Primera Guerra Mundial: Causas, Desarrollo y Consecuencias
Entre 1914 y 1918 se desarrolló la Primera Guerra Mundial. Las causas de esta guerra se gestaron desde finales del siglo XIX, razón por la cual muchos historiadores la califican como la guerra anunciada.
Colonialismo y Nacionalismo
Rivalidad entre las potencias coloniales
Los conflictos entre imperios rivales tuvieron su escenario preferente en Marruecos (1905 y 1911). Alemania, que contaba con escasas colonias, quiso imponerse a Francia y Gran Bretaña. Las tensiones estuvieron a punto de desencadenar una guerra, que en principio se evitó, pero permanecerían latentes y contribuirían al estallido de la 1GM.
La exaltación nacionalista
Enfrentaba a Alemania y Francia desde la derrota francesa en la guerra franco-prusiana (1871), que significó la pérdida de las regiones francesas de Alsacia y Lorena, en beneficio de Alemania. Además, ambas naciones deseaban liderar la economía continental europea y veían a la otra como su gran enemiga. Alemania y Gran Bretaña también mantenían una fuerte rivalidad por el control de las rutas marítimas y el comercio internacional.
Conflicto de los Balcanes
Esta zona de Europa era un foco de tensiones desde mediados del siglo XIX. Diversos pueblos sometidos al Imperio Turco habían protagonizado guerras y conseguido independizarse: Grecia, Serbia, Rumanía, Bulgaria, Montenegro. Austria, un enorme imperio multinacional formado por una minoría germánica dominante y múltiples nacionalidades sometidas (húngaros, checos, croatas, serbios, italianos…), deseaba dominar la región. Acusaba a Serbia de apoyar las protestas de los serbios que aún vivían dentro del imperio. Pero los serbios eran eslavos, y Rusia pretendía tanto proteger a Serbia y a todos los pueblos eslavos como afianzar su poder en la zona del Bósforo y los Dardanelos, que abrirían el mar Mediterráneo a sus flotas. Cuando, en el año 1908, Austria ocupó el territorio de Bosnia, Rusia dejó bien claro que estaba dispuesta a enfrentarse a Austria en caso de conflicto armado.
Carrera de armamentos y alianzas
Los estados invirtieron grandes sumas de dinero en fabricar armamento (cañones, obuses, ametralladoras…), construir barcos de guerra y entrenar a sus tropas. Asimismo, todas las potencias se lanzaron a un complejo sistema de alianzas militares para prepararse para un posible enfrentamiento. En 1882, Alemania, Austria-Hungría e Italia firmaron la Triple Alianza. Francia, temerosa del poderío militar alemán, se alió con Rusia y mejoró sus relaciones con Gran Bretaña, deterioradas por las disputas coloniales. Las tres potencias acabaron firmando la Triple Entente (1907).
El estallido de la guerra
El 28 de junio de 1914 fue asesinado en Sarajevo, capital de Bosnia (ocupada por los austriacos), el heredero del Imperio Austrohúngaro, Francisco Fernando. El atentado fue realizado por un estudiante bosnio relacionado con los nacionalistas serbios. Austria le declaró la guerra a Serbia, convencida de que era el momento de acabar con ella y extender su dominio por los Balcanes. Entonces Rusia intervino para proteger a Serbia, y Alemania, aliada de Austria, declaró la guerra a Rusia y a Francia. Los acontecimientos se precipitaron, y en una semana los países fueron declarándose la guerra. Gran Bretaña también lo hizo cuando, en las primeras campañas militares, los ejércitos alemanes, para rodear a los franceses, invadieron Bélgica, aliada suya.
La Gran Guerra
La Primera Guerra Mundial se conoce con el sobrenombre de la Gran Guerra porque nunca, hasta entonces, un conflicto había implicado a tantos países y seres humanos. La guerra fue larga y tuvo etapas muy diferentes.
La guerra de movimientos
Los ejércitos alemanes atacaron Francia, entrando por Bélgica y Luxemburgo, con la esperanza de vencerla rápidamente y poder dirigir luego todos sus esfuerzos al frente ruso. Al principio esta táctica pareció funcionar y a comienzos de septiembre de 1914 los alemanes se encontraban a 40 km de París. Pero los ejércitos francés e inglés consiguieron reorganizarse y detener el avance del ejército alemán en la batalla del Marne (del 6 al 13 de septiembre de 1914). En el frente oriental, los alemanes también avanzaron al principio rápidamente, pero los rusos reaccionaron y llegaron a las fronteras del Imperio Austriaco.
