La España de los Reyes Católicos y los Austrias: Del Siglo XV al XVIII

Los Reyes Católicos: Unión Dinástica e Instituciones de Gobierno

En 1475 se produjo la unión dinástica de las Coronas de Castilla y Aragón por la Concordia de Segovia: cada reino mantenía sus leyes, instituciones y fronteras, pero compartían política exterior y la Inquisición. Los Reyes Católicos apenas convocaron las Cortes y se apoyaron en las ciudades para gobernar. El Consejo Real pasó a ser de gobierno y se crearon consejos especializados. Se creó una organización territorial con dos Chancillerías (Valladolid y Granada) y dos Audiencias (Sevilla y Santiago). Se creó un ejército permanente. Se impuso el derecho de patronato: proponían al Papa la ocupación de los altos cargos eclesiásticos. El Tribunal del Santo Oficio quedó bajo la autoridad real. Crearon la Santa Hermandad contra el bandidaje. Se presionó a las Órdenes Militares para que nombrasen al rey su gran maestre. Se reforzó la figura del corregidor y se limitó el poder de la nobleza.

El Significado de 1492

Los Reyes Católicos terminan la Reconquista tomando Granada (2 de enero de 1492). Aprovecharon las luchas internas del reino nazarí de Granada y de su familia real. Se firmaron las Capitulaciones de Granada: rendición del rey Boabdil y la libertad religiosa a los musulmanes y conservación de sus bienes y costumbres. En 1499, Cisneros los obligó a convertirse al cristianianismo o abandonar Castilla.

También en 1492 se firman las Capitulaciones de Santa Fe, aprobando el proyecto de Colón para ir a las Indias. Colón sería virrey de las tierras ocupadas, que se integrarían en la Corona de Castilla. La expedición partió del puerto de Palos (Huelva), hizo escala en Canarias y tocó tierra en el actual San Salvador el 12 de octubre de 1492. Colón hizo tres viajes más, pero pensó que navegaba por Asia. La disputa entre Portugal y Castilla por la propiedad de las nuevas tierras se resolvió con el Tratado de Tordesillas: Portugal se quedó con Brasil y la costa africana, y Castilla con el resto de América.

El Imperio de los Austrias: España bajo Carlos I

Con Carlos de Habsburgo, nieto de Maximiliano de Austria y los Reyes Católicos, se inició la dinastía de los Austrias. En Castilla estalló la sublevación de las Comunidades en las ciudades, extendida al campo. Los comuneros (Padilla, Bravo y Maldonado) querían más participación del reino en el gobierno, pero fueron derrotados en Villalar. También estalló en el reino de Valencia la rebelión de las Germanías por la crisis económica, las epidemias y el descontento social por la oligarquía urbana. Ambas revueltas fueron antiseñoriales. Su derrota significó la alianza de la monarquía y la nobleza frente a la burguesía.

Su política exterior estuvo determinada por su idea imperial y por su herencia territorial. Se enfrentó a Francia por la hegemonía en Europa (Paz de Cambrai). Contra los turcos, en defensa de la cristiandad, lanzó un ataque victorioso a Túnez, pero fracasó en una expedición a Argelia. Trató de mantener la unidad católica y evitar la ruptura con los luteranos, aunque acabó derrotándolos en Mühlberg.

La Monarquía Hispánica de Felipe II

La política exterior quería conservar el catolicismo, la hegemonía en Europa y los territorios. Venció a Francia en San Quintín y a los turcos con la Liga Santa (Venecia y la Santa Sede) en la Batalla de Lepanto. Países Bajos, por deseos autonomistas y el calvinismo, se dividió: el norte, protestante e independiente, del sur, católico y fiel al rey. Por apoyar a los holandeses y atacar a la América española, se envió a Inglaterra una escuadra, la Invencible, destruida en el Canal de la Mancha.

Con la Revuelta de las Alpujarras de Granada se decretó la dispersión de los moriscos por Castilla. Las Alteraciones de Aragón se dieron entre la monarquía y los derechos forales de Aragón. El vínculo institucional de los territorios era el Consejo de Estado. También había Consejos Territoriales, Consejo de la Inquisición y de Hacienda. Al frente de Navarra, Aragón y Nápoles se situaron virreyes, y de Milán y Países Bajos, gobernadores. Había municipios. Se buscaba la unidad con un modelo plural y descentralizado.

Exploración y Colonización

Comenzó en las Antillas. En 1513, Núñez de Balboa descubrió el istmo de Panamá y el Océano Pacífico. Magallanes y Juan Sebastián de Elcano encontraron la comunicación entre el Atlántico y el Pacífico con el cabo de Hornos. La expedición la culminó Elcano al dar la primera vuelta al mundo. México fue conquistado por Hernán Cortés a los aztecas y Perú por Pizarro a los incas. También se conquistó América Central, Venezuela, Chile y Río de la Plata.

Desde 1499, los reyes daban tierras y botín a los que financiaban las expediciones. Las minas de oro y plata financiaron las guerras y provocaron la revolución de los precios. España fue intermediaria entre Europa y América. El Descubrimiento cambió la concepción del mundo y amplió los conocimientos. Francisco de Vitoria y sus discípulos (Escuela de Salamanca) sentaron las bases de lo que es hoy el derecho internacional. Para América supuso una hispanización (en religión, lengua…) y un proceso de aculturación y mestizaje.

Los Austrias del Siglo XVII

Los validos actuaban al margen de los órganos de gobierno y algunos usaron el cargo para enriquecerse. El duque de Lerma fue el valido principal, practicó una política pacifista (Tregua de los Doce Años) debida a la crisis económica. Felipe IV tuvo al conde-duque de Olivares. Su política provocó la crisis de 1640. En la Guerra de los Treinta Años, el agotamiento económico y demográfico de Castilla llevó a Olivares a proponer la Unión en Armas implicando a todos los reinos en el reclutamiento de tropas y la contribución económica. El rechazo de estos a contribuir provocó la reacción autoritaria del valido y la sublevación de Cataluña (Corpus de Sangre; Luis XIII es nombrado conde de Barcelona) y Portugal, que se independizó (nombró rey al duque de Braganza). En Cataluña, la intervención militar logró la rendición negociada. La crisis se propagó a Nápoles, Aragón, Valencia y Andalucía. Esto y la decadencia europea, marcó el fin de la hegemonía hispánica y de Olivares.

La Guerra de los Treinta Años

Olivares, valido de Felipe IV, para recuperar el prestigio de la monarquía hispánica, intervino en la Guerra de los Treinta Años, causada por los conflictos entre protestantes y católicos; los problemas comerciales y la rivalidad entre reinos (en particular entre Francia y la casa de Austria, pues Francia temía su hegemonía en Europa y apoyó a los protestantes). Se inició en Europa Central, pero con el fin de la Tregua de los Doce Años se extendió a los Países Bajos. La intervención francesa logró vencer a los Austrias (España y Alemania) provocando las derrotas católicas de Las Dunas y Rocroi. La situación empeoró en España por la crisis de 1640 (sublevación de Cataluña y Portugal). La Paz de Westfalia acabó con el conflicto en Europa. La guerra siguió entre España y Francia hasta la Paz de los Pirineos. España cedió a Francia Rosellón, Cerdaña, Artois y plazas flamencas, además de aceptar la ocupación francesa de Alsacia. Francia se convirtió en la gran potencia europea.

Factores de la Crisis del Siglo XVII

Las malas cosechas, las guerras y la expulsión de los moriscos provocaron el deterioro de la economía. Además, el comercio con América se paralizó por la competencia de holandeses, franceses e ingleses y por el desarrollo americano, que redujo las necesidades de importación. La situación de la Hacienda Pública no mejoró y se sucedieron las bancarrotas (1607 y 1666). Todos estos factores también provocaron la contracción demográfica, que afectó a la artesanía y el comercio por la falta de demanda. Fue desigual: en el interior peninsular se perdió población y en las áreas costeras aumentó (situación que hoy continúa). La crisis económica aumentó la presión fiscal sobre los grupos productivos que se empobrecieron más. Muchos, para evitar el hambre y el alistamiento militar, ingresaron en la Iglesia.

Crisis y Decadencia: El Reinado de Carlos II

Su reinado supuso el final de la dinastía de los Austrias. A ello contribuyó su mal gobierno y que Francia aprovechase para ampliar sus territorios con cuatro guerras que costaron la cesión de Flandes. Al morir Carlos II, España solo tenía en Europa parte de los Países Bajos, el Milanesado, Nápoles, Sicilia y Cerdeña. Como no tuvo descendencia, su sucesión fue un problema internacional afectando a la geoestrategia europea. Ante la subordinación de la Corona española a la política francesa, Carlos II designó como heredero al nieto de Luis XIV de Francia, Felipe de Anjou, provocando la Guerra de Sucesión Española. Los reinos europeos temían que las monarquías hispana y francesa compartieran dinastía, pues significaba una fractura en el equilibrio internacional al reforzar la hegemonía francesa. El archiduque Carlos de Austria reclamó sus derechos al trono de España apoyado por la Alianza de La Haya que declararía la guerra a los Borbones.

