La Dictadura de Primo de Rivera: Directorio Civil, Economía y Política Laboral

Política Socio-Laboral Inicial y Corporativismo

En 1926 se promulga el Código de Trabajo, introduciendo claras mejoras sociales como el seguro de maternidad, el subsidio a las familias numerosas, el aumento de prestaciones de la Seguridad Social, la creación de escuelas sociales y la promoción de vivienda popular, entre otras. Sin embargo, lo más llamativo fue la creación de la Organización Corporativa Nacional, a semejanza de las corporaciones fascistas italianas. Esta organización integraba a obreros y patronos en comités paritarios, agrupados por oficios y profesiones a nivel local, provincial y nacional. Su objetivo era regular las condiciones laborales, controlar el movimiento sindical y evitar la conflictividad social.

Este sistema fue muy criticado; se le acusó de ser una articulación obligatoria de sindicatos y organizaciones patronales que, aunque permanecían autónomos, estaban dominados por los socialistas. Esto era en parte inevitable, pues el anarcosindicalismo estaba fuera del sistema y el sindicalismo católico era débil en esos momentos.

La Dictadura y sus Relaciones con el Movimiento Obrero

A partir de 1923, en contra de la tónica general hasta ese momento, el número de huelgas descendió de forma importante hasta alcanzar cotas mínimas. Tal vez esto fuera debido a la colaboración del Partido Socialista (PSOE), algo que resulta difícil de entender en la actualidad y que le fue muy reprochado. Primo de Rivera consideraba que el PSOE era el único partido honesto de la etapa anterior. Sin embargo, es preciso distinguir entre las distintas tendencias dentro del PSOE:

  • Anticolaboracionistas: Partidarios de un socialismo humanista y liberal (como Fernando de los Ríos).
  • Colaboracionistas: Veían la Dictadura como un régimen temporal que parecía proporcionar más beneficios al mundo obrero.

Ni el PSOE ni la UGT vieron, sin embargo, aumentar el número de sus afiliados durante este periodo. Lo que sí se logró fue la entrada del sindicalista Francisco Largo Caballero en el Consejo de Estado como vocal de representación obrera, aunque se negó a participar en otros organismos como el Consejo de Economía Nacional. La situación cambió a partir de 1927, cuando los socialistas se negaron a enviar representantes a la Asamblea Nacional Consultiva, triunfando la línea no colaboracionista en el congreso del partido de 1928.

En cuanto a la CNT, el régimen dictatorial la redujo a la semiclandestinidad, limitándose desde entonces a realizar atentados de forma aislada. Sus locales fueron clausurados y desapareció su periódico Solidaridad Obrera. Su persecución selectiva fomentó el radicalismo cenetista: en 1927 se fundó la FAI (Federación Anarquista Ibérica), que actuó a favor de una estrategia insurreccional en el mundo sindical.

Directorio Civil (3 de diciembre de 1925 – 28 de enero de 1930)

A punto de resolver la guerra de Marruecos y con un orden público sometido a la disciplina militar, Primo de Rivera procedió a sustituir el Directorio Militar por uno nuevo compuesto por civiles, en lo que para algunos fue un intento de institucionalizar la Dictadura.

El Directorio Civil se constituyó en noviembre de 1925 como un consejo dirigido por Primo de Rivera e integrado por militares (como Martínez Anido) y civiles salidos de la Unión Patriótica (como José Calvo Sotelo, Eduardo Aunós o el conde de Guadalhorce). Su objetivo fundamental era consolidar políticamente el régimen dictatorial. Para ello, la Dictadura centró su propaganda en sus logros económicos que, junto con la solución del problema de Marruecos, constituyeron el aspecto más positivo de su gestión.

Política Económica

El intervencionismo estatal fue el eje de la política económica, con el objetivo prioritario de fomentar la producción industrial y modernizar las infraestructuras, beneficiándose de la coyuntura internacional de auge económico de los «felices años veinte».

Siguiendo las ideas regeneracionistas, se realizaron grandes obras públicas:

  • El Circuito Nacional de Firmes Especiales, que logró renovar la red vial española (más de 7.000 km de carreteras).
  • La modernización de vías férreas.
  • Obras hidráulicas para generalizar el regadío y aumentar la red eléctrica, naciendo así las confederaciones hidrográficas.

La política monopolística puso en manos del Estado la importación, refinado y distribución del petróleo en el país mediante la creación de la compañía CAMPSA (Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos) en 1927. El monopolio de la telefonía fue concedido a la empresa norteamericana ITT. Esta concesión de monopolios fue muy criticada, pues normalmente estuvo ligada a grandes financieros, amigos personales de Primo de Rivera.

Política Socio-Laboral

Primo de Rivera, junto a su Ministro de Trabajo, Eduardo Aunós, realizó una política laboral que organizaba a los obreros en un sistema productivo tutelado por el Estado, de carácter claramente paternalista. En 1924 se creó el Consejo Nacional de Trabajo, Comercio e Industria. Poco después, el Instituto de Reformas Sociales, que había desarrollado un importante papel en la promoción de la legislación social, fue integrado en el Ministerio del Trabajo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *