La Guerra de la Independencia Española

Los Inicios de la Guerra de la Independencia

Las relaciones entre la población y las tropas francesas se volvieron cada vez más tensas. El 1 y 2 de mayo, los acontecimientos se aceleraron cuando se sospechó que el infante Francisco de Paula sería trasladado a Francia. La llamada a la acción de una parte de la población provocó un fuerte enfrentamiento ante el Palacio Real de Madrid, que se extendió a las calles adyacentes. Los combates, en los que participaron una minoría activa de madrileños y militares, así como gente venida de otros lugares, tuvieron un saldo de 405 muertos y prefiguraron los hechos de lo que sería la Guerra de la Independencia.

La Junta de Gobierno, formada ante la marcha del rey a Bayona, y el Consejo de Castilla quedaron paralizados. La resistencia popular tuvo que hacer frente a la tarea de configurar un poder alternativo que sostuviera y dirigiera la lucha contra las tropas napoleónicas.

Primero en Asturias y más tarde en el conjunto del territorio nacional surgieron de forma espontánea las Juntas Provinciales, que organizarían y dirigirían las acciones militares y políticas.

El Desarrollo Militar de la Guerra

A) Etapa de Ocupación (1808)

A lo largo de la guerra, y como aliadas de las fuerzas españolas, participaron tropas inglesas dirigidas por el duque de Wellington, que asumió el mando de todas las fuerzas antifrancesas.

La primera etapa se caracterizó por el despliegue del ejército francés por la Península. Sin embargo:

  • Zaragoza fue defendida con éxito por el general Palafox.
  • La Junta de Sevilla detuvo a los franceses en la batalla de Bailén, obligando a José I a abandonar Madrid.

Como consecuencia, el emperador se vio obligado a intervenir personalmente en la dirección de la guerra.

B) Etapa de Hegemonía Francesa. Las Guerrillas

Napoleón entró en España con los veteranos: capitularon Zaragoza y Madrid. En enero, Napoleón abandonó el suelo español dejando el territorio peninsular prácticamente ocupado por los franceses, excepto Lisboa, algunas zonas gallegas y Cádiz, refugio de la Junta Central.

Como consecuencia de las derrotas sufridas, que confirmaron la inutilidad del enfrentamiento en campo abierto con las experimentadas tropas francesas, las autoridades españolas llevaron a cabo un cambio de estrategia en la dirección de la guerra.

Esta nueva estrategia consistió en desplegar un número ilimitado de hombres en partidas y cuadrillas que se dedicaron a mantener en permanente hostigamiento al enemigo, que se vio con ello forzado a dispersar sus tropas. La guerrilla española tuvo las siguientes características:

  • Inferioridad militar, por lo que se redujeron los enfrentamientos a campo abierto
  • Apoyo de la población civil, que suministraba intendencia y facilitaba las comunicaciones
  • Desarrollo de un sistema ágil y efectivo de propaganda contra el “ateo” francés, en la que desempeñó un papel central el clero
  • Creación de un medio hostil al invasor, de tal forma que apenas contaba con la colaboración
  • Desarrollo de una guerra de desgaste que provocaba el hundimiento moral del adversario
  • Gran movilidad

C) Etapa de Ofensiva Final

Con el comienzo de la campaña para la invasión de Rusia por parte de Napoleón, tropas destinadas en España fueron desplazadas al frente ruso. Las tropas hispano-inglesas dirigidas por el duque de Wellington cosecharon notables éxitos. A causa de las sucesivas derrotas, las tropas francesas cruzaron los Pirineos en el invierno de 1813 y Napoleón devolvió el poder a Fernando VII mediante el Tratado de Valençay.

El Desarrollo Político de la Guerra

Dos proyectos políticos distintos se desarrollaron durante la evolución del conflicto militar:

a) Uno, protagonizado por los llamados afrancesados, que consideraban que la presencia del emperador garantizaba por sí la modernización de España y colaboraban con el invasor. Se trataba de funcionarios e intelectuales, muchos de ellos con una formación enciclopédica, que aspiraban a llevar a cabo las reformas que generaran riqueza para el país. Su pensamiento político estaba enraizado en la Ilustración.

En los primeros días de José I como rey de España se convocaron en Bayona las Cortes españolas. Un reducido número de diputados afrancesados aprobó el Estatuto de Bayona, que tenía como notas más características:

  • La libertad individual y de imprenta
  • La supresión de los privilegios (igualdad contributiva y abolición de la jurisdicción señorial)
  • La abolición del tormento
  • La limitación de los mayorazgos y desamortización de los bienes de conventos
  • La admisibilidad de los españoles a todos los empleos
  • La escuela para niños
  • Supresión de las aduanas interiores

b) Otro, el liberal, que ante el vacío de poder, encabezó la respuesta patriótica a la presencia de los franceses y reivindicó la eliminación del Antiguo Régimen español y su sustitución de carácter liberal. (Ampliación en el siguiente punto)

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