La guerra de trincheras
Tras los primeros movimientos, los frentes se inmovilizaron. En el frente occidental se abrieron trincheras desde Suiza hasta el Mar del Norte y se inició una fase muy dura de la guerra, en la que ganar un palmo de territorio al enemigo significaba decenas de miles de muertos. Entonces se hizo necesaria la búsqueda de nuevos aliados que aportaran más soldados a la guerra. En 1915, Italia intervino a favor de los aliados (Francia y Gran Bretaña) y Bulgaria y el Imperio Turco ayudaron a las potencias centrales, sin que la guerra pareciera tener un bando vencedor. En 1916, los alemanes lanzaron una ofensiva para romper el frente francés, en la batalla de Verdún, pero los franceses y sus aliados resistieron durante cuatro meses los embates. El saldo fue de un millón de muertos aliados y 800000 alemanes.
La crisis de 1917 y el fin de la guerra
Durante el año 1917 triunfó en Rusia la Revolución Bolchevique y los revolucionarios, preocupados por sus problemas internos, firmaron la paz con Alemania y se retiraron de la guerra (Paz de Brest-Litovsk). En principio esto favorecía a los alemanes, pero el abandono de Rusia fue compensado con la intervención de Estados Unidos, que, después del hundimiento del transatlántico Lusitania por un submarino alemán, decidió entrar en la guerra. En 1918, en el frente este, británicos, franceses e italianos derrotaron a Austria y a sus aliados. El Imperio Austrohúngaro y el Imperio Turco pidieron el armisticio y los combates cesaron. En el oeste, los alemanes fueron derrotados y se produjeron revueltas en su ejército y su marina, y manifestaciones obreras contra el gobierno. Aterrorizado por el miedo a un estallido revolucionario, el alto mando alemán sugirió al káiser (emperador) que pidiera la paz. El 11 de noviembre de 1918 se firmó el armisticio. El káiser Guillermo II se marchó a Holanda y en Alemania se proclamó la república.
La guerra en la retaguardia
La Primera Guerra Mundial fue un conflicto de nuevo tipo por la movilización de muchos recursos y por la implicación de toda la población, civil y militar. Los nuevos ejércitos nacionales reclutaban a todos los hombres en edad militar. Los medios técnicos, en transporte y armamento, ocasionaban una enorme cantidad de muertos, de mutilados y de destrucción. Los contendientes reconvirtieron sus industrias con el objetivo de fabricar armamento, pidieron préstamos y sustituyeron la mano de obra masculina que se había ido al frente por mujeres. La utilización de modernas técnicas de propaganda permitió movilizar a la opinión pública y comprometerla contra el enemigo.
Tratados de Paz y Consecuencias
En enero de 1919 se inauguró en París una conferencia para establecer las condiciones de paz. Asistían 32 países, pero tomaban las decisiones las cuatro grandes potencias vencedoras de la guerra: Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia. El presidente estadounidense, Wilson, intentó aportar su visión de una paz fundada en la concordia y la ausencia de revancha contra Alemania, pero las potencias europeas estaban deseosas de recibir fuertes compensaciones de los alemanes por las terribles destrucciones de la guerra.
El Tratado de Versalles
El tratado más importante fue el de la paz con Alemania. Se firmó en Versalles y los vencedores le impusieron duras condiciones:
- Se declaraba a Alemania única culpable del estallido del conflicto y se la obligaba a pagar fuertes reparaciones de guerra (en dinero y en productos) por las destrucciones ocasionadas, sobre todo, a Bélgica y Francia.
- Se desmantelaba casi por completo todo su ejército, así como su marina, y se le prohibía rearmarse. También se le arrebataba su imperio colonial, que se repartió entre Gran Bretaña y Francia.
- Se devolvían sus territorios de Alsacia y Lorena a Francia; Schleswig a Dinamarca; y dos cantones a Bélgica. La Posnania y una parte de la Prusia Occidental se entregaron a Polonia, a la que además se le garantizó un acceso al mar Báltico mediante un pasillo de 80 km de longitud, el corredor de Danzig, que separaba la Prusia Oriental del resto de Alemania.
Alemania consideró que el Tratado de Versalles había sido una imposición y una paz humillante, lo cual reavivaría su nacionalismo y el deseo de revancha en el futuro.
Un nuevo mapa de Europa
Además del Tratado de Versalles, otra serie de tratados se ocuparon del resto de vencidos. El presidente de Estados Unidos, Wilson, en su declaración de 14 puntos, había propuesto que cada nación (con su idioma, costumbres e historia) tenía derecho a formar un estado independiente. De acuerdo con esta doctrina, los antiguos imperios europeos se resquebrajaron:
- El Imperio Ruso perdió casi toda su costa en el Báltico y cedió grandes extensiones a la nueva Polonia.
- El Imperio Turco desapareció casi por completo, quedando reducido solo a Turquía, y en sus antiguos territorios de Oriente Próximo aparecieron Irak, Siria y Palestina, aunque como protectorados británicos o franceses.
- El Imperio Austrohúngaro se desintegró y en su lugar surgieron nuevos estados: Checoslovaquia, Hungría y Austria. También se realizaron los sueños de la pequeña Serbia, que se convirtió en la cabeza de un nuevo estado, Yugoslavia.
