La Guerra Civil Española (1936-1939): Causas, Desarrollo y Consecuencias

1. INTRODUCCIÓN

Desde el 17 de julio de 1936 al 1 de abril de 1939 se desarrolló en España el hecho más atroz y sangriento que ha enfrentado a unos españoles con otros: la Guerra Civil. Comenzó por el Golpe de Estado llevado a cabo por militares con el apoyo de los sectores más conservadores y su triunfo supuso el fin de la II República y su sistema democrático, para dar paso a casi 40 años de Dictadura.

2. CAUSAS, SUBLEVACIÓN MILITAR Y CONTEXTO DE LA GUERRA

Para algunos autores las causas de la guerra fueron preferentemente internas, mientras que otros sostienen que se trató de un fenómeno inducido desde el exterior en un momento especialmente conflictivo en Europa. También se debate acerca de si fueron más importantes los factores estructurales (desequilibrios socioeconómicos, cuestión religiosa, problema territorial) o los meramente coyunturales (descontento del ejército, tensiones internacionales). Por último, otros proponen una explicación multicausal, explicando que se produjo por una combinación de causas estructurales y coyunturales, y de factores internos y externos.

Por supuesto, se ha escrito mucho en relación a la cuestión de responsabilidad del desencadenamiento del conflicto. Unos analistas destacan la responsabilidad de la izquierda por abandonar la vía democrática en la revolución de 1934, y otros historiadores hacen responsables a la derecha, puesto que los sectores más conservadores nunca aceptaron la República al ser una amenaza para sus privilegios.

Desde finales de 1935 un grupo de oficiales conspiraba y el gobierno los destinó a puntos alejados. Su objetivo era establecer un régimen autoritario bajo el gobierno de una Junta Militar presidida por el general Sanjurjo, mientras que la organización del alzamiento estaba a cargo del general Mola. Tras un cúmulo de enfrentamientos a principios de 1936 y el deseo de acabar con el gobierno del Frente Popular, el 12 de julio unos falangistas asesinaron al teniente izquierdista José Castillo, y como represalia fue asesinado Calvo Sotelo. Los conspirados decidieron adelantar el golpe para aprovechar el impacto por la muerte del líder derechista. El 17 de julio se sublevaban las fuerzas de la Legión y los Regulares de Melilla iniciando una lucha violenta y confusa que duraría tres largos años.

2.1. Bando Nacional

El bando nacional fue apoyado por los militares sublevados, la Falange, los carlistas, las fuerzas de derechas y la iglesia. Alemania, Italia, Portugal y mercenarios marroquíes contribuyeron como ayuda extrajera a favor de este bando. Concretamente las ayudas de la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini fueron decisivas para afrontar el conflicto bélico, abasteciendo al bando nacional con aviones, carros de combate, piezas de artillería, tropas y crédito.

2.2. Bando Republicano

En el otro lado, el bando republicano estaba formado por el ejército leal a la República, los partidos de izquierdas, las milicias obreras y los separatistas. La ayuda extranjera de estos fue por parte de la Unión Soviética, Francia, México y brigadas internacionales. La ayuda más importante fue la de la Unión Soviética ya que el bando republicano financió ese favor con las reservas de oro del Banco de España.

3. LA GUERRA: OPERACIONES MILITARES

3.1. 1ª Fase: La lucha por Madrid (julio 1936-marzo 1937)

El planteamiento inicial de los rebeldes consistió en lograr la conquista de Madrid rápidamente. Para ello, avanzaron hacia la capital desde dos direcciones: Mola desde el norte y Franco desde el sur. Sin embargo, la conquista de Madrid se demoraría, ya que Mola quedó detenido en Guadarrama y Franco desvió su avance hacia Toledo.

En noviembre del 36 las tropas franquistas intentaron el asalto frontal a Madrid, pero la llegada de las primeras brigadas internacionales con material soviético contribuyó al éxito de los defensores. En los siguientes meses Franco realizaría dos maniobras sobre la capital (batallas de Jarama y Guadalajara) que también fracasarían.

3.2. 2ª Fase: La caída del norte (abril-noviembre 1937)

La defensa de Madrid obligó a Franco a adoptar un cambio de estrategia e iniciar una guerra de desgaste. La elección fue la ofensiva sobre la cornisa cantábrica que había quedado aislada del territorio republicano. Con la ayuda alemana e italiana, Franco desarrolló una fuerte campaña que concluyó en octubre de 1937 tras la toma de Bilbao, Santander y Asturias, siendo un gran éxito pues conseguía abundantes recursos minerales e industriales imprescindibles para una larga guerra.

