Herencia Territorial de Carlos I
Carlos I, primer rey de la Casa de Austria (1517-1556), heredó un vasto conjunto de territorios. De sus abuelos paternos, Maximiliano de Austria y María de Borgoña, recibió Austria y los derechos al título imperial del Sacro Imperio, Países Bajos, Luxemburgo y Franco Condado. De sus abuelos maternos, los Reyes Católicos, heredó la Corona de Aragón con Cerdeña, Sicilia y Nápoles, y la Corona de Castilla con Navarra, Canarias, algunas ciudades norteafricanas y los territorios americanos recién descubiertos.
Sublevación de las Comunidades
Entre 1520 y 1522, varias ciudades castellanas se rebelaron contra Carlos I y su corte flamenca en la Sublevación de las Comunidades. Reclamaban respeto a las leyes del reino en la política de nombramientos y el cobro de impuestos, mayor participación política y protección de la industria nacional. El conflicto se radicalizó y dio lugar a revueltas campesinas de carácter antiseñorial. Los sublevados fueron derrotados en Villalar en 1521 y sus dirigentes, Padilla, Bravo y Maldonado, ajusticiados.
Encomiendas
Las encomiendas fueron una institución característica de la colonización española en América, recogida en las Leyes de Burgos de 1512. Consistía en un derecho otorgado por el monarca a un súbdito, el «encomendero», para que este se sirviera del trabajo de los indígenas a cambio de asegurar su mantenimiento, protección y evangelización. Abolida en 1542 por las Leyes Nuevas de Indias, en la práctica siguió existiendo hasta el siglo XVIII como una forma encubierta de esclavitud.
Limpieza de Sangre
La «limpieza de sangre» fue una práctica social que consistía en demostrar documentalmente que una persona no procedía de una familia de judíos conversos, moriscos o penitenciados por la Inquisición, es decir, que se era «cristiano viejo». Se inició en el siglo XV, dominó la sociedad castellana del siglo XVI y fue reglamentada por Felipe IV en 1623. Otorgaba prestigio social y era imprescindible para adquirir títulos nobiliarios o desempeñar cargos públicos y eclesiásticos. Estuvo en vigor hasta el siglo XIX.
Batalla de Lepanto
En 1571, frente a las costas griegas, tuvo lugar la batalla naval de Lepanto. Una flota dirigida por Don Juan de Austria derrotó a los turcos otomanos. La iniciativa partió de la «Santa Liga», coalición cristiana integrada por la Monarquía Católica, Venecia y el Papado, a raíz de la presión turca sobre Malta y la ocupación de Chipre. Como resultado, se frenó temporalmente la expansión otomana por el Mediterráneo.
Diputación del Reino de Navarra
La Diputación del Reino de Navarra surgió en 1576. Al disolverse las Cortes, se eligieron representantes encargados de vigilar el cumplimiento de sus decisiones y de representar al reino ante el monarca y el virrey. Desde mediados del siglo XVII, percibía una parte del «donativo», acuñaba moneda, colaboraba en el reclutamiento de tropas y emitía informes jurídicos para salvaguardar los fueros. Estaba integrada por siete miembros y un «síndico» residente en Madrid.
Expulsión de los Moriscos
Entre 1609 y 1614, bajo el reinado de Felipe III, tuvo lugar la expulsión de los moriscos. Los moriscos eran musulmanes supuestamente cristianizados que no se habían integrado en la sociedad cristiana y conservaban su lengua, cultura y religión. El temor a una posible colaboración con los turcos y los piratas berberiscos fue el detonante para la expulsión de unos 300.000, con graves consecuencias económicas y demográficas para Levante y Aragón.
Validos
Los validos eran personalidades políticas situadas en la esfera de influencia del monarca, colocándose entre este y las instituciones gubernamentales. Acababan asumiendo las funciones de gobierno con el beneplácito del rey. Controlaban los resortes de poder y disponían de una clientela fiel que recibía a cambio cargos y privilegios. Durante el siglo XVII, destacaron el Duque de Lerma con Felipe III, el Conde-Duque de Olivares con Felipe IV y Don Juan José de Austria con Carlos II.
Crisis Demográfica del Siglo XVII
En el siglo XVII, se vivió en toda Europa un retroceso poblacional que afectó también a los reinos hispánicos. En Castilla, la población pasó de 8,3 a 7 millones de habitantes. Las causas fueron el flujo migratorio hacia América, las constantes guerras europeas contra Francia y los países protestantes, los conflictos internos con Cataluña y Portugal, la expulsión de los moriscos y la sucesión de epidemias y malas cosechas.
Bancarrotas
Durante los siglos XVI y XVII, se produjeron diversas crisis financieras en las que la Monarquía Española fue incapaz de hacer frente a sus obligaciones económicas. Se vio forzada a aumentar los impuestos, devaluar la moneda y renegociar sus deudas. Las causas fueron los enormes gastos del Imperio, que superaban los ingresos procedentes de América, los impuestos castellanos, los préstamos de banqueros europeos y la emisión de deuda («asientos» y «juros»).