La Guerra Civil Española (1936-1939)
Antecedentes y estallido del conflicto
La oposición de los sectores conservadores españoles a las reformas de la República se tradujo en una acción golpista que se inició el 17 de julio de 1936.
El 17 de julio de 1936, el coronel Yagüe se alzó en contra de la República, y muchas guarniciones militares del resto de España se unieron al golpe, junto a civiles falangistas y carlistas. El general Franco volvió a la Península con el ejército de África.
Casares Quiroga fue sustituido como jefe de gobierno por José Giral, quien entregó armas a los sindicatos y al Frente Popular. Una parte del ejército y de las fuerzas de seguridad fueron fieles al gobierno y consiguieron sofocar el levantamiento en gran parte de España. La sublevación triunfó en la zona interior, las agrarias latifundistas o las pequeñas propiedades muy conservadoras, pero fracasó en las zonas industriales como Madrid, Barcelona y Valencia.
El pronunciamiento militar tenía que ser una operación rápida, pero originó la división del país en dos bandos que iban a enfrentarse en una guerra civil.
Los bandos en conflicto
Bando sublevado
El bando de los sublevados estaba constituido por militares conservadores, monárquicos, católicos, falangistas, tradicionalistas y los grupos opuestos a la República. Entre ellos no había unanimidad. Los militares defendían una dictadura militar que restableciese el orden y una monarquía o república civil; los monárquicos y la CEDA deseaban la vuelta a la monarquía Alfonsina; los falangistas un régimen fascista, y los carlistas la instauración de la monarquía carlista.
Bando republicano
Los leales a la República eran las clases populares, socialistas, comunistas y anarcosindicalistas. También estaban las clases medias vinculadas a los partidos republicanos y sectores de la burguesía ilustrada, intelectuales y artistas. Defendían la legitimidad republicana, apoyaban las reformas del bienio de izquierdas y al Frente Popular. Y agrupaban a sectores reformistas y grupos de revolucionarios deseosos de transformar el país por vía de la revolución.
Dimensión internacional del conflicto
La Guerra Civil española tuvo una gran repercusión internacional, fue vista como una confrontación entre las fuerzas democráticas y los regímenes fascistas. La Guerra Civil fue el enfrentamiento entre los viejos grupos dominantes y los emergentes obreros y burgueses. Las reformas eran imprescindibles para la modernización del país, pero atentaban contra los privilegios de los dominantes, que optaron por el golpe de Estado.
Internacionalmente fue conocida como la “guerra de España”. Los sectores democráticos apoyaron a la República y a los partidos obreros. Los sublevados estaban apoyados por conservadores, el régimen fascista portugués de Salazar, el catolicismo y el Papado, que apoyaban a Franco para detener el comunismo.
Apoyos internacionales y la política de no intervención
Ambos bandos buscaron apoyos en el exterior. Los sublevados a los países fascistas y el gobierno de la República a Francia, pero los gobernantes de las democracias fueron prudentes.
Gran Bretaña defendía un apaciguamiento ante la Alemania nazi y comunicó a Francia que si intervenía en España no la apoyaría ante la amenaza de Hitler. Francia aceptó y se creó un Comité de No Intervención al que se adhirieron 27 países. Esto fue una de las causas de la derrota de la República.
Apoyo a la República
El gobierno de la República envió a la Unión Soviética las reservas de oro del Banco de España para pagar las armas compradas. Los consejeros militares soviéticos desempeñaron un gran papel en la organización de la táctica de la guerra, e influyeron a través del Partido Comunista.
Las Brigadas Internacionales prestaron ayuda a la República, fruto de un movimiento antifascista, procedían de Europa y América y eran de ideología de izquierdas.
Apoyo a los sublevados
Los sublevados recibieron armas de Alemania e Italia. Alemania envió a su aviación, la Legión Cóndor, cobró su ayuda con minerales. Italia envió el Corpo Truppe Volontarie, y armamento. Y también combatieron grupos de voluntarios. La Guerra fue una ocasión para realizar los anhelos de revolución social, pero la derrota suponía el fin del cambio social.
