La Dictadura de Primo de Rivera
El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, se sublevó y contó con el apoyo del rey Alfonso XIII, quien le encomendó la formación de un nuevo gobierno integrado exclusivamente por militares. Los sublevados declararon el estado de guerra, suspendieron las garantías constitucionales y disolvieron las Cortes. El régimen de la Restauración fue sustituido y la Constitución de 1876″suspendid», en medio de la indiferencia popular y sin apenas resistencia por una dictadura militar.
Factores que explican la dictadura militar
- El fracaso y degeneración del sistema político del turnismo bipartidista dominado por una oligarquía caciquil, que había sido incapaz de democratizar el sistema político.
- Descontento del Ejército, agudizado tras el desastre de Annual que incrementó el descrédito de los políticos y militares.
- Auge de los nacionalismos periféricos y ascenso de republicanos y del movimiento obrero.
- Clima de violencia: huelgas generalizadas, respuesta represiva del gobierno y los patronos, alcanzando cuotas extraordinarias.
- Contexto político internacional caracterizado por la crisis de los sistemas democráticos y el triunfo del fascismo en Italia.
Desarrollo de la Dictadura
La dictadura tuvo siete años de duración en las que se sucedieron dos formas de gobierno: el Directorio Militar (1923-25) y el Directorio Civil (1925-30).
Directorio Militar
- Reformas políticas: suspensión del régimen constitucional, disolución de las Cortes, cese de las autoridades civiles, prohibición de las actividades de los partidos políticos y de los sindicatos.
- Reformas económicas: refuerzo del proteccionismo estatal en favor de la industria nacional y fomento de la construcción de grandes obras públicas.
- Victoria de la guerra de Marruecos: consolidación de la presencia española en Marruecos mediante una victoria militar que puso fin a años de guerras y dificultades.
Directorio Civil
- Institucionalización del régimen: creación de una Asamblea Nacional Consultiva (1927) y elaboración de un anteproyecto de Constitución (1929).
- Política económica: política nacionalista y de dirigismo estatal que combinó elementos intervencionistas (proteccionismo) con un impulso de las obras públicas.
- Política social: regulación del trabajo para eliminar los conflictos sociales mediante la intervención del Estado, la integración de los sectores moderados del movimiento obrero y la represión de las fuerzas más radicales.
Crisis y fin de la dictadura
A mediados de 1928, el régimen inició su decadencia debido al inicio de una nueva coyuntura económica desfavorable, que acabó con la»paz socia» (paro, huelgas) y al avance de la oposición, sobre todo la estudiantil y militar y las crecientes resistencias a las reformas político-institucionales. Finalmente, desautorizado por los altos mandos militares y por el rey, Primo de Rivera presentó su dimisión en 1930 y se exilió en París.
La caída de la monarquía (1930-31)
Al caer Primo de Rivera, el rey encarga formar gobierno al general Berenguer (dictablanda), para intentar volver al sistema de la Restauración, a la normalidad constitucional. El proceso fue lento y fracasó. Los españoles no confiaban en el rey por haber apoyado al dictador. La oposición empieza entonces a organizarse. Se constituye el Pacto de San Sebastián (agosto 1930), cuyo objetivo era proclamar la república. Firmado en la clandestinidad por republicanos, socialistas, nacionalistas gallegos y catalanes. Pactan una política antimonárquica y eligieron un Comité Revolucionario para llevarla a cabo, así como una actuación militar la sublevación de Jaca (diciembre 1930). Mal preparada, iniciada por los capitanes Galán y García Hernández que fueron fusilados, no encontró el eco esperado y fracasó. Los fusilamientos se éstos desacreditó más a la monarquía y provocó un aumento de la tensión política.
En febrero de 1931 se constituyó el último gobierno de la Monarquía presidido por el almirante Aznar. No solucionó tampoco nada y convocó elecciones municipales para el 12 de abril con el objetivo de sondear la opinión pública, si ganaban los partidos monárquicos, también ganarían las elecciones generales. Las primeras después de ocho años, se presentaron como un plebiscito a favor o en contra de la monarquía. La coalición del Pacto de San Sebastián ganó en casi todas las capitales de provincia, en las ciudades grandes y en zonas industriales y mineras. Este triunfo se interpretó como un rechazo a la monarquía y dio paso a la proclamación de la república el 14 de abril.
El gobierno provisional
Los partidos firmantes del Pacto de San Sebastián formaron un gobierno provisional presidido por el republicano conservador Alcalá-Zamora. Entre sus miembros se encontraban representantes del republicanismo, del socialismo y del regionalismo.
El Gobierno provisional estableció dos prioridades: convocar elecciones a Cortes Constituyentes para configurar el nuevo régimen e iniciar reformas urgentes (agraria, militar y educativa).
La Segunda República Española
La Constitución de 1931
En junio se celebraron las elecciones a Cortes con una amplia participación (70,14%), aunque todavía sin sufragio femenino. Los republicanos de centro izquierda y los socialistas obtuvieron la victoria. Se formó así un gobierno de coalición entre republicanos y socialistas presidido por Manuel Azaña y se confirmó a Alcalá-Zamora como presidente de la Segunda República Española.
La principal tarea del Parlamento que surgió de las elecciones de junio fue redactar una nueva Constitución, que se aprobaría en diciembre de 1931. Inspirada en otros textos de su tiempo, como la Constitución de Weimar, la nueva carta magna proponía un nuevo régimen cuyos principales rasgos fueron:
- Reconocimiento de amplias libertades y derechos.
- Determinación de que la propiedad privada podía llegar a ser expropiada por causa de utilidad pública.
- Sufragio universal: se permitió a las mujeres ser candidatas y votar.
- Estado descentralizado, que permitía la constitución de comunidades autónomas.
- Estado laico.
- División de poderes: el poder legislativo residía en las Cortes, el poder ejecutivo en el Gobierno y el poder judicial en tribunales y jueces independientes.
El bienio reformista (1931-1933)
El programa del primer gobierno izquierdista (coalición republicana-socilaista) de la Segunda República, presidido por Manuel Azaña, quiso abordar los principales déficits políticos, sociales y económicos del Estado liberal en España. Sus principales reformas pueden ser agrupadas en las siguientes:
● La reforma militar: se redujo el número de oficiales, se cerraron academias militares y se creó un cuerpo fiel a la República (Guardia de Asalto). Estas reformas causaron un fuerte descontento en parte del ejército, los llamados africanistas, que ya en 1932 protagonizaron un intento de golpe encabezados por Sanjurjo, ● La reforma agraria: sin duda, una medida “estrella”. Pretendía acabar con la injusta distribución de la propiedad de la tierra y sus perniciosas consecuencias sociales. Esta permite la expropiación sin indemnización de las tierras de los grandes de España y también la expropiación con indemnización de otras propiedades agrícolas. A pesar de las necesidades que existían en el campo, la ley se ejecutó com lentitud: debido a la resistencia de los grandes propietarios, lo que incrementó la tensión social, sobre todo en las zonas rurales, y de manera singular en Andalucía Las enfrentamientos entre la Guardia Civil y los campesinos fueron frecuentes y en ocasiones terminaron con un balance muy sangriento, como sucedió en Castilblanco (diciembre de 1931) y Casas Viejas (enero de 1933) ● La cuestión religiosa: Uno de los principales ejes de acción social del Gobierno reformista fue limitar la influencia de la Iglesia católica y secularizar la sociedad. Para ello se prohibió a las órdenes religiosas la dedicación a la enseñanza, se les limitó la posesión de bienes y se procedió a la expulsión de los jesuitas. En paralelo, el Gobierno impulsó medidas secularizadoras de profundo calado social, como el matrimonio civil o la secularización de los cementerios, entre otras. Los sectores católicos de la sociedad española interpretaron estas medidas como un ataque a la religión. ● La reforma del Estado: como hemos dicho anteriormente, la Constitución apostó por un modelo de organización territorial descentralizado, lo cual permitirá la aprobación, en 1932, del estatuto de autonomía de Cataluña. Las primeras elecciones al Parlamento de Cataluña se celebraron en noviembre de 1932, con la victoria de Esquerra Republicana de Catalunya y con Francesc Maciá como presidente de la Generalitat.
