La Guerra Civil constituye el acontecimiento más dramático de la historia reciente de España, que acabó con el intento de modernización y apertura de la Segunda República, la cual también había sido atacada desde dentro, por una agudización de la lucha de clases y la división de España en dos bloques opuestos.
Radicalización política y social
Tras las elecciones de febrero de 1936, que ganó el Frente Popular por un estrecho margen de votos, se produjo una radicalización de la vida política y social, constituyéndose dos grupos, la izquierda revolucionaria (CNT, PCE y sector más radical del PSOE) que movilizaron y organizaron a los obreros con huelgas, manifestaciones y ocupación de tierras; y la derecha reaccionaria, que promovió la agitación callejera (Falange Española de las JONS) y la provocación parlamentaria (Bloque Nacional).
El golpe de Estado
Los preparativos de sublevación comenzaron en marzo, siendo el general Mola el encargado de coordinarla, aunque carecían de un líder, los sublevados eligieron al general Sanjurjo que estaba exiliado en Portugal, y también carecían de un programa concreto. Aunque el Gobierno cambió de destino a los generales más antirrepublicanos, Franco a Canarias y Mola a Navarra, los preparativos continuaron a pesar de que los conspiradores eran conscientes de la dificultad del triunfo del golpe. Todo se aceleró tras el asesinato del diputado de derechas José Calvo Sotelo el 13 de julio, asesinato que se produjo como represalia por la muerte del teniente Castillo de la Guardia de Asalto, así el 17 de julio se inició la rebelión, liderada por el general Yagüe, en el protectorado marroquí extendiéndose el 18 por toda España.
Los bandos enfrentados
Tras el golpe, España quedó dividida en dos bandos:
- Los sublevados, autodenominados los nacionales, pretendían restablecer el orden, acabar con la anarquía y con los enemigos de la patria (anarquistas, comunistas, socialistas y separatistas) calificados como “rojos”.
- Los republicanos, defendían la República democrática y sus logros frente al fascismo, que se extendía por Europa.
Dimensión internacional del conflicto
Es importante resaltar la dimensión internacional del conflicto, que hizo posible la larga duración de la guerra y favoreció la victoria de los sublevados. Las principales potencias democráticas europeas, Gran Bretaña y Francia, acordaron no intervenir en la guerra para tranquilizar a la Alemania nazi, siguiendo la política de apaciguamiento, y así evitar la guerra en Europa.
La República sólo recibió ayuda de la URSS, que envió suministros de aviones, tanques, ametralladoras y asesores. Todo ello pagado con las reservas de oro del Banco de España. La República también contó con el apoyo de las llamadas Brigadas Internacionales, unos 40 mil voluntarios antifascistas de todo el mundo, en su mayoría comunistas.
Consecuencias y fin de la guerra
A finales de 1938 Negrín aceptó su retirada de forma unilateral ante las presiones del Comité de No Intervención.