La guerra en la zona republicana
José Giral se movilizó contra los sublevados, entregó armas a las milicias de los partidos y sindicatos, disolvió el ejército tradicional y los cuerpos policiales y decretó la creación de batallones de voluntarios. Los republicanos se organizaron alrededor de sindicatos y partidos de izquierdas.
En 1936, el Estado fue sustituido por consejos, comités y juntas, que organizaban a los voluntarios. Los comités se unificaron formando Consejos Regionales, donde se reunían las fuerzas del Frente Popular. Se creó el Comité Central de Milicias Antifascistas, que llegó a un acuerdo con los catalanes y se reconstruiría el poder de la Generalitat.
Revolución social en la retaguardia
El alzamiento provocó un clima revolucionario, y los republicanos se sintieron legitimados para impulsar cambios sociales, así que colectivizaron propiedades industriales y agrarias.
Empresarios e industriales huyeron o fueron detenidos o asesinados durante la guerra, y los trabajadores pasaron al mando de las empresas, las autogestionaban. Una serie de decretos dieron cobertura legal a esta situación. En el campo, se expropiaron fincas, y algunas se colectivizaron totalmente.
Violencia y represión en la retaguardia
En los primeros meses, en la zona republicana, las clases acomodadas fueron perseguidas, esto escapó del control del poder republicano. Tuvieron lugar asesinatos, detenciones ilegales, incendios de iglesias y conventos, y expropiación de bienes; además de asesinatos de presos políticos de derechas, muchos huyeron al extranjero.
Todo este clima de crispación fue impulsado por la CNT-FAI y el POUM. El resto de fuerzas políticas reclamaban la necesidad de un poder que se concentrara en ganar la guerra.
Los gobiernos de Largo Caballero y Negrín
Los milicianos no conseguían detener el avance de los sublevados, era necesario establecer una unidad antifascista y formar un gobierno capaz de ganar la guerra.
Largo Caballero constituyó un nuevo gobierno, que se estableció en Valencia tras el ataque sobre Madrid. Largo Caballero quería recomponer el Estado y dirigir la guerra mediante las milicias y creación del Ejército Popular.
Sin embargo, una serie de fracasos militares iniciaron enfrentamientos entre las fuerzas republicanas: republicanos, comunistas y socialistas querían acabar primero con la guerra, y los anarquistas y comunistas del POUM querían una revolución y después acabar la guerra.
El gobierno de Largo caballero se debilitó tras los Hechos de Mayo, enfrentamientos entre CNT y POUM contra UGT, que acabó con la derrota de anarquistas y poumistas y una fuerte crisis de gobierno.
Los anarquistas perdieron influencia y los comunistas la aumentaron por la ayuda de la Unión Soviética a la República. Los comunistas exigieron la disolución del POUM y la detención de sus líderes. Largo Caballero se negó y dimitió. Azaña encargó la formación del nuevo gobierno al socialista Juan Negrín. El POUM se declaró ilegal y sus militantes fueron detenidos.
Indalecio Prieto asumió el Ministerio de la Guerra, se unificó la dirección de la guerra y se integraron todas las milicias en el Ejército Popular. El gobierno se trasladó de Valencia a Barcelona pero esto provocó fricciones con el gobierno de la Generalitat. El gobierno buscó una salida negociada a la guerra. Negrín propuso el programa de los Trece Puntos (1938), consistía en el cese de la guerra, la permanencia de la República y la apertura de elecciones democráticas, pero Franco solo aceptaba la rendición.
En el territorio republicano comenzaron a faltar alimentos y los ataques militares eran continuos. Tras el Pacto de Munich, Gran Bretaña y Francia reconocían la ocupación de los Sudetes por Hitler. Negrín insistía en la resistencia militar para que el inicio del conflicto en Europa disminuyera la presencia alemana e italiana en España. La pérdida de Cataluña (1939) significó el exilio del gobierno republicano. Gran Bretaña y Francia reconocieron el gobierno de Franco y Azaña dimitió.
