Transformaciones Económicas, Desamortización y Cambios Agrarios
España en el Umbral de la Revolución Industrial
La economía española del siglo XIX presentaba una dualidad marcada por la coexistencia de estructuras económicas arcaicas y focos aislados de desarrollo. La agricultura seguía siendo la actividad económica predominante, empleando a aproximadamente dos tercios de la población activa. Sin embargo, la desigual distribución de la tierra, la ausencia de innovaciones tecnológicas y los bajos rendimientos agrícolas exigían medidas en el sector.
La Desamortización: Una Solución a la Cuestión Agraria
La propiedad de la tierra en España estaba concentrada en manos de la nobleza y la Iglesia. La institución del mayorazgo impedía a la nobleza enajenar o dividir sus propiedades, manteniéndolas inmovilizadas como»tierras de manos muerta». Los municipios también poseían tierras, a menudo bosques o terrenos áridos, que se dividían en»tierras de aprovechamiento comú» y»tierras de propio».
Para abordar este problema, se implementaron las desamortizaciones, que consistían en la expropiación por parte del Estado de las tierras eclesiásticas y municipales para su venta a particulares en subasta pública. En compensación, el Estado asumía los gastos del culto y el clero.
Las Desamortizaciones de Mendizábal y Madoz
El proceso de desamortización se desarrolló en dos fases:
- Desamortización de Mendizábal (1837): Buscaba sanear la Hacienda, financiar la guerra civil y ganar adeptos para la causa liberal. Se centró en la venta de tierras eclesiásticas.
- Desamortización de Madoz (1855-1867): Incluyó las tierras de la Iglesia aún no vendidas y las propiedades municipales. Pretendía reducir la deuda pública y crear infraestructuras para modernizar la economía.
Consecuencias de las Desamortizaciones
Las desamortizaciones pusieron en cultivo grandes extensiones de tierra, aunque también provocaron deforestación. Las familias más poderosas mantuvieron sus patrimonios, mientras que las clases medias urbanas se enriquecieron y diversificaron sus inversiones. La roturación de la propiedad municipal empobreció a los ayuntamientos y asentó a campesinos pobres en tierras inadecuadas para el cultivo.
La Agricultura Española: Atrasada y sin Papel en la Industrialización
A pesar de las desamortizaciones, la agricultura española seguía siendo un sector atrasado. La producción tradicional de trigo se mantuvo, mientras que la agricultura moderna basada en frutales y productos de regadío surgió en el litoral mediterráneo a partir de la década de 1870. La agricultura no desempeñó un papel significativo en la formación de capitales ni en la industrialización.
La Revolución Industrial Española: Tardía e Incompleta
La Revolución Industrial española se inició tardíamente en 1840, coincidiendo con la expansión económica mundial y la estabilidad política. Sin embargo, varios factores obstaculizaron su desarrollo:
- Ausencia de una burguesía financiera emprendedora
- Dependencia técnica y financiera del exterior
- Escasez de carbón y materias primas
- Falta de coherencia en las políticas económicas
Modernización de las Infraestructuras: El Ferrocarril
A pesar de los desafíos, la modernización de las infraestructuras, particularmente el ferrocarril, fue un logro notable. El ferrocarril conectó las principales ciudades y regiones, facilitando el transporte de mercancías y personas. También estimuló el desarrollo de nuevas industrias y contribuyó a la integración económica del país.