La Guerra de la Independencia Española (1808-1814)

La Guerra de la Independencia (1808-1814)

Los inicios de la guerra

Las conspiraciones de la nobleza para derrocar a Godoy y Carlos IV estaban en marcha. Esta se apoyó en el descontento de las clases populares para alzarse contra el rey en el llamado motín de Aranjuez.

Fernando VII, Carlos IV y sus familiares acudieron a Bayona. Con la familia real ausente y el ejército francés ocupando el país, las clases populares protagonizaron un levantamiento contra los invasores el día 2 de mayo de 1808.

En Bayona, los reyes españoles se vieron obligados a abdicar a favor de Napoleón. Napoleón nombró rey a su hermano, José Bonaparte. España se convirtió así en un satélite de Francia.

La represión de las tropas francesas contra la rebelión de Madrid y la abdicación de los reyes a manos del invasor francés, provocaron que diferentes ciudades se rebelaran contra la ocupación francesa. Así se inició la Guerra de la Independencia.

El reinado de José Bonaparte

Después del nombramiento de José I como rey de España y las Indias, Napoleón convocó a un grupo de notables españoles en Bayona para aceptar una serie de reformas de gran calado. El resultado fue el Estatuto o Constitución de Bayona, que planteaba cambios en la administración del territorio y del gobierno que rompían con las estructuras del Antiguo Régimen. La libertad de prensa y la personal, la igualdad o la inviolabilidad del domicilio. Estas siempre estaban sometidas al emperador y, de hecho, eran otorgadas por él. El estallido de la guerra impidió llevar a cabo estas reformas y el Estatuto de Bayona no entró en vigor.

Napoleón adoptó personalmente las decisiones políticas más importantes que se adoptaron al mismo tiempo que la Guerra de la Independencia. Dividió el territorio español en distintos distritos militares bajo el mando de generales franceses. Estos lo expoliaron y se impusieron a la población de manera violenta. Otra decisión de Napoleón fue anexionar Cataluña, que pasó a ser una provincia francesa más.

Contaron con el apoyo de una parte de la sociedad. Algunos miembros de la nobleza, la Iglesia, la burguesía y el ejército aceptaron la ocupación francesa y aplicaron las nuevas normas. Fueron los llamados afrancesados.

La resistencia

Después de la rebelión del 2 de mayo en Madrid, estallaron diferentes insurrecciones contra los invasores franceses por toda la geografía española. Se formaron una serie de Juntas de Gobierno en la Península, en los territorios insulares (Baleares y Canarias).

Las Juntas eran organismos de ámbito local y provincial formados por miembros elegidos por votación. Sus objetivos eran expulsar al ejército francés y restituir el trono de Fernando VII. Llevaron a cabo reformas sociales y políticas. El pueblo les delegó el poder mientras el monarca estuviera ausente y defendieron un sistema político tradicional, basado en el absolutismo y la religión católica.

Las Juntas actuaron de forma independiente, cada una en su ámbito territorial, pero pronto se constituyó una Junta Suprema Central Gubernativa formada por delegados de las juntas provinciales. Eligieron de presidente a Floridablanca, que había sido ministro de Carlos III y Carlos IV, una política de reformas de carácter moderado.

Las Juntas plantearon el regreso de Fernando VII como solución a los problemas anteriores al conflicto. Fueron organismos dirigidos por las clases privilegiadas y en ningún caso contemplaron una revolución como la de 1789 en Francia. Tanto su formación por miembros elegidos y no designados como su voluntad reformista eran indicios de la crisis incipiente del Antiguo Régimen.

Las fases de la guerra

  • Junio y noviembre de 1808: los primeros éxitos de la resistencia. El ejército español derrotó al ejército francés en el Bruc y Bailén, lo que obligó a las tropas napoleónicas a replegarse al norte del Ebro. José I tuvo que abandonar Madrid.
  • Noviembre de 1808 a enero de 1810: Napoleón lanzó una ofensiva para dominar las principales ciudades, por lo que se intensificó la guerra de guerrillas. En 1810 los franceses ocuparon Andalucía a pesar de la ayuda recibida por portugueses y británicos.
  • Enero de 1810 y 1814: continuaron las victorias francesas. La marcha de Napoleón hacia el frente ruso, redujo el número de tropas francesas en la Península. Los aliados, realizaron una ofensiva que resultó decisiva y marcó el final de la guerra con la expulsión del ejército napoleónico y de José Bonaparte.

Napoleón devolvió el trono a Fernando VII con la firma del Tratado de Valençay. El monarca regresó a España en marzo de 1814.

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