La guerra en la zona sublevada
La muerte de Sanjurjo y el fracaso de la insurrección, plantearon el problema del liderazgo del dirección militar y el gobierno. Se creó la Junta de Defensa Nacional para gobernar el territorio ocupado; prohibieron los partidos políticos y suspendieron la Constitución y la reforma agraria. El general Francisco Franco fue ganando adeptos tras liberar el Alcázar de Toledo y conseguir a Hitler y Mussolini como aliados. Y fue nombrado Jefe de gobierno del Estado y Generalísimo de los Ejércitos.
Organización política y social
En la zona sublevada, solo actuaban Falange Española y de las JONS y la Comunión Tradicionalista, y se toleraban la CEDA y los grupos monárquicos.
Franco intentó alargar la guerra para prolongar su liderazgo, e impuso el Decreto de Unificación, para crear un partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Franco sería Jefe Nacional del partido único. La resistencia a la unificación fue reprimida con destierro o prisión.
El Estado franquista
El Estado franquista se consolidó con el gobierno de Franco, quien asumió la jefatura del Estado y la presidencia del gobierno, y pasó a ser llamado Caudillo de España. El nuevo Estado se inspiraba en el fascismo y era conservador y católico.
Se abolió la legislación republicana, las libertades religiosas, política, sindical y de prensa, los estatutos de autonomía y se estableció la pena de muerte. En 1938 se aprobó la primera de sus Leyes Fundamentales, el Fuero del Trabajo, que agrupaba a empresarios y trabajadores. Era muy importante la influencia de la Iglesia Católica, por lo que el Estado era confesional, se derogó el matrimonio civil y el divorcio, se estableció el culto religioso en la enseñanza y en el ejército.
Desarrollo de la guerra
Batalla de Madrid
Se movilizaron para salvar Madrid, pero el gobierno republicano tuvo que trasladarse a Valencia. Madrid resistió gracias a la Brigadas Internacionales, carros de combate rusos y una columna de anarcosindicalistas al mando de Durruti.
Los sublevados emprendieron dos maniobras envolventes para aislar Madrid, pero fueron detenidos por los republicanos.
Campaña del Norte
Se regularizaron ambos ejércitos, se creó un nuevo Ejército Popular de la República y Franco militarizó a los cuerpos voluntarios.
Franco abandonó la capital y concentró su esfuerzo en la zona norte, y ciudades fueron arrasadas por la aviación nazi. La República atacó, pero no consiguió evitar que las tropas de Franco tomaran el norte.
Batalla del Ebro
Los republicanos tenían esperanzas de ganar la guerra debido a las diversas reformas del ejército y el nuevo mandato del general Rojo. Llevaron a cabo una ofensiva, pero Franco reaccionó y el territorio republicano quedó dividido en dos zonas, Franco podría haber acabado con la guerra pero prefirió continuar la ofensiva hacia el sur.
El avance de las tropas sublevadas quedó detenido cuando el ejército republicano desencadenó un ataque sobre el río Ebro, ya que su única esperanza era volver a unir las zonas republicanas. Pero Franco consiguió detener el ataque, y acabó con la derrota republicana. Franco emprendió una ofensiva sobre Cataluña.
Final de la guerra
Solo quedaba de la República la zona centro. Negrín reorganizó el ejército para resistir en el territorio republicano. En Madrid se produjo una sublevación contra el gobierno republicano, pero Negrín y los comunistas eran contrarios a una rendición. Franco entró en Madrid y ocupó la zona mediterránea y el 1 de abril Franco firmó el último parte de guerra.
Consecuencias de la guerra
Pérdidas humanas y materiales
La guerra supuso muerte y miseria para ambos bandos, debido a las muertes en la guerra, por represión o por falta de alimentos. El pan comenzó a faltar y se llegó a racionar, y los precios subieron. La desnutrición provocó enfermedades y muertes.
Además se había paralizado la producción debido a que los hombres fueron al frente y aunque las mujeres se integraron en el mundo laboral solo se fabricaban armas.
Además la población civil fue bombardeada.
El exilio republicano
Con el avance de las tropas franquistas, se dieron movimientos de refugiados en la zona republicana. La población de la zona norte solo pudo huir por mar hacia otros países, dando prioridad a los niños que fueron embarcados a países europeos o a la URSS.
Una multitud de personas buscaron refugio en Francia. En pocos meses volvieron a España la mitad de los refugiados. El resto inició un largo y penoso exilio.