista o Javier de Burgos. Fernando VII se apoyó en este grupo como una «tercera vía».
  • 4º.- Liberales moderados: Buscaban influir sin molestar, ganándose el favor de María Cristina y confundiéndose con los moderados realistas.
  • 5º.- Liberales exaltados: Excluidos del régimen, eran partidarios de la revolución.
  • 6º.- Carlistas: No aceptaban las disposiciones sucesorias de Fernando VII, disputando el trono a Isabel II y con planteamientos ideológicos absolutistas.

La Acción del Gobierno

En esta época se estableció el Consejo de Ministros. Destacaron dos figuras: Luis López Ballesteros, encargado de la Hacienda, y Tadeo Calomarde, responsable del orden público y la enseñanza. Ballesteros cambió el sistema de impuestos y negoció préstamos, deteriorando la Hacienda. Fue el primero en confeccionar unos Presupuestos Generales del Estado. Calomarde se centró en el mantenimiento del orden público y en la educación, con reglamentos para escuelas primarias y universidades.

El gobierno enfrentó intentos de derrocamiento por parte de liberales exaltados y absolutistas. Fernando VII terminó dejando el gobierno en manos de los partidarios del «justo medio» y, tras el fallecimiento de la reina, se rodeó de elementos liberales.

A partir de 1826, España experimentó una recuperación económica y se frenó la deflación. El gobierno desarrolló una intensa labor, con medidas como:

  • * 1828: Ley de Baldíos, que confirmó la desamortización y puso tierras en explotación.
  • * 1830: Aprobación del Código de Comercio y el Código Civil.
  • * 1831: Ley de Bolsa.
  • * 1832: Creación del Ministerio de Fomento.

También se iniciaron inversiones importantes, como los altos hornos de Marbella.

El Problema Sucesorio

Fernando VII no tenía hijos, por lo que lo normal hubiera sido que su hermano, Carlos María Isidro, de ideas absolutistas, le sucediera. Sin embargo, en 1829, tras la muerte de la reina Josefa Amalia, el rey contrajo matrimonio con su sobrina María Cristina de Nápoles, quien quedó embarazada. Fernando VII volvió a permitir que las mujeres reinaran en España. En octubre de 1830 nació Isabel II.

En otoño de 1832, Fernando VII sufrió una grave crisis de salud. La reina María Cristina decidió derogar la Pragmática Sanción a la espera de mejores circunstancias e inició una alianza con el partido liberal, destituyendo a los realistas más exaltados de la administración. Fernando VII se recuperó, validó las acciones de María Cristina y volvió a publicar la Pragmática Sanción. De esta forma, cuando el monarca falleció en septiembre de 1833, España tenía las puertas abiertas al nuevo régimen, aunque el camino sería largo y ensangrentado por una guerra civil.

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