La Ilustración, las Revoluciones y la Formación de los Estados Nacionales

La Ilustración y el Pensamiento Revolucionario

Los Precursores de la Revolución

Adam Smith, en su obra Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1773), demostró que el progreso económico exige la liberación de los factores de producción.

Voltaire difundió en Francia las ideas de Locke y otros pensadores ingleses. En sus Cartas filosóficas, reivindicó la libertad política y la tolerancia religiosa, mostrando preferencia por la religión natural sobre las tradicionales.

Montesquieu, fundador de la ciencia política y la sociología, en El espíritu de las leyes, explicó las distintas formas de gobierno. Propuso como modelo un sistema monárquico constitucional con separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial).

Rousseau, con una postura más radical, argumentó que el orden social había corrompido la igualdad natural entre las personas. En El contrato social, propuso un contrato que reflejara la voluntad general, base de la soberanía nacional (poder del pueblo). El gobierno, secundario en este esquema, estaría compuesto por representantes elegidos como delegados del pueblo soberano. Rousseau criticó la propiedad privada y defendió la igualdad entre los seres humanos.

La Revolución Francesa y sus Consecuencias

De la Monarquía Absoluta a la República

La Revolución Francesa (1789) se originó por una estructura social conflictiva, malas cosechas y una grave crisis económica. La convocatoria de los Estados Generales por Luis XVI (monarca absolutista) desató el proceso revolucionario:

  • Asamblea Nacional: El Tercer Estado se declara soberano.
  • Asamblea Constituyente: Se redacta la Constitución de 1791 (con la Declaración de los Derechos del Hombre).
  • Asamblea Legislativa: Se establece una monarquía parlamentaria, con Luis XVI como jefe del poder ejecutivo.
  • Convención Republicana: Se proclama la Primera República Francesa, seguida por el Reinado del Terror (Robespierre) y la ejecución de Luis XVI.
  • Golpe de Termidor: Se establece el Directorio, continuando la República.
  • Golpe de Brumario: Napoleón Bonaparte establece el Consulado, una república moderada.
  • Consulado Vitalicio (1802) y posterior Imperio (1804): Napoleón se convierte en Emperador.

El Congreso de Viena y la Restauración

Tras la derrota de Napoleón, el Congreso de Viena (1815) redibujó el mapa de Europa (Austria, Prusia, Reino Unido, Rusia, Francia) y estableció la Santa Alianza. En Francia, Luis XVIII instauró una monarquía constitucional con la Carta Otorgada.

Las Revoluciones del Siglo XIX

Revoluciones de 1820 y 1830

Las Revoluciones de 1820 (España, Nápoles, Piamonte-Cerdeña, Grecia) tuvieron un éxito limitado. El liberalismo doctrinario (monarquía parlamentaria y sufragio censitario) se impuso en algunos países.

Las Revoluciones de 1830 (Francia, Bélgica, Polonia, algunos estados italianos) lograron avances en la expansión del liberalismo, incluyendo la instauración de monarquías parlamentarias y la ampliación del sufragio.

La Revolución de 1848 (Primavera de los Pueblos)

La Revolución de 1848, impulsada por el malestar social derivado de la industrialización, la crisis económica y las malas cosechas, llevó a la separación del proletariado de la burguesía. Se proclamaron repúblicas y se implementó el sufragio universal masculino en algunos países, pero la reacción conservadora contuvo los avances revolucionarios.

El Nacionalismo y la Unificación de Italia y Alemania

El Auge del Nacionalismo

El siglo XIX vio el auge del nacionalismo, tanto integrador (Italia, Alemania) como disgregador (imperios austríaco, ruso y turco).

La Unificación Alemana

La unificación alemana, liderada por Prusia bajo el reinado de Guillermo I y la cancillería de Bismarck, se logró a través de una serie de guerras (Guerra de los Ducados, Guerra Austro-Prusiana, Guerra Franco-Prusiana). En 1871 se proclamó el Segundo Reich alemán.

La Unificación Italiana

La unificación italiana, impulsada por figuras como Cavour y Garibaldi, se logró con el apoyo de Francia y culminó con la proclamación de Víctor Manuel II como rey de Italia en 1861.

Las Independencias Latinoamericanas

El Proceso de Independencia

Las independencias latinoamericanas se desarrollaron en tres etapas:

  1. Formación de Juntas de Gobierno en Buenos Aires, Chile y Caracas. Independencia del Río de la Plata (Uruguay y Paraguay). Levantamientos en México liderados por Hidalgo y Morelos.
  2. Reacción española con Fernando VII y la Santa Alianza.
  3. Consolidación de la independencia con las campañas de San Martín (Argentina, Chile, Perú) y Bolívar (Venezuela, Ecuador). Formación de la Gran Colombia (que fracasaría). Independencia de México con Iturbide. Creación de las Provincias Unidas de América Central.

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