3.3. 3ª Fase: La ofensiva de Teruel y la batalla del Ebro (noviembre 1937-noviembre 1938)

La ofensiva sobre Teruel iniciada por la República concluiría en febrero de 1938 con otra derrota. Franco por tierras aragonesas acabaría prolongándose a través de Castellón hasta llegar al Mediterráneo cortando en dos lo que quedaba de zona republicana.

La batalla del Ebro, iniciada por la República, terminó en noviembre marcando la suerte de la guerra, ya que había agotado prácticamente al bando republicano.

3.4. 4ª Fase: El fin de la guerra (diciembre 1938-abril 1939)

En diciembre el ejército nacionalista emprendió una ofensiva sobre Cataluña que concluyó con la caída de Barcelona en enero de 1939. Durante varias semanas la República resistió con la esperanza de que estallara la guerra en Europa y cambiara la situación, pero las divisiones en el bando eran tan graves que el coronel Casado se sublevó contra el gobierno de la República. Casado propuso negociar, pero Franco rechazó. A finales de marzo el ejército franquista inició una ofensiva sobre Madrid y después ocuparon el resto del país. El 1 de abril de 1939 la guerra civil había terminado.

4. LAS DOS ESPAÑAS DURANTE LA GUERRA

4.1. La España Republicana

La reacción de las masas obreras contra el levantamiento militar se convirtió en una gran revolución que desbordó al gobierno republicano. Tras un frustrado intento pacifista de Azaña, formó gobierno otro político izquierdista, José Giral, el cual también se vio desbordado con el ataque enemigo a Madrid y daría lugar a la formación de otro gobierno de concentración izquierdista presidido por Largo Caballero. La revolución social se extendió prácticamente por todo el territorio republicano: fábricas y empresas fueron expropiadas, se produjeron ocupaciones en el campo, y diversas persecuciones y asesinatos contra personas derechistas y miembros y bienes de la Iglesia.

La situación militar y diversas críticas izquierdistas hicieron dejar el poder a Caballero para formar un nuevo gobierno dirigido por el socialista Juan Negrín, quien buscó normalizar la situación y lograr apoyo extranjero que solo recibió de los soviéticos. Tras la conquista de Cataluña por los nacionalistas el teniente Casado dio un golpe de estado contra el gobierno de Negrín.

4.2. La España Franquista

La insurrección militar no tuvo en un principio una definición política clara, apareciendo como un ataque al gobierno del Frente Popular. Durante los primeros meses se desencadenaron multitud de persecuciones y asesinatos de los adversarios políticos y mandos militares que se habían negado a unirse al alzamiento. Además, se anularon las reformas republicanas y la legislación laicista, contando así con el apoyo de la Iglesia.

Todo ello fue posible por la progresiva concentración de poderes en la persona del general Franco, que fue designada como jefe del gobierno del estado y generalísimo de todos los ejércitos. Este poder personal se vería reforzado por la muerte de cabecillas del frente nacional: Mola, Sanjurjo y Primo de Rivera. Franco se vio asistido hasta 1938 por una Junta Técnica de Estado de poca significación, pero al empezar ese año se formó un gobierno propiamente dicho integrado por militares y políticos derechistas.

5. CONSECUENCIAS DEL CONFLICTO

La guerra dejó al país destrozado y sus repercusiones fueron de largo alcance. Es casi imposible establecer una evaluación exacta sobre las consecuencias económicas. Los gastos de guerra efectuados por los dos ejércitos fueron en torno a 300.000 millones de pesetas. Se destruyeron más de 150 iglesias, unos 190 núcleos urbanos acabaron en pésimo estado y unas 500.000 viviendas fueron total o parcialmente destruidas. También se produjeron incontables pérdidas agrícolas y ganaderas, a lo que hay que sumar el descenso de la producción industrial y la ruina de la Hacienda pública.

Las consecuencias humanas son todavía más dolorosas. Los cálculos más aceptados estiman en unos 500.000 o 600.000 los muertos de la guerra entre los que murieron en combate, por represiones, enfermedades u otras causas. También cabe destacar que emigraron más de 400.000 españoles, principalmente a Francia.

No debemos olvidar las consecuencias culturales, ya que gran parte de intelectuales tuvieron que emigrar significando un trauma para una cultura espléndida que en algunos lugares estaba viviendo una auténtica edad de oro.

6. CONCLUSIONES

La división de dos Españas enfrentadas y con ideales totalmente opuestos conduciría a una dura y larga Guerra Civil en la que se impondrían las tropas del general Franco. Su victoria dio lugar al establecimiento de un régimen de dictadura personal que comenzó a institucionalizarse ya durante la guerra y que continuará durante casi los 40 años de su mandato, donde España quedaría al margen de Europa con todas las consecuencias sociales, políticas, económicas y culturales que esto ha conllevado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *