La Dictadura de Primo de Rivera: Ascenso y Caída (1923-1930)

Introducción

El 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado con el que puso punto y final al sistema político de la Restauración. Este régimen se había caracterizado por un turnismo pacífico entre partidos que, sin embargo, entró en crisis hasta el establecimiento de la dictadura. La caída de la dictadura arrastró consigo al rey Alfonso XIII, debido a su actitud permisiva durante el establecimiento y desarrollo del régimen autoritario.

Antecedentes

Partidos políticos de oposición

En los años previos a la dictadura de Primo de Rivera, los principales partidos de oposición al sistema de la Restauración eran:

  • El Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux.
  • El Partido Reformista de Melquiades Álvarez: un partido republicano, laico y anticaciquil, cuyo objetivo era reformar el corrupto sistema político español.
  • El Partido Socialista Obrero Español (PSOE): Este último tuvo una creciente implantación y fuerza electoral. Sin embargo, el estallido de la Revolución Rusa provocó un conflicto interno que llevó a la escisión de un sector que apoyaba la revolución bolchevique y deseaba ingresar en la Tercera Internacional (dando lugar al Partido Comunista de España).

Lucha sindical

Los sindicatos obreros experimentaron un gran crecimiento durante esta época, especialmente la CNT (Confederación Nacional del Trabajo), que pasó de unos 15.000 afiliados a cerca de 700.000. En Andalucía, la situación de miseria del campesinado y sus aspiraciones de cambio social protagonizaron numerosas revueltas en las que se quemaron cosechas, ocuparon tierras y repartieron propiedades (el llamado Trienio Bolchevique). En Barcelona, hubo un duro enfrentamiento entre la patronal y los sindicatos que se radicalizó, dando lugar al fenómeno del pistolerismo a partir de 1919.

El problema de Marruecos

Tras la pérdida de las últimas colonias en 1898, el Gobierno español llevó a cabo una agresiva política militar en el Protectorado de Marruecos, impulsada en parte por intereses económicos y militares españoles. Esta política provocó malestar y enfrentamientos, especialmente entre los sectores más humildes, obligados al servicio militar.

Cabe destacar el desastre militar ocurrido tras el ataque por sorpresa protagonizado por los rifeños liderados por Abd el-Krim al puesto español de Annual en 1921. España envió tropas para intentar recuperar las posesiones perdidas, pero el Desastre de Annual provocó una enorme desestabilización política. El gobierno dimitió y se formó un nuevo gobierno de concentración presidido por Antonio Maura. Se inició una investigación, el Expediente Picasso, que señalaba responsabilidades en altos mandos militares e incluso insinuaba la implicación del rey Alfonso XIII. Socialistas y republicanos exigieron que se depuraran responsabilidades al más alto nivel, incluyendo al monarca.

El Golpe de Estado del 13 de septiembre de 1923

Días antes de que las Cortes debatieran las conclusiones del informe sobre el Desastre de Annual (el Expediente Picasso), el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923.

Primo de Rivera exigió al rey la disolución del gobierno y la entrega del poder a los militares. Justificó el golpe argumentando que el régimen parlamentario estaba bloqueado, que existía un grave riesgo de revolución social y que su acción era un remedio necesario para la regeneración del país. Anunció su intención de acabar con el caciquismo y la corrupción, la indisciplina social y las amenazas a la unidad nacional (principalmente el nacionalismo catalán).

Fases de la Dictadura (1923-1930)

Directorio Militar (1923-1925)

En la primera etapa de la dictadura, Primo de Rivera estableció un gobierno de carácter provisional integrado exclusivamente por militares. Las primeras medidas adoptadas fueron drásticas:

  • Suspensión de la Constitución de 1876.
  • Disolución de las Cámaras legislativas (Congreso y Senado).
  • Prohibición de los partidos políticos y sindicatos (aunque se mostró cierta tolerancia inicial con la UGT y el PSOE).
  • Destitución de autoridades civiles locales y provinciales, reemplazadas por militares, como medida para acabar con el caciquismo.

En 1924 se creó un partido único gubernamental, la Unión Patriótica (UP). Su objetivo era dar apoyo social al régimen y sustituir a los partidos políticos tradicionales, considerados corruptos. Este partido sirvió principalmente como instrumento de propaganda para la dictadura y su ideología derechista, católica y nacionalista española, resumida en su lema: «Patria, Religión y Monarquía».

Directorio Civil (1925-1930)

A partir de 1925, Primo de Rivera intentó iniciar una fase de institucionalización del régimen que le diera permanencia. Sustituyó el Directorio Militar por un gobierno con civiles (provenientes de la UP y técnicos). Creó una Asamblea Nacional Consultiva, con miembros designados por el dictador y corporativos, y le encomendó la tarea de elaborar un anteproyecto de Constitución. Sin embargo, este proyecto no tuvo el consenso suficiente y nunca llegó a aprobarse.

