Introducción: La España Borbónica
La entronización de la dinastía de los Borbones en España coincide con un serio proyecto de modernización y reforma de nuestro país, destinado a superar el atraso de la época de los Austrias Menores. De hecho, España vivió un período de expansión demográfica y económica, y la administración se racionalizó. El nivel más alto de racionalización se alcanzó con el Despotismo Ilustrado de Carlos III en la segunda mitad del siglo XVIII.
Por otro lado, los Borbones impusieron un modelo administrativo centralizado, que chocó con la tradición descentralizada de los reinos hispánicos.
Reformas Administrativas y Centralización Borbónica
Los Borbones introdujeron en España los modelos administrativos franceses, lo que significaba que la administración tendería a ser más racional, eficaz y centralista. Este último aspecto era el más complejo, pues la tradición de los Austrias era la pervivencia de múltiples administraciones descentralizadas (especialmente en la Corona de Aragón).
Los Decretos de Nueva Planta
Los Decretos de Nueva Planta (1707-1714) fueron el principal instrumento para centralizar la administración. Felipe V aprovechó la «traición» de la Corona de Aragón durante la Guerra de Sucesión para abolir sus fueros y cortes, reduciendo estos territorios a las leyes castellanas. De hecho, la Corona de Aragón no apoyó a Felipe V precisamente porque temía la actitud centralista de los Borbones. Tras los Decretos de Nueva Planta, solo Navarra y los territorios vascos conservaron fueros propios.
Racionalización de la Administración
La racionalización de la administración central significó eliminar el antiguo sistema de Consejos de los Austrias. El único que se mantuvo fue el Consejo de Castilla, que se convirtió en una especie de “Ministerio de Gobernación o del Interior”. Las Secretarías de Estado y de Despacho sustituyeron al resto de los Consejos. Estas secretarías eran similares a los actuales ministerios, pues al frente de estas se situaba un secretario que despachaba directamente con el rey (Secretarías de Estado, Justicia, Hacienda, Guerra, Marina e Indias).
Otro aspecto importante de la racionalización administrativa territorial fue la creación de las Intendencias. Las intendencias eran similares a las actuales provincias, y los intendentes tenían amplias funciones: justicia, policía, recaudación de impuestos, reclutamiento de tropas, etc.
La Reforma de la Hacienda
La reforma de la hacienda fue un aspecto fundamental de la racionalización administrativa, pues permitió sanear las cuentas del Estado. En primer lugar, los gastos descendieron al finalizar las costosas guerras europeas (como las de Flandes). Por otro lado, los ingresos subieron, ya que la antigua recaudación indirecta de los arrendadores de impuestos fue sustituida por la recaudación directa de los intendentes. Las reformas de la hacienda también permitieron descargar a Castilla de parte del peso fiscal, pues los Decretos de Nueva Planta extendieron esta carga a la Corona de Aragón. El Catastro aplicado a Cataluña fue especialmente racional y eficaz, pues reducía una serie de impuestos heterogéneos a una única contribución que, además, gravaba la tierra.
Sin embargo, otros intentos posteriores de mejorar la hacienda fracasaron, pues atentaban contra los intereses de la nobleza y de la Iglesia. Así, hacia 1750, el Marqués de la Ensenada fracasó al intentar extender el sistema del catastro catalán al resto de los reinos bajo Fernando VI. Lo mismo ocurrió con los Vales Reales de la época de Carlos III (1780), que intentaron crear un sistema racional de deuda pública. La Hacienda abusó de su emisión, provocando su inflación e invalidez.
El Despotismo Ilustrado: Carlos III
Este rey impulsó numerosos proyectos de reformas, especialmente en el plano económico. Para ello, se ayudó de ilustrados que participaron en su administración (Conde de Aranda, Floridablanca, Jovellanos, Olavide) y apoyó las actividades de las Sociedades Económicas de Amigos del País. Por supuesto, muchas de estas medidas perjudicaban a la nobleza y la Iglesia, que mostraron su oposición y descontento en acciones como el Motín de Esquilache (1766).
Entre las reformas ilustradas de Carlos III destacan:
- Reformas en la Agricultura.
- Reformas en la Industria.
- Reformas en el Comercio.
Emancipación de la América Española
Las causas profundas de esta emancipación radicaron en el descontento de los criollos por los efectos negativos del dominio español. Los criollos eran descendientes de europeos afincados en América durante generaciones, con un claro dominio social y económico en la sociedad colonial. A estos grupos, España les negaba sistemáticamente la participación en los órganos de gobierno coloniales. Además, el mantenimiento del monopolio comercial español vulneraba sus intereses económicos, especialmente frente a las ventajas de un libre comercio con los británicos.
Es evidente que los criollos se vieron influidos por las ideas de la Ilustración, el ejemplo de la Independencia de los EEUU y la Revolución Francesa. Por último, Inglaterra estaba interesada en la independencia de las colonias para poder comerciar libremente con ellas. Por eso apoyó el proceso.
Efectos en España
España perdió todas sus colonias continentales, conservando solo Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Esta pérdida representó una catástrofe económica, tanto para la Hacienda Real como para el comercio español en general. Asimismo, supuso un desprestigio para el régimen de Fernando VII, cada vez más contestado por las fuerzas liberales.
Los Dominios de Carlos V
El Imperio de Carlos I de España y V de Alemania (1516-1556) se formó por una enorme acumulación de herencias, resultado de una política matrimonial iniciada por los Reyes Católicos con el objetivo de aislar a Francia. La herencia incluía:
- De su abuelo paterno, Maximiliano de Habsburgo: Austria y los derechos al título imperial del Sacro Imperio Romano Germánico.
- De su abuela paterna, María de Borgoña: Flandes y el Franco Condado.
- De su abuelo materno, Fernando el Católico: la Corona de Aragón (con sus dominios italianos: Sicilia, Cerdeña y Nápoles).
- De su abuela materna, Isabel la Católica: la Corona de Castilla, Navarra y los dominios americanos.
Además, durante su reinado, los dominios americanos crecieron enormemente, conquistó Milán y fue coronado Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Esta vasta herencia motivó el sueño de Carlos V de recrear el Imperio Universal Cristiano: todos los monarcas de Europa unidos por una sola fe y un solo emperador en lucha contra los turcos. Sin embargo, esta pretensión fue imposible de llevar a la práctica, pues Carlos V no consiguió ni la unidad política ni la religiosa.