La Guerra de Independencia Española (1808-1814): De la Crisis del Antiguo Régimen a la Constitución de 1812

La Guerra de la Independencia Española (1808-1814)

La Crisis del Antiguo Régimen

En 1789, la Revolución Francesa provocó la ruptura del absolutismo, inspirando la separación de poderes y la igualdad ante la ley. España, bajo el reinado de Carlos IV, un monarca débil influenciado por su esposa María Luisa de Parma, reaccionó con temor. Se cerraron los colegios franceses y se prohibieron las actividades de la Real Sociedad Económica de Amigos del País.

Floridablanca, el primer ministro, no pudo contener la presión francesa, siendo sustituido por Aranda, quien se mantuvo firme. En 1792, Manuel Godoy, un plebeyo, asumió el poder. Su cercanía a Francia le granjeó la enemistad de los privilegiados, mientras que Fernando VII lo veía como un rival.

El Conflicto con Francia

En 1795, España y Francia renovaron los Pactos de Familia para luchar contra Inglaterra. El segundo tratado involucró a España en la guerra contra Portugal y Gran Bretaña. Napoleón impuso el Bloqueo Continental, impidiendo el paso de mercancías británicas. El Tratado de Fontainebleau (1807) permitió a las tropas francesas cruzar España para conquistar Portugal, con la promesa de repartirse el territorio: el norte para Napoleón, el sur para Godoy y el centro para España.

El Motín de Aranjuez y la Abdicación de Carlos IV

En 1808, el Motín de Aranjuez, instigado por el partido fernandino, forzó la abdicación de Carlos IV en favor de Fernando VII. Napoleón, astutamente, invitó a ambos a Bayona. Allí, forzó la abdicación de Fernando VII en favor de su hermano José Bonaparte (José I), creando un vacío de poder en España.

La Guerra contra el Invasor

El levantamiento del 2 de mayo de 1808 en Madrid marcó el inicio de la Guerra de la Independencia. La resistencia española se organizó en juntas locales, que luego formaron la Junta Central. La batalla de Bailén (1808) supuso una importante victoria española, obligando a los franceses a abandonar Madrid. Sin embargo, la superioridad militar francesa pronto se impuso.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

La Junta Central se refugió en Cádiz, donde convocó las Cortes. Dos grupos se enfrentaron: los liberales, partidarios de reformas inspiradas en la Revolución Francesa, y los absolutistas, defensores del Antiguo Régimen. Las Cortes, con mayoría liberal, promulgaron la Constitución de 1812, conocida como . Esta establecía la soberanía nacional, la división de poderes, el sufragio masculino y limitaba el poder del monarca.

El Retorno de Fernando VII y el Fin de la Guerra

En 1813, Napoleón, debilitado por la campaña rusa, firmó el Tratado de Valençay, reconociendo a Fernando VII como rey de España. Las tropas francesas abandonaron el país en 1814. Fernando VII, apoyado por los absolutistas, derogó la Constitución e inició el sexenio absolutista (1814-1820).

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