La industrialización en el País Vasco
Hablar de la industrialización en el País Vasco es hablar de la revolución industrial en Vizcaya, donde la extracción del hierro monopolizó el desarrollo económico de la provincia. La siderurgia fue el eje económico sobre el cual se desarrolló la potencialidad económica vizcaína. Pero las guerras civiles y el Marco jurídico foral impidieron que el proceso industrializador se generara a principios del siglo XIX. En Vizcaya el fenómeno industrializador se afianzó a partir de finales del siglo XIX.
Un nuevo grupo de propietarios mineros
Un nuevo grupo de propietarios mineros asentaba su poder en la propiedad de las minas, junto a las compañías extranjeras. Los beneficios de la exportación minera a la siderurgia británica se convirtieron en una industria autóctona siderúrgica y en otras complementarias, siendo este el principio del desarrollo capitalista de la provincia. Hasta entonces, la relación había sido colonial, reduciéndose el País Vasco al papel de exportador de materia prima mineral.
La consolidación de la industria vasca
Entre 1898 y 1901 fue un periodo de crecimiento. En 1902 se constituyen dos de las empresas más conocidas: Altos Hornos de Vizcaya y Astilleros del Nervión. El sector naviero se consolida y trae consigo la creación de compañías de seguros. Además, el capitalismo vasco inicia una fase expansiva de inversiones en diferentes sectores económicos por toda la península, consolidando su papel hegemónico en el mercado nacional y el liderazgo del empresariado español.
La industria vizcaína
-La base minera
La hegemonía de Vizcaya se explica por la concentración de la riqueza de los yacimientos mineros orientados a la exportación, lo que permitió una importante capitalización. Es decir, la inyección monetaria que constituyó la venta del mineral de hierro al extranjero fue la base del capitalismo vasco.
La producción de mineral de hierro vizcaíno había aumentado con rapidez en la década de los años 60, aunque quedó paralizada con la guerra carlista. La ley librecambista de Figuerola favoreció la explotación de la cuenca, de modo que, con el fin de la guerra y la supresión de las leyes forales por parte de la Restauración, se inició una etapa nueva con una rapidísima expansión de la producción de mineral destinado a la exportación.
Desarrollo industrial y empresarial
La reinversión del capital obtenido por la venta del mineral en la construcción de altos hornos supuso un salto cuantitativo y cualitativo o de enorme importancia para el despegue de la siderurgia vizcaína. Este despegue lo protagonizaron dos sociedades: la de Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero de Bilbao, con una aportación esencial de Ybarra y Compañía.
De la actividad minera salió el capital necesario para el desarrollo siderúrgico y para todo el desarrollo industrial vizcaíno. Puede calcularse que del total de los beneficios obtenidos por la exportación del hierro hasta 1900, el 55 % fue reinvertido en la financiación de la industria vizcaína y dio lugar a una burguesía pujante que contaba con la banca más próspera del país.