El País Vasco y Galicia, también iniciaron el proceso, pero su aprobación sería muy tardía, caso del País vasco (1936) o fallida (Galicia). En el caso de Andalucía, Blas Infante defendió la necesidad de un estatuto de autonomía para Andalucía. En 1933 se redactó en Córdoba un anteproyecto de estatuto, pero la llegada de la derecha al poder paralizó el proceso. Finalmente, este plan no llegó a materializarse por el estallido de la Guerra Civil y el fusilamiento de Blas Infante por los sublevados en agosto de 1936. ● Las reformas educativas: fueron una apuesta fuerte del primer gobierno republicano. Entre las medidas educativas llevadas a cabo destacan el aumento del presupuesto para educación en un 50%, la creación de miles de plazas de maestro, la construcción de nuevas escuelas de educación primaria y el fomento de la escuela mixta, laica, obligatoria y gratuita ● Las reformas sociales: capítulo especial merece el desarrollo normativo en materia de derechos femeninos que la República desplegó en sus primeros meses de andadura. Fue Clara Campoamor, diputada electa por el Partido Republicano Radical (PRR). Fue precisamente esta última la encargada de defender el sufragio en los debates sobre el artículo 36 del texto constitucional. Este derecho se consagró y pudo ejercerse por primera vez en 1933. ● Las reformas laborales: Impulsadas desde el ministerio de trabajo por el socialista Largo Caballero intentaron solucionar los problemas de la clase obrera y campesina: jornada laboral de ocho horas en el campo, salario mínimo agrícola, semana laboral de 4o horas, creación de jurados mixtos para solventar problemas laborales y Ley de Términos Municipales, que impedía la contratación de trabajadores de otras localidades. A pesar de esta legislación, los problemas sociales continuaron siendo una realidad, especialmente en el campo, donde los enfrentamientos eran continuos.
3.1 La oposición al reformismo y la crisis del gobierno. El primer gobierno republicano encontró desde los primeros momentos de su andadura enormes dificultades para abordar su proyecto reformista. Ésto se debió a varios factores: – La ambición de las reformas que aspiraban a transformaciones de amplio calado. – La crisis económica mundial acabó afectando a España, lastrando su economía y contribuyendo a la inestabilidad social. – La falta de recursos económicos para aplicar muchas de las reformas. – La oposición de los sectores más radicales de la izquierda, especialmente anarquista, que, contrarios a la república burguesa, practicarán la vía revolucionaria. – Al mismo tiempo, en la derecha, los grupos monárquicos, católicos, conservadores y extremistas (como Renovación Española, las JONS o la propia Falange) fueron mejorando su organización a medida que la inestabilidad se apoderaba del régimen. El golpe de Estado del general Sanjurjo de 1932 fue un buen aviso de esta oposición de derechas radicalizada. Pero el golpe de gracia llegó del flanco menos esperado: la conflictividad social. La lentitud y la escasa profundidad en la aplicación de las reformas produjo un clima de desafección en el seno de muchos sectores sociales partidarios del Gobierno, como los jornaleros. En el campo fueron en aumento los altercados y las ocupaciones de tierras ante la impaciencia del campesinado. De los sucesos ocurridos destacan los de Casas Viejas (Andalucía), donde se intentó colectivizar la tierra y declarar el comunismo libertario; y las revueltas alentadas por los socialistas en Castilblanco (Extremadura), que concluyeron con derramamientos de sangre. Fue la respuesta del Gobierno a estos sucesos la que desató la crisis interna entre republicanos y socialistas. El presidente Alcalá-Zamora depuso a Azaña en septiembre de 1933 Se convocaron entonces elecciones anticipadas para noviembre.