La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
Contexto Histórico y Ascenso al Poder
A principios del siglo XX, la fuerte conmoción política provocada por el **Desastre del 98** forzó a los partidos dinásticos a iniciar una política reformista. Sin embargo, los proyectos reformadores impulsados por el conservador **Maura** y el liberal **Canalejas** no consiguieron ni modernizar en profundidad el viejo sistema de la Restauración ni democratizar realmente la vida política española. Mientras el sistema político apenas se reformaba, la sociedad española entraba en una etapa de progresivo desarrollo económico y de modernización social, en gran medida condicionados por la aceleración en el progreso de la urbanización.
El impacto de la **Primera Guerra Mundial**, y sobre todo sus consecuencias económicas, acrecentaron los problemas políticos y sociales. La inestabilidad de los gabinetes dinásticos, el creciente divorcio entre las Cortes y los gobiernos, la agudización de las tensiones sociales y las dificultades bélicas en Marruecos, sirvieron de excusa para que, en septiembre de 1923, los militares impusieran la dictadura.
El 13 de septiembre de 1923, **Miguel Primo de Rivera** se pronunció contra la legalidad constitucional, declaró el estado de guerra y exigió que el poder pasase a manos de los militares. La dictadura tuvo una duración de siete años, en los que se sucedieron dos formas de gobierno: el **Directorio Militar** y el **Directorio Civil**, denominados así por la procedencia de sus miembros.
Justificación del Golpe de Estado y Primeras Medidas
El golpe de Estado se justificó con el argumento de que el régimen constitucional estaba bloqueado y desprestigiado, y existía un grave peligro de revolución social. En su manifiesto inaugural, Primo de Rivera expresó su voluntad de «limpiar el país de caciques» y de acabar con el «blindaje político, la indisciplina social y las amenazas a la unidad nacional». Algunos historiadores han apuntado recientemente que, posiblemente, Primo de Rivera no pretendía poner fin a un régimen caduco, sino más bien evitar que el régimen político acabara por democratizarse.
Las medidas del **Directorio Militar** mostraron un carácter dictatorial:
- Suspensión del régimen constitucional.
- Disolución de las cámaras legislativas.
- Cese de las autoridades civiles.
- Prohibición de las actividades de los partidos políticos y de los sindicatos.
Objetivos Políticos y la Unión Patriótica
La regeneración política era uno de los objetivos primordiales del discurso del dictador. Con la intención de liquidar el caciquismo, se elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial. El régimen propugnaba una nueva forma de hacer política y para esa tarea se creó un nuevo partido político, la **Unión Patriótica**, que se trataba de un partido gubernamental, sin un programa ideológico definido y cuya misión primordial era promocionar apoyo a la dictadura.
El Conflicto de Marruecos y el Directorio Civil
Durante la primera etapa, el conflicto de **Marruecos** centró el interés del dictador, que asumió personalmente el Alto Comisionado de Marruecos en 1924. A partir de 1925, se produce el **Desembarco de Alhucemas**, que se saldó con un gran éxito.
Durante el **Directorio Civil**, Primo de Rivera intentó institucionalizar su régimen con la creación de una Asamblea Nacional Consultiva y con la realización de un plebiscito con el que sometió a votación su política exterior.
Política Económica y Social
En cuanto a la política económica y social, la dictadura se benefició de la buena coyuntura de la expansión económica internacional de los «felices años veinte». En España fueron años de dirigismo estatal y política nacionalista que combinó las medidas intervencionistas con un impulso al desarrollo industrial de los sectores de los bienes de inversión. La dictadura puso en marcha un modelo de regulación del trabajo que pretendía controlar los conflictos sociales mediante la intervención del Estado, la integración de los sectores moderados del movimiento obrero y la represión de las organizaciones más radicales.
Oposición a la Dictadura y la Cuestión Catalana
La oposición a la dictadura estuvo integrada por buena parte de los líderes de los viejos partidos del turno, los republicanos, los comunistas, los anarquistas, determinados sectores del ejército y casi la totalidad de los intelectuales. La **CNT** se mantuvo contraria al margen. Los más radicales fundaron la **FAI**, partidaria de la insurrección popular. También el **PSOE** cambió su posición hasta 1929, cuando rechazó abiertamente los intentos continuistas del régimen y se pronunció a favor de la República.
La cuestión catalana se convirtió en un conflicto. Primo de Rivera prohibió el uso público del catalán, cerró el campo del **FC Barcelona**, etc.
Caída de la Dictadura y Transición a la República
**Alfonso XIII** le retiró su apoyo a Primo de Rivera porque temía contagiarse del desprestigio del dictador. En enero de 1930, este presentó su dimisión. El general **Berenguer** le sustituyó, con el compromiso de restituir el orden constitucional, pero la oposición mostró su descontento hacia lo que denominó como «dictablanda». Se firmó el **Pacto de San Sebastián**, que se convertiría en el gobierno provisional de la futura República.
En febrero de 1931 se constituyó el último gobierno de la monarquía presidido por el almirante **Aznar**, que asumió el compromiso de convocar elecciones, empezando por las municipales, y de dar a las Cortes un carácter constituyente. Pero Alfonso XIII se había comprometido demasiado con la dictadura y las elecciones municipales del 12 de abril, las primeras después de ocho años, se presentaron como un plebiscito a favor o en contra de la monarquía.