En el ámbito militar, Primo de Rivera asumió personalmente el Alto Comisariado en Marruecos con la intención de liquidar el conflicto. A partir de 1925, España actuó coordinadamente con Francia, llevando a cabo el exitoso desembarco de Alhucemas (septiembre de 1925), que marcó el principio del fin de la resistencia rifeña. La guerra concluyó en 1927 con la rendición de Abd el-Krim, lo que otorgó una gran popularidad inicial a Primo de Rivera.

Política Económica

La dictadura se benefició de una coyuntura económica internacional favorable (los «Felices Años Veinte»). El Estado adoptó una política intervencionista y de fomento de la industria nacional y las obras públicas. Se llevó a cabo un ambicioso proyecto de construcción de infraestructuras: pantanos, ferrocarriles (electrificación) y carreteras. Se crearon monopolios estatales en sectores estratégicos como el petróleo (CAMPSA) y las comunicaciones (Telefónica). Sin embargo, este fuerte gasto público provocó un considerable déficit presupuestario y un aumento del endeudamiento del Estado.

Política Social

Para controlar el movimiento obrero y evitar conflictos sociales, se creó la Organización Corporativa Nacional (OCN) en 1926, inspirada en el modelo fascista italiano. Estructurada en comités paritarios (con representantes de patronos y obreros, y un representante del gobierno), reglamentaba los salarios y las condiciones laborales, actuando como árbitro en caso de conflictos. La UGT colaboró inicialmente con este sistema, mientras que la CNT fue prohibida y perseguida. Se llevó a cabo también una política social paternalista, como la construcción de casas baratas, para mejorar las condiciones de vida de las clases humildes.

La Oposición a la Dictadura

Aunque inicialmente el golpe contó con poca oposición activa, con el paso de los años esta se intensificó y organizó en diferentes grupos:

  • Los republicanos: Se reorganizaron y unieron sus fuerzas en la Alianza Republicana.
  • Los anarquistas de la CNT: Perseguidos, se dividieron entre los que defendían la acción sindical clandestina y los partidarios de la insurrección popular violenta (creación de la FAI en 1927).
  • Los comunistas (PCE).
  • Algunos mandos del Ejército descontentos con la política de ascensos y con la gestión del dictador (protagonizaron algunas conspiraciones fallidas como la «Sanjuanada» de 1926).
  • Los intelectuales: Figuras como Miguel de Unamuno (desterrado a Fuerteventura) y José Ortega y Gasset criticaron duramente al régimen.
  • El PSOE: Tras una etapa de cierta colaboración a través de la UGT en la OCN, se opuso frontalmente al régimen a partir de 1929 y se declaró a favor de la República.
  • Los nacionalistas catalanes, cuyas aspiraciones autonomistas fueron reprimidas por la dictadura.

La Caída de la Dictadura y de la Monarquía

Hacia finales de la década, el régimen fue perdiendo todos sus apoyos. La crisis económica de 1929 agravó el descontento social y político. Alfonso XIII, temeroso de que la impopularidad creciente de la dictadura afectase negativamente a la monarquía, retiró su apoyo a Primo de Rivera, quien dimitió en enero de 1930.

El rey nombró jefe de gobierno al general Dámaso Berenguer con la intención de retornar gradualmente al régimen constitucional anterior. Sin embargo, este intento, conocido irónicamente por la prensa como la «dictablanda», fue insuficiente para calmar la oposición.

Al mismo tiempo, las fuerzas republicanas, catalanistas de izquierda y el PSOE firmaron el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930), donde acordaron crear un comité revolucionario, encabezado por Niceto Alcalá-Zamora, encargado de organizar un levantamiento cívico-militar que hiciera caer la monarquía e instaurara la República.

Estos planes se vieron frustrados por el adelantamiento de la sublevación militar de Jaca (diciembre de 1930) a favor de la República, protagonizada por los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández. Esta sublevación fue rápidamente controlada por el Gobierno y sus promotores fueron fusilados, convirtiéndose en mártires de la causa republicana.

Ante la difícil situación y la incapacidad de reconducir el sistema, Berenguer dimitió en febrero de 1931. El rey encargó formar gobierno al Almirante Aznar, quien prometió la convocatoria de elecciones a todos los niveles (municipales, provinciales y generales a Cortes Constituyentes) para volver a la normalidad constitucional.

El 12 de abril de 1931 se llevaron a cabo las primeras elecciones: las municipales. Aunque en el cómputo global de concejales ganaron los monárquicos (gracias al voto rural y caciquil), estas elecciones fueron interpretadas por la opinión pública como un plebiscito sobre la monarquía. La victoria arrolladora de las candidaturas republicano-socialistas en las grandes ciudades y capitales de provincia evidenció la falta de apoyo popular a Alfonso XIII. Esto forzó la abdicación de facto del rey, quien partió al exilio, y el 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República Española.

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