Algunas remodelaciones territoriales tenían por objetivo aislar a la nueva Rusia revolucionaria. Por ello, se creó una gran Polonia y una gran Rumanía, que debían ejercer de tapón frente a Rusia, aunque para ello tuvieran que reunir en los nuevos estados a diversas nacionalidades.
La Sociedad de Naciones
A propuesta del presidente Wilson, se creó una nueva organización, la Sociedad de Naciones (SDN), que debía garantizar la paz, fomentar la cooperación internacional, vigilar el cumplimiento de los tratados y dirimir de forma diplomática los conflictos. La sede se instaló en la ciudad de Ginebra y quedaron establecidos dos organismos: la asamblea, de la que debían formar parte todos los estados miembros, y un consejo, integrado por las potencias vencedoras. Pero el panorama de destrucción, miseria, deudas, intereses no cumplidos, etc., dificultó la labor de la nueva institución. Además, el hecho de que Estados Unidos no se integrara en la SDN, ni tampoco lo hicieran muchos países descontentos con los resultados de la paz, especialmente Alemania e Italia.
El Periodo de Entreguerras
Introducción: El periodo de entreguerras se extiende desde el final de la 1º Guerra Mundial hasta el principio de la 2º. Es una de las épocas más inestables, política como económicamente, tanto en Europa como en EEUU. Esta etapa estuvo marcada por 3 hechos cruciales: el estallido de la Revolución Rusa, el crack de la bolsa de Nueva York en el 29 y el ascenso de regímenes totalitarios.
La Autocracia Zarista
A comienzos del s.XX en el imperio de los zares pervivía el absolutismo monárquico. El zarismo era una autocracia. El zar gobernaba por decreto y no estaba sujeto a ninguna constitución ni tenía que responder ante un parlamento. El control del imperio lo aseguraban la burocracia y el ejército junto a la iglesia ortodoxa. La agricultura era su principal actividad económica. La tierra estaba a cargo de unos pocos terratenientes aristócratas. Entre los obreros se había difundido el partido social demócrata ruso mencheviques y bolcheviques. La industria extranjera depende de inversiones extranjeras. Poca fuerza de la burguesía y el proletariado.
La Revolución de Febrero
La coyuntura de la 1º Guerra Mundial creó en Rusia las condiciones para un estallido revolucionario. Los desastres militares se sucedieron y hubo un descenso de la producción agrícola debido a la movilización de millones de campesinos. Se extendió el malestar entre obreros y campesinos. Esto desaderito al zar Nicolás II y a su gobierno. En febrero de 1917 estalló la revolución en San Petersburgo que provocó la caída del zarismo. El poder pasó a un gobierno provisional. Rusia se convirtió en una república democrática.
Revolución de Octubre
La lentitud de la reforma agraria y el mantenimiento de Rusia en guerra aumentaron el descontento popular y la influencia de los bolcheviques que querían instaurar el socialismo. Los bolcheviques aspiraban a la formación de un gobierno de soviets obreros y campesinos. El 25 de octubre los soviets se sublevaron y en 10 días se hicieron con el poder y destruyeron al gobierno provisional. Con el apoyo del congreso de los soviets de Rusia, Lenin formó un gobierno obrero. El nuevo gobierno estableció medidas revolucionarias.
La Guerra Civil y la Creación de la URSS
El nuevo gobierno soviético tuvo que hacer frente a una guerra civil 1918-21. Una fracción del ejército zarista organizó el ejército blanco que se levantó en armas. Los bolcheviques crearon el ejército rojo que consiguió una victoria. A lo largo del conflicto el partido bolchevique se fue haciendo con el monopolio del poder. En 1922 se creó la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) que era un estado federal que reunía todas las nacionalidades del viejo imperio de los zares. Se trataba de un sistema totalitario.
La Pugna por el Poder
Lenin murió en 1924 en un momento en el que se debatía cuál era el mejor camino para consolidar la revolución. Diferentes propuestas enfrentaron a los dirigentes del partido, en especial a Trotski y Stalin. Trotski mantenía que era necesario exportar la revolución. Stalin proponía la construcción del socialismo en un solo país transformando la URSS en una gran potencia. Stalin se convirtió en secretario general del PCUS y en el principal dirigente de la URSS. Transki se exilió y fue asesinado por orden de Stalin.
El Estalinismo
La política estalinista impuso una economía y una sociedad colectivistas con el objeto de provocar un crecimiento que hiciera de la URSS una gran potencia industrial. Para ello:
- Se prohibió la propiedad privada y las tierras, fábricas, bancos, transportes se convirtieron en propiedad estatal.
- Se dio prioridad a la industria pesada para consumir las infraestructuras necesarias.
- Se instituyó una economía dirigida por el estado, que elaboraba planes para planificar la producción agrícola e industrial.
Resultado: 1 fue una rápida industrialización, 2 retraso en la industria, 3 industria pesada descuidó la producción de bienes de consumo.