La Guerra de Sucesión Española

Fue una guerra civil y europea que comenzó en 1701 por la disputa al trono de España entre Felipe de Anjou (Borbón de Francia) y Carlos de Austria. Europa se dividió: la alianza de La Haya apoyó a Carlos temiendo un bloque franco-español, y Aragón temiendo al centralismo francés. Francia y Castilla, deseosa de una reforma que igualara los reinos, apoyaron a Felipe. Carlos fue nombrado emperador y el miedo al bloque hispano-alemán hizo que Inglaterra presionase para terminar la guerra. Con los Tratados de Utrecht y Rastadt, España perdió los territorios de Europa y quedó como potencia de segundo orden. Gran Bretaña obtuvo Menorca, Gibraltar y privilegios comerciales en la América española: navío de permiso, asiento de negros. Felipe de Borbón fue reconocido rey de España renunciando al trono francés. La política exterior se subordinó a Francia en un intento de revertir las consecuencias de Utrecht: los Pactos de Familia, una alianza que hizo que España interviniese en guerras y recuperase territorios: Sicilia, Nápoles, Menorca… Gibraltar continuó siendo británica.

La Nueva Monarquía Borbónica: Felipe V

Felipe V aprobó los Decretos de Nueva Planta para la Corona de Aragón por apoyar a Carlos en la Guerra de Sucesión. Abolió sus fueros, instituciones y privilegios, asumiendo la uniformidad jurídica bajo las leyes de Castilla. El modelo político de Felipe V estableció un poder central que controlaba el territorio con una sola ley. Se suprimieron los Consejos (menos el de Castilla) y se crearon las Secretarías de Estado, Guerra, Marina e Indias, Asuntos Exteriores y Justicia. Los secretarios, nombrados por el rey, contaban con funcionarios para ejercer sus funciones. El intendente, nombrado por el rey, competente en justicia y recaudación de impuestos, estaba al frente de cada Intendencia. En cada municipio había un corregidor (modelo castellano). Se eliminaron los virreinatos y se crearon capitanías generales con atribuciones militares. Se realizó un sistema de contribución única. El sistema jurídico se organizó en las Audiencias. Las Cortes se integraron en unas Cortes únicas.

La España del Siglo XVIII: Economía y Sociedad

El cambio económico y social fue menor que en Europa por los privilegiados. La agricultura aumentó su producción. Campomanes vinculó el progreso al acceso del campesinado a la propiedad de la tierra. Olavide y Jovellanos intentaron la reforma agraria sin éxito. Algunas mejoras fueron la extensión del maíz, del regadío y de la seda, y la colonización de Sierra Morena. Las fábricas introdujeron la manufactura, más productiva. Surgieron los arsenales de Ferrol, Cádiz y Cartagena; siderurgias de Liérganes y paños de Guadalajara. La reducción de los privilegios de los gremios benefició la iniciativa privada en la periferia vasca y Cataluña, quien transformó su artesanía textil con el algodón, logrando el control del mercado interior y que sus telas fuesen a América debido a la libertad comercial de las regiones costeras. Con el comercio atlántico, la burguesía catalana reunió el capital necesario para su revolución industrial en el siglo XIX.

La Ilustración y el Despotismo Ilustrado

La Ilustración consideraba la razón como el instrumento para entender el mundo y lograr la felicidad humana. Defendía la libertad de pensamiento, la experimentación y la divulgación de ideas. El Despotismo Ilustrado fue la política reformista de las monarquías absolutas de Europa en el Antiguo Régimen. En España la impulsó Carlos III: limitó el poder eclesiástico y expulsó a los jesuitas; se crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País, para estudiar la situación del país y proponer mejoras educativas; se crearon centros de enseñanza superior y surgieron las academias. La política de grandes gastos reorganizó la Hacienda con los títulos de Deuda Pública y el Banco de San Carlos como el oficial. La armada española recuperó su importancia y el Ejército se reorganizó por las Ordenanzas Reales. La alianza con Francia fue permanente (tercer Pacto de Familia) y España recuperó Menorca. Por último, apoyó las reformas agrarias (Ley Agraria, roturación de baldíos, colonizaciones).

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