La Ilustración
En el siglo XVIII se desarrolló en Europa, principalmente en Francia, un movimiento que pretendía “iluminar” al ser humano con el conocimiento y acabar así con la ignorancia y las supersticiones. Este movimiento recibió el nombre de Ilustración y la época se dio a conocer como “el siglo de las luces”.
Los pilares del pensamiento ilustrado
El pensamiento ilustrado se basaba en varios pilares:
La razón, como instrumento que dirige todo conocimiento y facilita la comprensión científica del universo.
El espíritu crítico, que se desarrolla mediante el ejercicio de la razón y permite poner en tela de juicio lo que no se corresponda con el entendimiento razonado y razonable.
Creencia en el progreso de la sociedad para mejorar las condiciones de vida y alcanzar la felicidad.
La Ilustración como frente de oposición
La Ilustración constituyó un frente de oposición a las instituciones del Antiguo Régimen. En este sentido, los ilustrados adoptaron una postura revolucionaria.
Por otra parte, se presentó como una revolución cultural que pretendía el progreso económico y la modernización de las ciencias y las artes.
Los ilustrados franceses
Como oposición al Antiguo Régimen, la Ilustración atacó fuertemente las tres herencias del pasado que consideraba más irracionales: la monarquía absoluta, la sociedad estamental y la superstición.
Los pensadores ilustrados, llamados filósofos por sus contemporáneos, basaron sus ideas en las de otros pensadores del siglo anterior, como Descartes o Locke, que defendían el racionalismo y el empirismo. En esta época destacaron tres ilustrados franceses.
Montesquieu propuso la separación de los poderes del Estado en distintas instituciones, para que no quedasen todos en manos del monarca. Su propuesta pretendía acabar con la arbitrariedad y poner controles al ejercicio del poder.
Rousseau defendió las ideas democráticas en su obra más destacada, El contrato social. Su concepto sobre la