La Monarquía Hispánica en la Baja Edad Media: Consolidación y Expansión

Organización Política en los Reinos de Castilla y Aragón

Desde Alfonso X, Castilla amplió su autoridad y fortaleció la monarquía mediante la teoría del origen divino del poder. Se reintrodujo el derecho romano a mediados del siglo XIII como base de las leyes. Entre los siglos XIII-XIV se produjeron rebeliones nobiliarias durante las minorías de edad de los reyes, pero con la entronización de los Trastámara los nobles obtuvieron beneficios y privilegios.

La organización política se basaba en la monarquía hereditaria. El órgano de control eran las Cortes que desde 1301 se unificaron con las de León, con las que el papel político fue intenso pero de carácter consultivo. En ellas participaban procuradores de las ciudades y villas.

La administración central se dividía en el Consejo Real y la Corte, que incluía servicios al rey como mayordomo, canciller, etc. Con los Trastámara se consolidó la nobleza de servicio.

La hacienda impuso la alcabala, el servicio y el montazgo, impuestos que dieron a los reyes mayor autonomía financiera.

La Corona de Aragón, formada por una yuxtaposición de reinos, sufrió en 1283 la imposición de la nobleza sobre la forma de gobernar de Pedro III. Aprovechando la debilidad política y económica, se configuró un modelo de pactismo. En 1359 Pedro IV tuvo que aceptar la formación de la Generalitat.

En cada reino el rey tenía un lugarteniente o gobernador que dirigía la administración territorial. En 1344 Pedro IV dictó las Ordenaciones de la Casa Real, en las que se regulaba el funcionamiento del Consejo Real y la Audiencia, presidida por el canciller.

Las Cortes actuaron como instrumento de defensa de los intereses feudales frente a los intentos de la Corona por extender su autoridad.

Crisis Demográfica y Económica en los Siglos XIV-XV

Los siglos XIV-XV se caracterizaron por una profunda crisis demográfica causada por guerras, hambrunas y epidemias como la peste negra, procedente de Asia, que causó una mortalidad enorme en Castilla y Aragón. Se convirtió en una enfermedad endémica, que reaparecía cada 10 años.

Desde el siglo XIII hubo un rendimiento agrícola muy bajo en ambos reinos, debido a la extensión del terreno cultivable hacia zonas poco productivas. Solo se recuperó debido al descenso demográfico.

Al mismo tiempo se da la ganadería de transhumancia administrada por las Mestas, que generaban en Castilla una abundante producción de lana. En 1273 Alfonso X reconoció el sindicato «Honrado Concejo de la Mesta».

En cuanto a la artesanía, destaca en ambos reinos la industria de paños, localizada en las grandes ciudades. En Aragón destaca su difusión por el Mediterráneo occidental en el ámbito comercial. La producción estaba organizada en gremios.

En Castilla se produjo un constante crecimiento mercantil, los reyes promovieron las ferias en determinadas ciudades y se desarrollaron la banca y las finanzas. En Barcelona se contaba con consules y factorías comerciales. La moneda catalana, el croat, se convirtió en una de las más importantes.

En cuanto a la política, destaca la dinastía Trastámara que consiguió Castilla (1369) y Aragón (1412), que obtuvieron grandes apoyos por el pago de las mercedes enriqueñas.

Dentro de la Iglesia también había grandes diferencias sociales. Los conflictos señoriales y el ansia de poder de los nobles causaron la creación de hermandades.

Mudéjares y judíos eran muy numerosos aunque comenzó el rechazo tras el ordenamiento real en 1412.

El Reinado de los Reyes Católicos: Integración y Consolidación

Conflicto Sucesorio y Unión Dinástica

El reinado de Enrique IV fue conflictivo por el auge de la nobleza. Una gran parte de la nobleza eran contrarias a su reinado y, a favor de la hermana de Enrique, Isabel, iniciaron una campaña de desprestigio sobre el monarca.

Enrique IV planteaba la unión dinástica con Portugal, casando a su hermana con el rey portugués. Sin embargo, Isabel se casa en secreto con Fernando de Aragón, en contra de la voluntad de su hermano. Por ello, Enrique, que la había nombrado heredera mediante un acuerdo, la deshereda y casa a su hija con el rey de Portugal, Alfonso V.

En 1474 Enrique IV muere generando una guerra por la herencia de Castilla entre Juana e Isabel. La guerra termina con la victoria de Isabel y Fernando tras la batalla de Toro (1476). La paz se consuma con el tratado de Alcaçovas-Toledo (1479), fecha en la que Isabel se convierte en reina de Castilla. Fernando será rey de Aragón tras la muerte de su padre.

Ambos monarcas (Reyes Católicos) llevaron a cabo la unión de los reinos, aunque cada uno mantuvo administración y leyes separadas, sí tenían en común proyectos políticos como la unión religiosa, la unión territorial de reinos de la península, el fortalecimiento del poder regio…

Conquista de Granada y Navarra

La conquista del reino de Granada era el último paso de la Reconquista, por lo cual se convierte en el objetivo principal de su política de unidad peninsular. Granada era vasallo de Castilla y aún no había sido atacado por la debilidad económica y política de Castilla en los últimos siglos. El conflicto duró desde 1481-1492. Es una guerra en la que el ejército realizaba campañas continuas a órdenes del rey. Comenzaron con la conquista de Alhama y terminaron con la toma de Granada. La ciudad finalmente capituló el 2 de enero de 1492.

Esta conquista supone la incorporación de Granada a Castilla. A la población se le obligó a convertirse al cristianismo, pero de forma pacífica, aunque tras unas rebeliones, se ordenó la conversión inmediata.

La única institución en común entre Aragón y Castilla fue la Inquisición en el siglo XV, por la cual tomaron medidas frente a los judaizantes.

Por otro lado, está la conquista de Navarra. Esta había permanecido hasta el siglo XIII bajo dominio francés. Durante principios del siglo XV es gobernada por los Trastámara, pero tras un conflicto asciende al poder la casa de Foix. Sin embargo, tras la muerte de Isabel (1504) Fernando se casa con Germana de Foix, hermana del rey de Navarra. Tras la muerte de este, la tropa de la casa de Laba ocupa el reino por la fuerza, incorporándolo, aunque con leyes y administración propia, a Castilla.

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