La Monarquía Hispánica en el Siglo XVI y XVII: Auge, Crisis y Transformación

La Monarquía Hispánica de Felipe II: La Unidad Ibérica

Felipe II heredó los territorios de Carlos I (excepto el reino de Austria, que fue para su tío Fernando, iniciándose con él la rama austriaca de los Habsburgo). Tenía una formación política y militar adecuada. Era un rey hispano, a diferencia de su padre, educado en España. Su reinado representó la culminación de la monarquía absoluta y de la Contrarreforma católica, marcada por una fuerte intolerancia religiosa (Inquisición). Durante su reinado se reforzó la burocracia y se fijó la capital en Madrid (1561).

Crisis Internas

  • Situación económica: Las continuas guerras del reinado anterior mantenían a España endeudada con los banqueros alemanes. Se declaró la bancarrota del estado cuatro veces.
  • Guerra de las Alpujarras: Los moriscos de Granada, que vivían en condiciones muy duras por la Inquisición, se rebelaron contra el rey. Se desató una guerra que parecía que iba a durar poco, pero se alargó durante tres años debido a la Alpujarra granadina, un terreno difícil para el ejército, pero conocido por los moriscos (guerra de guerrillas). Se les derrotó cuando Don Juan de Austria (hermanastro del rey y excelente militar) tomó el mando. Se dispersó a los moriscos por la península y se les expulsó en 1609.
  • Sublevación aragonesa: Fue asesinado Luis de Escobedo, secretario personal de Don Juan de Austria. Parecía un crimen político tras el cual podría estar el rey, que pensaba que planeaba un golpe de estado. Murió Don Juan de Austria, y se descubrió que no existía ninguna conspiración. La Inquisición investigó el asesinato culpando a Antonio Pérez (secretario de estado). Acabó en la cárcel, se escapó y huyó a Aragón pidiendo asilo al Justicia Mayor. Las tropas reales le persiguieron y pidieron al Justicia Mayor que le entregara. Este se negó y fue asesinado. Zaragoza y Aragón se rebelaron contra el rey. Tras una guerra civil, los aragoneses fueron derrotados y todos sus fueros suprimidos. Antonio Pérez huyó a Francia.

Política Exterior

Se declaró la guerra a Francia y en 1557 tuvo lugar la batalla de San Quintín, donde se derrotó a Francia. Las paces de Gravelinas y Cateau-Cambrésis pusieron fin al conflicto. También se solucionó la guerra contra los turcos. Se formó una alianza entre Venecia, el Papado y España, y al mando de Don Juan de Austria se derrotó a los turcos en la batalla de Lepanto (mayor victoria naval de España). Se consiguió la unidad ibérica tras la anexión de Portugal en 1580 ante la muerte del rey portugués, Felipe hizo valer sus derechos maternos a la corona. Después de esto, la monarquía española aumentó sus colonias con Brasil y los esclavos africanos y asiáticos. Castilla colonizó Filipinas. «En mi imperio nunca se pone el sol». El pueblo portugués nunca aceptó a los monarcas españoles, les veían como enemigos.

Nuevos Conflictos Externos

  • Países Bajos: Reconocieron a Felipe II como a un rey extranjero. Era una zona rica (gracias al comercio) y les perjudicaba tener que sostener gastos militares españoles. Se había instaurado el protestantismo, cosa a la que el rey respondió con la Inquisición. Al mismo año de la subida al trono de Felipe II, se produjeron quemas de iglesias católicas por parte de los calvinistas. Esto para el rey fue una declaración de guerra a lo cual respondió mandando a las tropas al mando del Duque de Alba, que tuvo una terrible represión contra la población civil. Felipe II envió como gobernador a Don Juan de Austria, que calmó la situación. A su muerte, Alejandro Farnesio mantuvo la calma, pero los Países Bajos se independizaron de la corona española a la menor ocasión.
  • Inglaterra: Existían tres problemas respecto a las relaciones con Inglaterra: la condición de país luterano de Inglaterra, el hecho de que la isla estuviera ayudando a los rebeldes holandeses, y los ataques a los españoles por parte de los piratas ingleses. Se preparó la «Gran Armada» para invadir la isla, que acabó siendo uno de los mayores desastres navales de España.

Unión de Reinos: Modelo Político de los Austrias

El imperio español era una confederación de reinos diferentes, con leyes propias, unidos por una monarquía autoritaria. El rey tenía el poder absoluto. El sistema de gobierno era polisinodial. Se gobernaba mediante consejos con doble función: llevaban información al rey para que él decidiera y resolviera en asuntos de su competencia, como:

  • Consejo de Estado: Personas de diferentes reinos presididas por el rey. Por encima de otros consejos, se ocupaban de las grandes cuestiones del estado.
  • Consejos territoriales: Asuntos específicos de cada reino, el más importante el de Castilla, tribunal supremo.
  • Consejos técnicos: Se encargaban de funciones concretas sobre asuntos particulares.

Administración territorial: Instituciones de cada reino.

  • Virreyes: Suplían al monarca en su ausencia.
  • Cortes: Aragón y Navarra (autónomas).
  • Audiencias: Tribunales supremos de justicia mayor en cada reino.

Finanzas: Crecieron los ingresos pero no lo suficiente para cubrir los gastos de la guerra (bancarrotas).

  • Se pedían préstamos a grandes banqueros.
  • Se emitía deuda pública (juros).
  • Se vendían títulos de nobleza y cargos.
  • Castilla tenía más impuestos: rentas extraordinarias, servicios impuestos por las cortes, contribuciones del clero (diezmo) y caudales de Indias.

Economía y Sociedad

Economía

Predominaba el mercantilismo (establecía que la riqueza de un estado se mide por la cantidad de metales preciosos que tiene). Se intentó explotar minas, quitárselas a los enemigos, y conseguir una balanza comercial favorable (exportaciones > importaciones). El estado era quien regía la economía. Momento de expansión económica: aumento de población y aumento de circulación monetaria debido al oro y plata de América. Esto originó la revolución de los precios: la moneda y la demanda por aumento demográfico, llevando a la inflación. La moneda cada vez valía menos. Nada de esto fue aprovechado por España. Causas:

  • Gastos para las guerras que originaron la ruina de la hacienda real: endeudamiento de la corona con la banca extranjera y aumento de la presión fiscal que arruinó a los sectores productivos.
  • Mentalidad conservadora y antiburguesa. Solo se ganaba dinero por las tierras, el comercio era cosa de los judíos.
  • Superioridad industrial de los países del norte. El oro de América enriqueció a Francia, Holanda e Inglaterra.

Sociedad

Seguía siendo estamental con novedades:

  • Surgieron los Grandes de España creados por Carlos I.
  • Momento de plenitud de los gremios (un mismo oficio en la ciudad). Se asociaban para evitar la competencia interna y para ayudarse mutuamente (maestro, aprendiz, oficial).
  • Requisito de limpieza de sangre para acceder a ciertos cargos. Cristiano viejo (padres y abuelos cristianos).

Los Austrias del Siglo XVII: Gobierno de Validos y Conflictos Internos

A diferencia del siglo anterior, los monarcas mostraron un desinterés por la dirección política, delegando las tareas de gobierno en manos de validos, elegidos por la confianza personal entre el grupo aristocrático en el que se pretendían apoyar. Estos gobernaban por delegación del rey —informalmente— como primeros ministros. Esto significó modificar el sistema polisinodial, que fue sustituido por las juntas de nobles fieles a sus superiores.

Felipe III (1598-1621) otorgó privanza al Duque de Lerma. Dio cargos a parientes y amigos creando una red clientelar, que actuaban en su mayoría en beneficio propio en un contexto de recuperación política de la alta nobleza. Trasladó la capital a Valladolid, cerca de la ciudad de Lerma, aunque fue por breves años (1601 a 1606). El escándalo de las corruptelas llevó a la caída de Lerma y al ascenso del Duque de Uceda. Entre las medidas de este reinado hay que destacar la expulsión de los moriscos en 1609 por rechazo y temor a la posibilidad de una invasión turca. Significó también una demostración coyuntural de fuerza de la monarquía que afectó a 300.000 personas expulsadas, sobre todo de Valencia y Aragón, a las que dejó demográfica, cultural y económicamente empobrecidas.

Felipe IV (1621-1665) eligió al Conde-Duque de Olivares como valido entre 1621 y 1643. Era inteligente y con grandes proyectos de reformas que iban desde recuperar la reputación exterior hasta una “Reformación” interior, entendida como una recuperación de la Monarquía, un desarrollo económico y la mejora de las costumbres. Proyectó una red nacional de erarios, pero que acabó convertida en un aumento de impuestos, concretamente en el servicio de millones. Su intención se extendió a la unificación jurídica e institucional de todos los territorios y la Unión de Armas con el deseo de conseguir un ejército amplio reclutado y costeado entre todos los territorios. Fracasó por la oposición de las Cortes de Aragón y el declive del Conde-Duque, que cayó en desgracia por las distintas rebeliones internas y las graves derrotas externas. Fue remplazado por Luis de Haro.

Carlos II (1665-1700) tuvo varios validos. El jesuita Nithard ejerció brevemente durante la regencia, para dejar paso al hermanastro del rey, Juan José de Austria, gobernante hasta su fallecimiento, en que fue sustituido sucesivamente por el Duque de Medinaceli y el Conde de Oropesa. En un clima de creciente inestabilidad política, se aprecia la debilidad ante la Francia de Luis XIV. Sin embargo, hay que atribuirle tres éxitos en su reinado: sujetar la inflación, no crear impuestos nuevos, y cambiar la forma y el volumen de la recaudación. La ausencia de un heredero al trono desembocó en la Guerra de Sucesión, que trajo el cambio de dinastía.

