La Década Ominosa y la I República Española: Un Periodo Tumultuoso

La Década Ominosa (1823-1833)

El fin del régimen liberal llegó con la intervención de la Santa Alianza. Atendiendo a las peticiones de Fernando VII, Francia envió a España unos 100.000 soldados, conocidos como los Cien Mil Hijos de San Luis. Estos irrumpieron en territorio español y repusieron a Fernando VII como monarca absoluto.

Las potencias restauradoras consideraban necesarias algunas reformas moderadas, como proclamar una amnistía para superar la violencia y organizar una administración eficaz para dotar de estabilidad a la monarquía. Sin embargo, Fernando VII no aceptó estas peticiones y de nuevo se produjo una feroz represión contra los liberales.

Otro problema importante fue la economía. Las dificultades de la Hacienda, agravadas por la pérdida definitiva de las colonias, forzaron un estricto control del gasto público. Esta actitud incrementó la desconfianza de los realistas y de los sectores ultramontanos de la corte. En Cataluña, se levantaron partidas realistas que reclamaban mayor poder para los ultraconservadores y defendían el retorno a las costumbres y fueros tradicionales.

La Primera República Española (1873-1874)

Proclamación y Dificultades Iniciales

La última etapa política del Sexenio Revolucionario fue la Primera República. La proclamación de la República fue la salida más fácil ante la renuncia de Amadeo de Saboya. Las Cortes decidieron someter a votación la proclamación de una república, que fue aprobada el 11 de febrero de 1873 por una amplia mayoría. Para presidir el gobierno fue elegido Estanislao Figueras.

Sin embargo, los datos de las votaciones no reflejaban un apoyo real a la nueva forma de gobierno. Gran parte de la cámara era monárquica y su voto republicano fue una estrategia para ganar tiempo y organizar el retorno de los Borbones al trono español. Así pues, la República nació con escasas posibilidades de éxito.

A pesar de todo, la República fue recibida con entusiasmo por las clases populares, que creyeron que había llegado el momento de cumplir con sus aspiraciones de cambio social. Los federales ocuparon las corporaciones de muchos municipios y constituyeron Juntas Revolucionarias para desplazar de la administración a los antiguos cargos monárquicos.

El interés de los dirigentes republicanos por respetar la legalidad se exteriorizó en la disolución de las Juntas. Pacificado el panorama, se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes, que ganaron los republicanos. Las Cortes se abrieron y el 7 de junio proclamaron la República Democrática Federal. La presidencia quedó en manos de Figueras, pero dimitió al cabo de unos días y el poder pasó a manos de Pi y Margall. Su propósito era emprender grandes reformas (separar el Estado de la Iglesia, elaborar una constitución), pero los pocos meses que duró la experiencia republicana no permitieron el desarrollo de esa legislación reformista.

Problemas y Conflictos

La Primera República tuvo que enfrentarse a graves problemas que paralizaron la acción de gobierno:

  • **Insurrección Carlista:** La guerra carlista continuaba.
  • **Guerra de Cuba:** La guerra en Cuba seguía extendiéndose y la República fue incapaz de mejorar la situación.
  • **Sublevación Cantonal:** Este fue el conflicto más grave. Los protagonistas de los levantamientos cantonalistas eran un conglomerado social compuesto por artesanos, pequeños comerciantes y asalariados.

El presidente Pi y Margall se opuso a sofocar la revuelta y dimitió, siendo sustituido por Nicolás Salmerón, quien dio por acabada la política de negociación con los cantones e inició una acción militar contra el movimiento cantonalista. Salmerón dimitió al sentirse incapaz de firmar las penas de muerte impuestas por la autoridad militar contra los cantonalistas. La presidencia recayó en Emilio Castelar y, a partir de este momento, la República inició un desplazamiento más a la derecha. Castelar intentó aplicar una política de autoridad y fuerza para controlar los problemas que aquejaban al país.

Fin de la República

La República dio un vuelco conservador con el nuevo gobierno, pero Castelar no tenía la mayoría en las Cortes y, temiendo ser destituido por la mayoría federal, había suspendido las sesiones parlamentarias y gobernó autoritariamente. Ante esta situación, un sector importante de los diputados plantearon una moción de censura al gobierno para forzar su dimisión.

En enero de 1874 se abrieron las Cortes y el gobierno de Castelar fue derrotado. Era inminente la formación de un gobierno de izquierda, pero el general Manuel Pavía exigió la disolución de las Cortes. El poder pasó a manos del General Serrano. El 29 de diciembre de 1874, el pronunciamiento militar de Martínez Campos proclamó rey de España a Alfonso XII, dando inicio a la Restauración Borbónica.

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