La industrialización en España en el siglo XIX

Auge económico y retardo industrial

A partir de mediados del siglo XIX, se asiste a un continuo crecimiento económico, debido al boom ferroviario, y al desarrollo industrial y financiero (banca moderna). Por lo que respecta a las peculiaridades de la incorporación de España a la revolución industrial, se caracteriza por su retardo o desfase con respecto a Europa occidental y por el hecho de que el país no se industrializó plenamente. Y por ello las siguientes causas:

  • Geografía y comunicaciones: La geografía del país dificultaba las comunicaciones, siendo una desventaja.
  • Escasez de materias primas: La escasez, dispersión y mala calidad de las materias primas, especialmente el carbón.
  • Crecimiento demográfico y capacidad adquisitiva: Lento crecimiento demográfico y escasa capacidad adquisitiva de la población.
  • Dependencia de capitales extranjeros: La dependencia de capitales extranjeros.
  • Intervención del Estado: El papel del Estado con una política proteccionista que favoreció el inmovilismo y la falta de cambios tecnológicos.
  • Factores políticos: La pérdida de las colonias americanas y la desestabilización política del siglo XIX español.

Desarrollo industrial en sectores específicos

La industria solo será importante en algunos sectores y regiones. Hacia 1830 sólo el sector textil de Barcelona, comenzando una etapa de expansión que se prolongó hasta 1862. Aun así, la industria textil catalana se encontraba retrasada en los mercados europeos.

La producción siderúrgica se mantuvo muy débil. El carbón era costoso y de baja calidad, y el hierro resultaba caro comparado con los otros países. Hasta 1860 la producción de hierro se encontró en Andalucía, entre 1860 y 1880 el predominio pasó a Asturias, y a partir de esa fecha la hegemonía es vasca. En 1882 se creó la Sociedad Anónima Altos Hornos de Bilbao.

En cuanto a la minería, fue una actividad que tuvo muchos aspectos positivos: ayudó a equilibrar la balanza de pagos, dio trabajo a miles de españoles, atrajo técnicos extranjeros que luego aportaron sus conocimientos a otros sectores.

Impacto del ferrocarril en la economía

Pero el fenómeno económico más importante desde mediados de siglo fue la construcción del ferrocarril y su impacto en la economía. En 1855 se aprobó la Ley General de Ferrocarriles. Se elaboró un mapa ferroviario radial y centralizado, y se fijó un ancho de vía mayor que el europeo.

Se formaron tres grandes grupos controlados por bancos franceses. Destacaban la CMZA y la Cía. del Norte.

Pero la crisis financiera internacional de 1866 prácticamente paralizó la construcción. A partir de 1876 de reanudó la construcción en un proceso lento (1900: 11.000 km.)

El ferrocarril tuvo una repercusión económica positiva, ya que dotó a España de un sistema de transporte masivo que supuso un ahorro considerable de recursos y también la integración social y cultural del país.

Pero también se han criticado algunas de las medidas adoptadas: primero, la estructura radial, con centro en Madrid, dificultaba la comunicación; segundo, el ancho mayor de vía obstaculizaba los intercambios con Europa.

Política arancelaria y sistema bancario

La política arancelaria durante el sexenio democrático fue librecambista, pero durante la Restauración se fue inclinando al proteccionismo, es decir, agravar con impuestos los productos extranjeros que entraban en España para favorecer los nacionales. Los industriales catalanes, los centralistas, el sector carbonífero de Asturias y la siderurgia vasca presionaron constantemente para proteger sus productos y esto obstaculizó la vinculación de España con el mundo internacional, la llegada de nuevas tecnologías y el acostumbrarse a la competitividad.

El mayor banco español a principios del siglo XIX era el banco de San Fernando. En 1844 se crearon dos bancos nuevos: el Banco de Isabel II y el Banco de Barcelona, y en 1831 comenzó a funcionar la bolsa de Madrid. La promulgación de la Ley de Bancos y Sociedades y Créditos. En 1856 se considera el punto de partida para la modernización del sistema bancario español. También en 1856 se creó el Banco de España que en 1874 obtuvo la concesión del monopolio de emisión de billetes.

En 1857 nació el Banco de Santander. También aparecieron numerosas sociedades de crédito destinadas a gestionar negocios y el banco hipotecario especializaron préstamos a largo plazo.

Finalmente, la industrialización vasca propicio que naciera el Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya que rápidamente se expandieron por toda España.

Conclusión

En conclusión, la industrialización española fue un proceso tardío con respecto a Europa occidental y de implantación desigual en el territorio peninsular, un problema que no se solucionó en el siguiente siglo.

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