La Crisis de 1640

El detonante fue el intento del Conde-Duque de Olivares, valido de Felipe IV, de imponer la Unión de Armas. Se trataba de que todos los reinos contribuyeran a la defensa de la monarquía, de la misma manera que lo hacía Castilla.

Rebelión de Cataluña

La población estaba cansada de los reclutamientos forzosos y los abusos cometidos por las tropas estacionadas en Cataluña (mercenarios extranjeros y castellanos). Por esto se produjo una insurrección campesina que finalmente se adueñó de Barcelona en 1640 y asesinó al virrey (Corpus de Sangre). La Generalitat lideró el levantamiento. Olivares respondió enviando el ejército, ante lo cual los catalanes se pusieron bajo la protección militar francesa. Sin embargo, Luis XIII no cumplió el compromiso de respetar los fueros de Cataluña. Olivares inició una guerra que culminaría con la toma de Barcelona, por lo que los catalanes se reincorporaron a España, a cambio del perdón real y del respeto de sus leyes.

Rebelión de Portugal

La Unión de Armas, la subida de impuestos, la presencia de castellanos en su gobierno y las dificultades del comercio colonial (atacados por los holandeses), fueron las causas de la revuelta portuguesa. Finalmente, el malestar latente se convirtió en abierta rebelión cuando en 1640, aprovechando la sublevación catalana, las Cortes portuguesas nombraron rey al Duque de Braganza. Los intentos militares de recuperar Portugal fracasaron y en 1668 España (Mariana de Austria) reconoció finalmente la independencia de Portugal en la Paz de Lisboa.

El Ocaso del Imperio Español en Europa

Durante el reinado de Felipe III, el monarca hizo todo lo posible por la pacificación de sus dominios; firmó la paz con Inglaterra, y la Tregua de los Doce Años con Holanda, territorio que se había declarado independiente el siglo anterior, sin que España hubiera aceptado la secesión.

Durante el reinado de Felipe IV, su valido Olivares se empeñó en recuperar el prestigio perdido, y en mantener los territorios europeos bajo el dominio del monarca hispano. El fin de la Tregua de los Doce Años, y la participación de España en la Guerra de los Treinta Años en apoyo de Austria, supusieron el inicio de un largo período bélico. Si bien se consiguieron éxitos en Holanda (rendición de Breda) y victorias en la Guerra de los Treinta Años, la entrada de Francia en este conflicto sería decisiva para el inicio del fin de la hegemonía española en Europa.

España sufrió una dura derrota en Rocroi. En la Paz de Westfalia (1648), que ponía fin a la Guerra de los Treinta Años, España reconocía la independencia de Holanda. La guerra con Francia, sin embargo, continuó hasta 1659 (Tratado de los Pirineos). El acuerdo se sellaba con el matrimonio de Luis XIV con la infanta española María Teresa, enlace que sería la puerta de entrada de los Borbones al trono español en 1700.

Con Carlos II continuaron los enfrentamientos con la Francia de Luis XIV. España perdió el Franco Condado y algunas plazas en Flandes. La muerte de Carlos II sin descendencia daría origen a la Guerra de Sucesión (1701-1714), que supuso el fin de la dinastía de los Austrias en la Monarquía española.

Evolución Económica y Social

El siglo XVII fue de crisis general. Se dio un gran descenso de la población por la peste, hambrunas, guerras, emigración a América y excesivo número de religiosos. La economía también estuvo en crisis. En la agricultura descendió la producción a causa del clima, los atrasos técnicos y la estructura latifundista. Además, descendió la demanda americana por su autoabastecimiento, y se introdujeron el maíz y la patata. En cuanto a la ganadería, la crisis llegó porque la lana castellana no era apreciada en Europa. En la artesanía hubo falta de demanda, rigidez de gremios, y estuvieron presionados fiscalmente y por la política de importaciones. La mentalidad noble se trasladó al pueblo, que comenzó a despreciar el trabajo. El comercio interior disminuyó debido a las aduanas y a las malas infraestructuras; el comercio exterior no estuvo muy desarrollado, y el que se daba con América estuvo dañado por la piratería inglesa. Las finanzas del Estado estuvieron bajo mínimos, aumentó la inflación (perjudicando a los rentistas), lo que llevó a la bancarrota. La sociedad era estamental. La nobleza fue la clase favorecida con propiedades de los endeudados campesinos. El clero fue muy numeroso y desapareció la burguesía. Las clases populares estuvieron muy afectadas por la crisis, y aumentaron los jornaleros y arrendatarios por endeudamiento, que dio lugar a la pérdida de algunas tierras. A partir de 1680, España se recuperó económica y socialmente.

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