La Guerra de la Independencia (1808-1814)
1. La Ocupación Napoleónica
Tras la llegada al trono español de Carlos IV y el estallido de la Revolución Francesa, el monarca español decide cerrar la frontera para impedir la difusión de los ideales liberales y nombra a Manuel Godoy como Secretario de Estado. Tras la ejecución de Luis XVI, España se une a la coalición europea contra la Francia revolucionaria. Sin embargo, España es derrotada y subordinada a los intereses franceses. Con la llegada de Napoleón Bonaparte al poder, España se convierte en aliada de Francia y se enfrenta a Gran Bretaña. Tras sufrir una derrota de excesivos costes en la batalla de Trafalgar (1805), Godoy se ve obligado a aplicar reformas que discontentan a la población. Fernando, el hijo de Carlos IV, apoyado por motines populares, se levanta contra su padre en el Motín de Aranjuez (1808).
Aprovechando la situación de crisis, Napoleón Bonaparte obliga a Carlos IV y a Fernando VII a abdicar en Bayona en favor de su hermano, José Bonaparte. Se establecen entonces los Estatutos de Bayona, que pretendían modernizar España bajo un marco político afrancesado, impulsando la igualdad jurídica, eliminando los privilegios del Antiguo Régimen e igualando impuestos. Sin embargo, la invasión francesa y la imposición de José I como rey provocaron un fuerte sentimiento de rechazo entre la población española, que consideraba a los franceses como invasores. El 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid se levanta en armas contra las tropas francesas, dando inicio a la Guerra de la Independencia Española.
Ante la imposibilidad de controlar la situación, se forman Juntas Provinciales que asumen la autoridad en nombre de Fernando VII, reconocido como legítimo rey. Estas juntas se unen en la Junta Suprema Central, que declara la guerra a Francia y busca el apoyo de Gran Bretaña.
2. La Guerra: Desarrollo, Actitudes y Consecuencias
La Guerra de la Independencia Española (1808-1814) se caracterizó por una fuerte resistencia popular contra la ocupación francesa, destacando la acción de las guerrillas, que hostigaban continuamente al ejército francés. La batalla de Bailén (1808) supuso una importante victoria española, demostrando la capacidad de resistencia del pueblo español. En 1812, Napoleón Bonaparte inicia la invasión de Rusia, lo que le obliga a retirar tropas de España. Españoles e ingleses aprovechan la situación para ganar terreno, y finalmente, en 1814, se firma el Tratado de Valençay, por el que se restablece en el trono a Fernando VII y se acuerda la retirada de las tropas francesas de España.
La guerra tuvo consecuencias devastadoras para España. La economía quedó arruinada, la agricultura e industria estaban destrozadas, y la población sufrió una gran miseria. La guerra también agudizó las divisiones ideológicas en el país. Por un lado, estaban los afrancesados, que apoyaban a José I y las reformas modernizadoras. Por otro lado, se encontraban los fernandinos, partidarios de Fernando VII, que se dividían entre absolutistas, defensores del Antiguo Régimen, y liberales, que aspiraban a establecer una monarquía constitucional.
La Constitución de 1812
1. La Constitución de Cádiz
En 1810, las Cortes Generales se reúnen en Cádiz, con el objetivo de redactar una Constitución para España. La Constitución de 1812, conocida como «La Pepa», supuso un hito fundamental en la historia del liberalismo español. Establecía la soberanía nacional, la división de poderes, el sufragio universal masculino, la libertad de imprenta, la igualdad jurídica y fiscal, y reconocía derechos fundamentales como la educación y la propiedad. La Constitución de 1812 significó la abolición del Antiguo Régimen e instauraba un sistema liberal en España.
La Constitución de 1812 establecía la división de poderes: el poder legislativo recaía en las Cortes unicamerales, el poder ejecutivo en el rey, y el poder judicial en los tribunales. Se reconocían derechos y libertades fundamentales como la libertad de imprenta, la inviolabilidad del domicilio, la abolición de la tortura, y se establecía el derecho a la educación. La Constitución también abordaba cuestiones económicas y sociales, como la desamortización de tierras, la libertad de industria y comercio, y la creación de la Milicia Nacional.
