El fracaso de la sublevación militar y la incapacidad del gobierno dieron paso a una sangrienta guerra civil de casi 3 años. El alzamiento militar contra la república se inició de modo imprevisto en Melilla el 17 de julio y de inmediato se extendió al resto de las tropas del Protectorado Español en Marruecos. El general Franco, tras declarar el estado de guerra en Canarias, se trasladó al Protectorado de Marruecos para ponerse al mando del ejército de África. Entre los días 18 y 20 de julio, el alzamiento militar se extendió al resto del territorio español con resultados muy diversos. Triunfó Andalucía, donde el general Queipo de Llano se hizo con el poder en Sevilla. El general Mola ocupó Navarra. En Zaragoza, el general Cabanellas logró dominar la mayor parte de Aragón. En las grandes ciudades Madrid, Barcelona, Valencia y el puerto de Cartagena, y en las zonas industriales de Asturias, País Vasco y Cataluña, se abortó la sublevación militar.
Ayuda Internacional y Financiamiento
En un principio, la guerra civil era un conflicto interno del país. Firmaron un contrato de no intervención, pero al final lo acabaron rompiendo. La ayuda internacional a la república vino de la Unión Soviética, que aportó entre 800 y mil aviones, 482 800 carros de combate, unas 1500 piezas de artillería y entre 2000 y 6000 tropas. Francia también decidió ayudar aportando aviones, México con fusiles y, por último, las brigadas internacionales ayudaron con 35.000 tropas. La ayuda de la URSS fue importante para sostener la república y evitar su derrumbe. Las brigadas internacionales estuvieron formadas por voluntarios de un amplio abanico ideológico, movidos por un sentimiento hacia la república frente a la amenaza del fascismo. La República financió la guerra con las reservas de oro del Banco de España. El gobierno de Largo Caballero tomó la decisión de depositar la mayor parte del oro en Moscú. En cuanto a la ayuda internacional a los sublevados, Alemania ayudó con 830 aviones, 120 carros de combate, 600 piezas de artillería y 19000 tropas. Italia también ayudó con gran cantidad de aviones, carros de combate, piezas de artillería y tropas. También destacó la ayuda de la dictadura del Estado Novo portugués. Estados Unidos ayudó con camiones y petróleo. El bando franquista no tuvo demasiadas dificultades para financiar el coste de la guerra. Alemanes e italianos le proporcionaron créditos. También hubo ayuda financiera tanto de capitalistas españoles como de grandes compañías multinacionales angloamericanas.
El Ascenso de Franco y las Consecuencias
En los territorios bajo el poder de los militares rebeldes, surgió la necesidad de crear un órgano provisional de gobierno que coordinase las operaciones militares. A finales de julio de 1936, se constituyó en Burgos una junta de defensa nacional, integrada solo por militares, de modo que el ejército se convirtió en el pilar básico en la formación del nuevo estado. Esta junta proclamó el estado de guerra, la justicia quedó bajo control militar y prohibió los partidos y sindicatos. El paso siguiente de la junta de defensa fue establecer una dirección ministerial y política unificada. De los posibles candidatos, destacaba el general Franco. Su popularidad en la España nacional se agrandó con la liberación del Alcázar de Toledo y siempre contó con la ayuda de un grupo de generales muy fieles. El 1 de octubre de 1936, la junta publicó el decreto que nombraba a Franco generalísimo de los ejércitos y jefe del gobierno del Estado Español, concentrando en sus manos todo el poder militar y político del nuevo estado. La junta de defensa fue disuelta y Franco constituyó una junta técnica de estado. A partir de este momento, adoptó el título de Caudillo e inició el camino hacia una dictadura personal. Poco después, las potencias fascistas, Alemania e Italia, reconocieron oficialmente el gobierno de Franco.
Consecuencias de la Guerra Civil
Se han dado cifras muy dispares sobre las pérdidas humanas que causó el conflicto, entre las que se pueden incluir los muertos en el frente, por la represión y en la postguerra, por el hambre y las epidemias, y por la pérdida de la población joven y la consiguiente reducción de la natalidad. Los cálculos más acertados estiman entre 500000 y 600000 los muertos en la guerra. Otra de las consecuencias de la guerra civil fue el exilio republicano y durante la guerra, desde la caída del País Vasco, hubo una primera oleada de exiliados huyendo de las represalias de los militares sublevados, entre ellos los llamados niños de la guerra, que acabaron siendo evacuados a países extranjeros, donde al final, con la caída de Cataluña, unos 450000 cruzaron la frontera francesa. También hubo efectos económicos desastrosos y dejó el país exhausto. La destrucción fue muy intensa en los sectores directamente relacionados con las operaciones militares, como las comunicaciones. Las comunicaciones por carretera se hicieron difíciles debido a la falta de conservación y a la destrucción de los puentes. Aunque se perdió una parte de la monarquía y del utillaje industrial, no hubo grandes destrucciones de fábricas. Por el contrario, unas 500000 viviendas fueron total o parcialmente destruidas. La producción industrial descendió en un tercio por falta de materias primas y de energía, y la agrícola en una cuarta parte debido a la marcha de los hombres al frente. Cayó la inversión, el comercio exterior y el consumo privado, y la construcción de viviendas privadas y de obras públicas se paralizó. La hacienda pública estaba arruinada y la inflación multiplicó por 10 los precios. Dentro de las consecuencias políticas, se instauró una larga dictadura que duró de 1939 al 1975, dirigida por el generalísimo Francisco Franco. En cuanto a las consecuencias culturales, muchos intelectuales y escritores se exiliaron.