La Ilustración en España y la Constitución de 1812

La Ilustración y el Despotismo Ilustrado en España

La Ilustración fue un movimiento ideológico que surgió en Europa en el siglo XVIII, también conocido como el Siglo de las Luces. Su origen se encuentra en Francia, aunque con raíces en el Reino Unido.

La Ilustración se basó en:

  • El culto a la razón.
  • El utilitarismo.
  • La defensa de la educación.
  • La difusión de los conocimientos científicos.
  • El progreso técnico para alcanzar la felicidad popular.

Los ilustrados eran reformistas. Defendían la tolerancia religiosa, la libertad de pensamiento y de expresión. Se oponían al mantenimiento de los privilegios, criticaban el poder clerical, censuraban la excesiva influencia política y educativa de la Iglesia, rechazaban las supersticiones y denunciaban los prejuicios tradicionales.

La introducción de las ideas ilustradas en España fue lenta y tardía, sin duda por la falta de una burguesía pujante. No se cuestionaba la monarquía absoluta y solo se pretendía que el rey actuara según los dictados de la razón y en beneficio del reino. Tampoco se planteaba acabar con la sociedad estamental ni con los privilegiados de la nobleza y el clero, sino que estos actuaran como clase dirigente al servicio del reino.

Esta minoría de ilustrados analizó la problemática de la nación y propuso reformas con el objetivo de superar:

  • Las supersticiones de la cultura popular.
  • El desprestigio de las actividades artesanales y mercantiles.
  • La debilidad de la agricultura.

Estas ideas constituirían la base intelectual de las reformas llevadas a cabo por los primeros Borbones, en especial por Carlos III.

El Despotismo Ilustrado

Algunos monarcas europeos aplicaron un sistema de gobierno conocido como Despotismo Ilustrado: los reyes apoyaron reformas económicas, sociales y culturales, pero sin alterar el carácter absoluto del poder, ni la propiedad feudal ni la sociedad estamental. Su mejor formulación es la máxima: «Todo por el pueblo, pero sin el pueblo».

El reinado de Carlos III responde esencialmente al modelo de Despotismo Ilustrado. Por impulso de este monarca, un grupo reducido de políticos aplicó un programa modernizador basado en dos frentes: la política eclesiástica y la economía.

Política Eclesiástica

Carlos III dio un impulso al regalismo regio, que suponía la supremacía real sobre la Iglesia. Esta política culminaría con la expulsión de la Compañía de Jesús y el intento de controlar a la Inquisición.

Política Económica

Ante el atraso económico español, se intentó una reforma agraria, que al afectar a los intereses de los privilegiados apenas tendría resultados. A pesar de ello, se colonizaron zonas despobladas, se intentó aumentar el número de pequeños campesinos, se suprimieron los privilegios de la Mesta y se realizaron obras hidráulicas.

Educación

Entre las preocupaciones de los ilustrados estaba la educación, pues solo la cultura podía sacar al país del atraso. Se favoreció la creación de Academias para fomentar el desarrollo científico y educativo.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Durante la Guerra de la Independencia no solo se luchó contra el invasor francés, también se intentó sentar las bases jurídicas necesarias para la modernización de España.

La Junta Central Suprema, depositaria de todo el poder en ausencia del rey, se instaló en Cádiz y desarrolló tres importantes actuaciones:

  1. Gobernar el país.
  2. Dirigir la resistencia militar.
  3. Convocar Cortes extraordinarias en Cádiz.

La Junta Central Suprema se disolvió en 1810, traspasando sus poderes a una Regencia de cinco miembros, que sería la encargada de convocar las Cortes.

En enero de 1810 se inició el proceso electoral por sufragio universal, reuniéndose los diputados en Cádiz. No formaron partidos, pero aparecieron dos tendencias: los liberales, partidarios de reformas revolucionarias, y los absolutistas, que defendían el absolutismo real.

Con la formación de Juntas y la posterior convocatoria de las Cortes en Cádiz se produjo un proceso revolucionario que supuso la ruptura con el absolutismo y la asunción por el pueblo de la soberanía nacional.

La Obra Legislativa de las Cortes de Cádiz

La obra legislativa de las Cortes de Cádiz fue muy importante. Proclamaron a Fernando VII rey legítimo y se plantearon dos objetivos:

  1. Reformar profundamente las instituciones.
  2. Redactar una Constitución.

La reforma de las instituciones políticas, económicas y jurídicas españolas se llevó a cabo mediante una serie de leyes y decretos. El primer decreto supuso una ruptura con el Antiguo Régimen al afirmar la soberanía nacional y la separación de poderes.

Los demás decretos y leyes fueron redactados por los diputados con el fin de llevar a cabo una reforma fiscal, social, económica y política que configuraba un nuevo régimen político liberal. Se aprobaron las siguientes medidas:

  • Libertad de imprenta y supresión de la censura previa.
  • Abolición de los señoríos jurisdiccionales.
  • Supresión de la Inquisición, la Mesta y la tortura.
  • Abolición del sistema gremial.
  • Se inició la desamortización eclesiástica.
  • Se creó un presupuesto de gastos e ingresos del Estado.
  • Se aprobó la Constitución de 1812.

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