2. La Libertad de Imprenta
La Constitución de 1812 establecía la libertad de imprenta, aunque con ciertas limitaciones para evitar excesos en materia política y religiosa. La Inquisición, símbolo del absolutismo, fue abolida en 1813, aunque se crearon las Juntas de Fe para proteger la religión católica. La libertad de imprenta permitió el desarrollo de la prensa y la difusión de las ideas liberales.
El Reinado de Fernando VII (1814-1833): Liberalismo frente a Absolutismo. El Proceso de Independencia de las Colonias Americanas.
1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
En 1814, Fernando VII regresa a España tras la expulsión de los franceses. A pesar de haber jurado la Constitución de 1812, el rey decide restaurarr el absolutismo, iniciando un periodo conocido como el Sexenio Absolutista (1814-1820). Durante este periodo, se persiguió a los liberales, se abolió la Constitución de Cádiz y se restauraron las instituciones del Antiguo Régimen. La vuelta al absolutismo provocó un gran descontento entre la población, especialmente entre los sectores liberales, que veían cómo se frustraban sus aspiraciones de cambio político y social.
Fernando VII se encontró con una grave crisis económica, agravada por la pérdida de las colonias americanas. Sin embargo, el rey se negó a realizar reformas que afectaran a los privilegios de la nobleza y el clero, lo que aumentó el malestar social y provocó levantamientos y pronunciamientos militares.
2. El Trienio Liberal (1820-1823)
En 1820, el pronunciamiento militar del general Rafael Riego obliga a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812, dando comienzo al Trienio Liberal (1820-1823). Durante este periodo, se restablecieron las libertades y derechos suprimidos durante el Sexenio Absolutista, se llevaron a cabo reformas liberales en la administración, la economía y la educación, y se intentó limitar el poder de la Iglesia. Se desamortizaron tierras del clero, se suprimieron los mayorazgos y se abolió el régimen señorial. Se impulsó la libertad de industria y comercio, y se creó la Milicia Nacional para defender el orden liberal.
3. Conflictos y Tensiones durante el Trienio Liberal
El Trienio Liberal estuvo marcado por las tensiones entre los liberales, divididos entre moderados y exaltados, y la oposición de los absolutistas, que contaban con el apoyo del rey. Fernando VII, opuesto a las reformas liberales, conspiraba en secreto para restaurar el absolutismo. Los campesinos, por su parte, se veían afectados por la presión fiscal y la falta de tierras, lo que provocó revueltas en el campo. La Iglesia, por su parte, se oponía a la pérdida de poder e influencia que suponían las medidas desamortizadoras.
4. Liquidación del Trienio Liberal
En 1823, Fernando VII solicita la intervención de la Santa Alianza, una coalición de países absolutistas (Francia, Rusia, Austria y Prusia) para restaurar el absolutismo en España. El ejército francés, conocido como los Cien Mil Hijos de San Luis, entra en España y derrota a las fuerzas liberales, poniendo fin al Trienio Liberal.
5. La Década Ominosa (1823-1833)
Tras la caída del Trienio Liberal, se inicia la Década Ominosa (1823-1833), un periodo marcado por la represión absolutista, la persecución de los liberales y la vuelta al Antiguo Régimen. Fernando VII restablece la censura, persigue a los liberales, muchos de los cuales se ven obligados a exiliarse, y anula las reformas del Trienio Liberal. La economía española, lastrada por la pérdida de las colonias americanas, atraviesa una profunda crisis.
6. Emancipación de las Colonias Americanas
Durante el reinado de Fernando VII se produce la emancipación de las colonias americanas. Diversos factores contribuyeron a este proceso: el desarrollo de una identidad criolla, la influencia de las ideas ilustradas y liberales, el descontento con la política económica española y la debilidad de la metrópoli, debilitada por la invasión napoleónica y las guerras. Las colonias americanas aprovecharon la coyuntura para iniciar procesos de independencia, liderados por figuras como Simón Bolívar, José de San Martín o Miguel Hidalgo. La independencia de las colonias americanas supuso un duro golpe para España, que perdía su imperio colonial y una importante fuente de ingresos.