La Desamortización de Mendizábal
Antecedentes
El proceso desamortizador se inicia con el decreto de “Supresión de las órdenes religiosas” en 1835, y continúa con la “Ley de 19 de febrero de 1836” con la que se nacionalizan los bienes de la Iglesia.
Objetivos de la Desamortización
Mendizábal exponía los siguientes objetivos de la desamortización:
- Sanear la Hacienda reduciendo la deuda
- Conseguir el acceso a la propiedad de sectores burgueses, que mejorarían la producción y la revalorizarían
- Crear un sector social de nuevos propietarios vinculados al régimen y al bando cristino
Aplicación de la Desamortización
El programa de Mendizábal no era original, pues sólo amplió el ámbito de la desamortización eclesiástica abarcando a todo el clero secular, pero fue más radical que el resto de intentos desamortizadores liberales.
- Desamortización eclesiástica: Se declaran en subasta todos los bienes pertenecientes al clero regular, y se destinaban los fondos obtenidos a la amortización de la deuda pública.
- Desamortización de señoríos: La ley de señoríos de 16 de agosto de 1837, según la cual los señores perdían sus atribuciones jurisdiccionales, pero conservaban la propiedad de las tierras, siempre que los campesinos no pudieran acreditarlas como propias.
- Desvinculación de los mayorazgos: A partir de esta ley, los propietarios de un mayorazgo podrían vender sus tierras libremente.
Consecuencias de la Desamortización
Las consecuencias de la desamortización de Mendizábal fueron muy variadas:
- Afectación a las tierras cultivadas: Afectó al 15-20% de las tierras cultivadas del país.
- Desmantelamiento de la propiedad de la Iglesia: Ello provocó la ruptura de las relaciones diplomáticas entre España y la Iglesia.
- Proceso de deforestación: La desamortización trajo consigo un proceso de deforestación.
- Disminución de la deuda: La desamortización no resolvió el problema de la deuda, pero sí contribuyó a disminuirla.
- Aumento de la producción agraria: La desamortización no produjo un aumento de la producción agraria, contra lo que pretendían sus promotores.
- Reforzamiento de la estructura de la propiedad de la tierra: Las tierras y las fincas urbanas fueron a parar a los antiguos terratenientes locales, a nuevos inversores de la burguesía financiera, industrial o profesional, a especuladores e intermediarios.
- Exclusión de los campesinos: Los campesinos no compraron tierras debido a la falta de información, conocimientos o recursos económicos.
- Urbanismo discriminador: En las ciudades, la desamortización contribuyó a un urbanismo discriminador, ya que la mayoría de los inmuebles estaban en el centro urbano.