La Guerra Civil Española (1936-1939): Dos Zonas, Dos Modelos Enfrentados

La Zona Republicana: La Revolución Contenida

El golpe de Estado («alzamiento nacional» para los rebeldes), justificado por quienes lo protagonizaron como acto para terminar con la revolución, terminó provocando lo contrario: el desencadenamiento de una revolución social de carácter colectivista que pretendía cambiar el sistema de propiedad y destruir el poder del Estado. Los protagonistas fueron CNT, FAI y UGT (no PC, no PSOE).

El colectivismo afectó a amplias zonas de Aragón, Valencia, La Mancha y Andalucía. Hay que entenderlo como la respuesta popular frente a los facciosos (requisas, repartos, saqueos, detenciones, ejecuciones…). Suponía la aplicación de un nuevo orden revolucionario (juntas, consejos, comités).

Una de las consecuencias inmediatas del golpe y de este proceso revolucionario fue el derrumbe del Estado republicano, que tendrá que invertir un enorme esfuerzo en su recomposición.

Septiembre 1936: Largo Caballero es nombrado jefe de un nuevo gobierno (mantiene además el ministerio de Guerra) en el que participan republicanos, socialistas y comunistas. En noviembre entran 4 ministros anarcosindicalistas (Federica Montseny, ministra de Sanidad; Juan Peiró, ministro de Trabajo; Juan López, ministro de Comercio, y Juan García Oliver, ministro de Interior).

El proyecto fundamental es crear una gran alianza antifascista que permita recomponer el poder del Estado, controlar el proceso revolucionario y militarizar a las milicias, es decir, crear un ejército popular sobre la base de brigadas mixtas pero bajo un mando único y coordinado.

Los problemas surgen cuando los comunistas no apoyan a Largo Caballero, los anarquistas no renuncian a desarrollar su propia política y además se niegan a integrar sus milicias en el nuevo ejército y la tendencia personalista del propio jefe de gobierno.

Sucesos de mayo de 1937 en Barcelona: La CNT y el POUM (fundado en 1935, partido marxista, de tendencia trotskista y antiestalinista, enfrentado por lo tanto al PC) se oponen a la presencia republicana y comunista en la Generalitat. Es el enfrentamiento entre los que quieren la revolución (CNT y POUM) y los que quieren controlar y normalizar el Estado (PC, republicanos, PSOE).

El enfrentamiento se materializa en la toma por la fuerza del edificio de la Telefónica de Barcelona, que había sido ocupado por los anarquistas desde el principio de la guerra. Los enfrentamientos se extienden por toda la ciudad y por muchas otras localidades. El gobierno tardó más de una semana en controlar la situación. Las consecuencias son, además de la caída del gobierno autonómico, la del propio Largo Caballero como presidente del gobierno republicano. El PSOE, siguiendo la tendencia defendida por Indalecio Prieto, se propone buscar una solución aliándose con los comunistas. El nuevo jefe de gobierno, Juan Negrín (PSOE) está fuertemente apoyado por los comunistas que salen muy reforzados de la crisis. En octubre el gobierno se traslada a Barcelona.

La Zona Sublevada: La Creación de un Estado Totalitario

Los grupos que apoyan inicialmente el golpe son grupos diferentes y están divididos. No existe un proyecto coherente, únicamente aceptan la supremacía del ejército que terminará por convertirse en la columna vertebral del nuevo régimen. El ejército tomará la iniciativa política y será el encargado de organizar el nuevo Estado.

La idea básica de la propaganda es la de un «Alzamiento Nacional» contra una República «marxista» y «antiespañola».

Franco, generalísimo.

En Burgos se crea, en julio, la Junta de Defensa Nacional presidida por Cabanellas (el mayor en edad). Su misión es gobernar el territorio ocupado, suspender la Constitución, la reforma agraria y la actividad de los partidos políticos.

Se plantea la necesidad de un mando único. El 30 de septiembre de 1936, Franco, apoyado por la propaganda de haber «liberado» el Alcázar, y por los apoyos de Hitler y de Mussolini, es proclamado jefe del Alzamiento. Por el decreto de 1 de octubre: jefe de gobierno del Estado Español y generalísimo de los ejércitos españoles. Se establece una dictadura personal basada en un régimen militar. Franco concentra el poder legislativo, ejecutivo y judicial.

Desaparece la Junta de Defensa y se crea la Junta Técnica del Estado formada por militares para asesorar al jefe de gobierno. El Cuartel General del Generalísimo se traslada a Salamanca. Siguiendo los modelos de Italia y de Alemania se crea un partido único: abril de 1937, decreto de unificación: Falange Española Tradicionalista y de las JONS (une a todas las fuerzas políticas que han apoyado el golpe): «Movimiento Nacional». Limpieza de falangistas rebeldes. Franco jefe del partido y del Estado. Carta Colectiva Episcopal de apoyo a los sublevados, julio 1937. La guerra es entendida por la Iglesia como una «cruzada» contra el ateismo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *